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La guerra de la Convención en Orduña (7-3-1793 a 22-7-1795)

La guerra de la Convención en Orduña (7-3-1793 a 22-7-1795)

Introduccion

El 21 de septiembre de 1792 se proclamó la Primera República Francesa y pasó a gobernar la Convención Nacional, una asamblea de representantes de todo el paí­s que asumió los poderes y abolió la monarquí­a. Cuatro meses después, el 21 de enero de 1793 era guillotinado el rey Luis XVI. Por el Pacto de Familia firmado es 1759 entre Carlos III de España y Luis V de Francia se comprometí­a el Borbón español a ayudar militarmente a Francia en caso de guerra. Sucedió en España Carlos a su padre Carlos III y su reinado se caracterizó como dirigido por su privado omnipotente Godoy, que firmó un tratado de alianza ofensiva y defensiva con la República Francesa, cuya consecuencia fue la guerra contra Inglaterra y la pérdida de la flota española en Trafalgar. Portugal era aliada de Inglaterra, y Godoy se comprometió por un tratado secreto a dejar el paso franco a las tropas napoleónicas para atacar a la nación vecina. El resultado fue que España fue invadida por las tropas francesas, con toda clase de facilidades[1].

Declarada la guerra el 7 de marzo, los generales españoles la plantearon en tres frentes, correspondientes a otros tantos cuerpos de ejército: uno en Cataluña, al mando del general Ricardos; otro en Aragón, al mando del príncipe de Castellfranco, y el tercero en Guipúzcoa y Navarra, con Ventura Caro a su frente; este último mandaba 30.000 hombres.

Durante el año 1795, los esfuerzos y los éxitos franceses se centraron en Vascongadas, donde tomaron Bilbao y Vitoria y llegaron hasta Miranda de Ebro. En Cataluña, se organizó durante el invierno de 1794-1795 un ejército de voluntarios que logró impedir la invasión. Y algo parejo -a escala mucho menor, porque el ejército catalán llegó a contar 20.000 hombres- sucedió en Navarra. El 20 de julio, los franceses intentaron la invasión por el puerto de Olarregui, sobre los montes que cierran Araquil por el norte, con ánimo de emplear este camino para ganar Pamplona. Pero las tropas regulares españolas y las milicias navarras se lo impidieron, obligándoles a retirarse después de una dura acción. Sólo dos días más tarde, el 22 de julio de 1795, los representantes de Francia y España firmaban la paz de Basilea que ponía fin a la guerra.

La Guerra de la Convencion en Orduña

1793:

  • 4 de abril: se hace el primer alistamiento se hizo. El responsable de realizar el mismo y dirigir las compañías fue Pedro Jiménez Bretón (alférez de fragata y teniente coronel de artillería). Se formaron 7 compañías, con un total de 389 hombres.
  • 5 de agosto: las autoridades municipales pusieron a salvo todos los documentos, alhajas y objetos de valor del ayuntamiento y de las iglesias.
  • Hacia el 24 de agosto se instaló una fábrica de armas en algún lugar en las cercanías de la ciudad.

1794:

  • 13 de diciembre: los señores de la Diputación general del Señorío expidieron un decreto en que se mandaba a las Justicias que, acompañadas de los escribanos del Ayuntamiento, dieran razón, dentro de 3 días, de la plata de las ermitas, iglesias, cofradías y demás.

1795:

  • 25 de enero: se leyó en la sesión del ayuntamiento de Orduña el decreto de la fecha anterior, día en que salía de Bilbao otro de igual o mayor apremio que el mencionado, ordenando y mandando por tercera y última vez se cumpliese lo que se pedía: que, reservándose los copones, vasos sagrados, crismeras y una custodia, remitiesen inmediatamente toda la demás plata. La ciudad cumplió, aunque con mucho disgusto, y recibió un recibo de crédito de 74.955 reales y 18 mrvs. de la Diputación por la liquidación de las alhajas de plata de las iglesias y demás edificios religiosos, aunque los mayordomos decían que “no se puede colegir el valor preciso de la plata” del santuario de la Antigua, al que “al parecer correspondía en proporción la suma de 37.053 reales “.
  • 20 de marzo: en las cuentas de esta fecha se hace  constar  que “con motivo de la actual guerra” se han extraído de éste Santuario: 2 arañas de plata, cada una con 16 candeleritos; 6 candeleros de plata; 4 lámparas, las 2 del altar mayor; una bandeja de plata con 2 vinajeras; 6 candeleros de plata muy crecidos. En este mes de marzo Orduña tenía en servicio a 95 de los 346 hombres aptos para ello.
  • 17 de julio: los franceses entraron en Orduña. Los más ricos huyen poniendo a salvo sus pertenencias, entre ellos el grano. Como consecuencia los más pobres quedaban a merced de los franceses, y sin grano para sobrevivir. Posiblemente provenían de Vitoria que habían abandonado dos días antes.
  • 25 de julio: debido a la paz que se hizo en Basilea, las tropas francesas, el día de Santiago llegaron a Orduña de regreso de Bilbao (la capitulación de Bilbao fue el día 22) hacia Miranda de Ebro[2]. Pernoctaron en la ciudad sin causar ningún estrago[3].
  • Octubre: hay quejas de varios presos encarcelados, a raíz de los alborotos que tuvieron lugar en la ciudad el día antes de la entrada del ejército francés en ella.

 

[1] En las cuentas municipales de 1771 ya aparecen los gastos militares por la alimentación de los soldados a su paso por la ciudad.

[2] Cuando se corrió la voz de que iban a entrar en la ciudad, el capellán de la Antigua, Muga, huyó del Santuario por la tarde del mismo dí­a, sin pedir autorización ni dar aviso al Ayuntamiento. Fue elegido como su sucesor el presbí­tero don Juan Manuel de Aostri, a quien se le dio posesión el dí­a 14 de Agosto. Aostri serí­a fusilado por los franceses en Murguí­a el 12 de septiembre de 1812, por no haber querido entregarles los vasos sagrados. Posteriormente se hallaron al retejar el templo los tres cálices que habí­a ocultado, y en 1814, en la cubierta de una tribuna de uso familiar, una bolsa de dinero que contení­a 1.089 reales.

[3] En la sesión del Ayuntamiento de un año después, el Sí­ndico atribuyó el que partieran sin novedad a la protección de la Patrona y Señora de Orduña la Antigua, y el Consistorio propuso dar gracias a su Madre la Virgen, junto con el pueblo, yendo al Santuario cantando la letaní­a para rezar en el templo el rosario.

 

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