ARQUITECTURA POPULAR (aldeas)
La mayoría de los caseríos y viviendas agrícolas de las aldeas de Orduña son construcciones de discreto interés. Muchos de ellos parecen haber sido renovados o construidos de nueva planta durante el primer tercio del siglo XIX o en fechas inmediatamente posteriores a la Primera Guerra Carlista, y su aspecto es el de casas de volumen prismático, sin soportal ni voladizos, y con sus puertas y ventanas definidas por gruesos sillares de arenisca. Es un tipo de vivienda afín a los planteamientos de la arquitectura neoclásica, en la que se aplican someramente unas normas básicas de racionalismo, sobriedad e higiene. Sin embargo, se conservan también un par de caseríos mucho más antiguos, que merecen un comentario específico. Uno de ellos lleva el número 1 del barrio de Arteaga (Mendeika), y es un edificio de fines del siglo XV, como lo indica el arco apuntado que da acceso a la vivienda. Debió de tener una fachada prácticamente ciega de vanos, sin otras aberturas que la puerta y alguna ventana ojival, y para combatir este incómodo hermetismo se le añadió, en el siglo XVII, un cuerpo delantero dotado de soportal descentrado, cuya viga carrera descansa sobre una columna toscana. El otro caserío es una construcción semiarruinada de Lendoño de Arriba, difícil de interpretar porque ha sufrido varias intervenciones. Pudo presentar la clásica silueta de los caseríos vizcaínos gótico-renacentistas, con la fachada articulada en tres cuerpos, aparejándose los laterales en mampuesto y el central en madera, con soportal en la planta baja. Sólo conserva hoy uno de los cuerpos laterales, y en él se reconoce una antigua ventana geminada, de vanos levemente apuntados, abierta en el piso superior[1].
[1] Autores varios. «Bizkaia» I, pág. 451