Gorbeo o San Julián
Hablar de Orduña, significa evocar a la Sierra Salvada y a cumbres tan significativas como Txarlazo o La Virgen, Bedarbide, Tologorrri y Unguino que cierran el horizonte por el sur, pero dentro de este enclave vizcaíno rodeado por Alava y Burgos hay otras montañas de menor entidad, que sin embargo sirven para dar un largo paseo sin tener que esforzarse en las duras pendientes de Goldetxo y La Barrerilla, pasos naturales entre el valle del Nervión y la meseta burgalesa.
Una cima que reúne estas características es la doble loma del Gorbeo, como lo denominan los orduñeses, o San Julián, de acuerdo con el mapa catastral del ejército. Tiene 556 metros en su punto más alto, no encierra dificultad para la marcha y es un excelente mirador sobre los montes de los alrededores. No figura en la lista de los Cien Montes de Vizcaya, pero en cambio tiene un vértice geodésico en la cima que hace las veces de buzón.
Salida de la estación
La excursión comienza en la misma estación de RENFE (283 metros), punto final del ferrocarril que enlaza Bilbao con la única ciudad de la provincia. Hay que pasar junto al santuario de La Virgen de La Antigua (5 minutos) donde hay una fuente y allí tomar la carretera que a la sombra de La Peña conduce a Lendoño de Arriba. Está en buen estado y nos permite ir ganando metros sin excesivo esfuerzo.
Continuamos la marcha entre setos con La Virgen a la izquierda hasta llegar hasta el área recreativa de la fuente de La Teta, que como un letrero indica es de agua no potable (32 minutos). Poco después pasamos (izquierda) junto a la antigua granja del ejército, ahora convertida en albergue de la Diputación, para llegar finalmente al alto y cruce de carreteras donde un letrero indica que Lendoño de Arriba se encuentra a tres kilómetros (50 minutos). En ese punto existe una caseta de la Diputación que puede servir para guarecerse en caso de lluvia.
Junto a la chabola sale por la derecha un camino embarrado al principio y empedrado después, que sube por el centro de una loma. Es una antigua calzada que los tractores han destrozado, pero que permite ganar altura sin tener que cruzar demasiadas alambradas. Lleva a un rellano (1.05) y atraviesa un bosque mixto de robles y encinas que nos acompañará hasta la cima.
El alto se encuentra algo apartado de la calzada y se alcanza por un corto sendero que nos permite llegar al vértice geodésico, primero, (1.10) y casi a continuación hasta la cumbre (1.12). Estamos a 556 metros. La vista no es buena, ya que salvo el Tologorri, los árboles ocultan el resto del paisaje.
La excursión se continúa por el sendero, entre árboles, o por la calzada, que por la parte derecha bordea una alambrada y desciende de una manera suave hasta un collado (1.33), donde cruza un camino empedrado y en mal estado que asciende de la vertiente de Lendoño de Abajo.
La nevera del Gorbeo
La segunda cima del Gorbeo (546 metros) está en frente, al final de una campa empinada y despejada a la que se accede por una alambrada. En el alto (1.47) hay restos de una antigua construcción, que bien puede ser una nevera o un refugio de cuando la guerra. De allí parte una senda que desciende en dirección a las piscinas de La Muera, que no vamos a utilizar.
En nuestro caso desandamos camino hasta retornar a la alambrada (2.01), para poco después por una calzada ancha y llena de boñigas se alcanzan los caseríos de Ripa (2.05), donde hay una fuente. Allí termina el barro y comienza el asfalto que no nos abandonará hasta el casco urbano de Orduña.
El descenso nos permite pasar junto a la ermita de San Román (2.10) y llegar a la barriada de Zedelika (2.20), desde donde se divisa Orduña. En este punto hay otra fuente, pero generalmente no tiene agua. Entre la ermita, famosa por sus romerías, y los caseríos hay una cueva en la ladera del monte, que está vallada para evitar que caiga el ganado en su interior.
El regreso hasta la estación del tren, a donde se llega en 40 minutos, se hace por caminos asfaltados entre caseríos y pastizales, sin tener que descender en ningún momento hasta la carretera general. La excursión nos habrá exigido aproximadamente tres horas a paso normal.
Ií‘IGO MUí‘OYERRO. EL CORREO.