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CAPILLA de la VIRGEN DE GUADALUPE (Santa Marí­a)

CAPILLA de la VIRGEN DE GUADALUPE (Santa Marí­a)

Es uno de los espacios más originales del templo. Dispone el ingreso en gran arco de medio punto con el intradós cajeado, asentando la rosca sobre pilastras. Se defiende con una magní­fica reja renacentista empa­rentada con la del coro bajo de la catedral de Toledo. Consta de dos pisos y cresterí­a, divididos en tres tramos de barrotes capitales corintios que llevan el tercio inferior del fuste adornado con grutescos y el resto en dos versiones diferentes de abalaustrados con nudos en mazorca de maí­z. En la parte inferior del friso que separa el piso central del superior se lee: «HESTA CAPILLA I REXA MANDARON ACER LOS ILRES SEí‘ORES Ií‘I­GO ORTES DE BELASCO I DONA MA DE SALAí‡AR SU MUGER PARA ELLOS I SUS HEREDEROS I SUCESORES. ACABOSE LA CAPILLA EL ANO DE 1581». En el segundo friso existen motivos vegetales pincelados. La cresterí­a es de floreros en candelabro y aletas que sostienen zancudas envolviendo dos tondos con los retratos de los fundadores y un blasón armero en el centro, con las armas de Ortés de Velasco y Salazar. Los frisos se decoran al exterior con guirnaldas, carátu­las y animales fantásticos. De las puertas cuelga una cartela metálica que dice: «ACABOSE LA REXA ANO D. 1584». La capilla se cubre con terceletes que incluyen combados con el diseño de pies de gallo y polo cuadrado. Las claves menores llevan cogollos, mientras la central muestra a la Virgen y al Niño. La bóveda descansa sobre ménsulas con los mismos escudos familiares de la reja abrazados por una cornisa moldurada. Dispone de una pequeña sacris­tí­a con cubierta de aristas a la que se accede por un estrecho medio punto que perfora el muro septen­trional del templo; existe también un vano de ilumi­nación de medio punto, cajeado. A la titular le corresponde un mueble barroco dotado de banco, dos pisos y ático, compartimenta­dos en tres calles. Los soportes son de corintias con los fustes envueltos por pámpanos, dorándose tan sólo la calle mayor del piso bajo. El ático se enmarca entre pilastras y remata en frontón curvo. Según me indica J.A. Barrio Loza, en su estructura y talla la mazonerí­a es idéntica a la de Molinar de Gordejuela, obra de Alloitiz de 1665. En el banco aparecen relieves de San Lorenzo en la parrilla, Santa Magdalena penitente y la Sagrada Familia, y dos pequeñas pinturas en los netos recogiendo a un santo obispo y a San Antonio de Padua. En el primer piso aparecen Santiago matamoros, la Gua­dalupana representada al gusto de las Inmaculadas de Gergorio Fernández y San Juan Bautista. Se halla aquí­ depositada una mano-relicario del santo guipuzcoano Martí­n de Aguirre. En los zócalos lucen los temas de la expulsión de los ángeles caí­dos, la visitación y San Ildefonso renunciando al episcopado. El piso superior acoge a Cristo en el huerto de los olivos, la Virgen colocando la casulla a San Isidro y la conversión de San Pablo; sobre su cornisa descansan dos figuras reaprovechadas de San Antonio Abad y Santo Tomás. El ático lo ocupa un calvario con las tres figuras y el frontón el Padre Eterno. Dos lienzos de hacia el 1700 representando a San Ignacio de Loyola y a un anciano guiado por dos ángeles completan el patrimonio de la capilla[1].

[1] Aingeru Zabala y otros «Monumentos de Bizkaia» III, 210

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