CERÁMICAS EN ORDUÑA
Se documenta en los archivos existentes la utilización de madera y leña para abastecer a los hornos de teja y ladrillo que tradicionalmente venían funcionando en los términos de la ciudad. Estos materiales cerámicos fueron conocidos en el País Vasco, especialmente en la época de mayor aculturación romana ,desarrollándose desde fines de la Edad Media numerosos ladrillares y tejerías en todo el país; entrado el siglo XIX era normal que la mayoría de los municipios vizcaínos contasen entre sus instalaciones industriales con una tejera que abasteciera la demanda estrictamente local. En los libros de cuentas orduñeses se detecta la existencia de una tejera municipal al menos desde el siglo XVII (En el año 1694 su arrendamiento aportaba a las arcas municipales 365 reales), tal y como se menciona en la documentación «las tejas eran usadas en su mayoría para reparaciones en la ciudad», lo cual indica que su fin era únicamente cubrir las necesidades de la comunidad. Ratifica este punto el hecho de que las oscilaciones de su producción debían venir determinadas por las urgencias del momento, manteniéndose normalmente estable (las 1500 tejas y 1500 ladrillos que se producían diariamente en 1715, en tres hornadas, era la cantidad que se seguía produciéndose en 1737. Los arrendadores de la tejera de la ciudad, en el término de la Junquera se comprometen a hacer las cantidades mencionadas de teja y ladrillo para lo cual se les da permiso para que corten broza en dichos término, para el horno). Con el paso del tiempo la ubicación de la tejera municipal varió, documentándose por primera vez en el término de la Junquera, mientras que a principios del siglo XIX se hallaba en el término de Casa Blancas; poco después encontramos alusiones a la necesidad de reparar la tejera de San Juan del Monte, aunque esta última debió funcionar simultáneamente con la antes mencionada, cuyo inquilino proyectaba construir un pequeño molino para la molienda del baño en la fábrica en 1857. Además de estas instalaciones se constata la creación en 1789 de la llamada fábrica de alfarería de la Casa de Misericordia, la cual tampoco parecía incluir entre sus objetivos la producción a gran escala, sino la posibilidad de que algunos muchachos de la ciudad aprendiesen el oficio por tiempo de cinco años, tras los cuales obtendrían el título de maestros, siendo esta una obligación del inquilino. Esta se instaló «en el término del Casillo, que se halla extramuros y pegante a la muralla, entre los arcos que salen de las calles del Cuerno y Carnicería», y sabemos que al menos seguía funcionando en 1854. Hacia el año 1954-1955, un tal Celaya compró la finca de la escombrera de la yesera de Basaldúa y la de la «laguna», ambas situadas a la parte inferior del ferrocarril Bilbao- Miranda de Ebro, al norte de esta. Así mismo compraron otra finca grande encima del citado ferrocarril, al otro lado del mismo, en la zona Sur del mismo, donde tenían sus instalaciones de fabricación, fundando la «CERíMICA DE BASALDíšA». En la zona superior de la escombrera antes citada instalaron un cabrestante con un motor y un cable de acero grueso. En la rampa que bajaba por el lado Oeste de la escombrera instalaron una vía, que hacía el recorrido arriba-abajo y viceversa, de la citada escombrera, llegando hasta la base de esta. Esta vía en la zona superior la unieron con el «antiguo ramal» de la yesera de San Cristóbal, que se «metía» en la zona superior de la escombrera, pasando por encima de la citada línea de ferrocarril, por la cual llevaban posteriormente las vagonetas con la arcilla sacada, de donde está actualmente la laguna, a la instalaciones fabriles de la cerámica de Basaldúa. Posteriormente mejoraron el sistema de transporte ya que en lugar de utilizar las vagonetas y la vía para desplazarlas, usaban un camión de gran tonelaje, que pasando por un paso que construyeron a nivel de suelo, a uno 100 mts de la «laguna» de donde sacaban la arcilla, a ras con las vías del ferrocarril Bilbao-Tudela, la transportaba hasta las instalaciones fabriles situadas al otro lado de la vía. En años posteriores se debió agotar la «vena» de arcilla de la zona y la traían de un yacimiento de arcilla. Hacia 1978 cerró la CERíMICA.