ARRASTARIA (Guerra de la Independencia) (1807-1814)
Aunque no directamente relacionado con la Guerra de Independencia, debemos señalar que ya en 1794 el presbítero Leandro de Arberas, beneficiado de Délica, en el arciprestazgo de Orduña, persuadió a los jóvenes de su pueblo y demás comarcanos para que se dispusiesen a hacer frente al invasor francés, en la “guerra de la Convención”[1] en conformidad a los decretos comunicados por la provincia de Alaba. Los franceses entraron en Orduña el 17-7-1795, huyendo los más ricos, poniendo a salvo sus pertenencias, entre ellos el grano. Como consecuencia los más pobres quedaban a merced de los franceses, y sin grano para sobrevivir. Debido a la paz que se hizo en Basilea, el 25-7-1795, las tropas francesas el día de Santiago llegaron a Orduña y su zona, de regreso de Bilbao hacia Miranda de Ebro. Pernoctaron en la ciudad sin causar ningún estrago.
A partir del año 1807 la posición estratégica de Orduña y Arrastaria fue el motivo de su ocupación por el general francés Moncey, en una operación dirigida a dominar estratégicamente los pasos de Castilla y el valle del Ebro al mar por los puertos de montaña orduñeses.
En Tertanga, en octubre de 1808, encima de Orduña, se había asentado ya un destacamento español, que abandonaron sus posiciones ante la entrada de las tropas francesas. El 5 de octubre del mismo año entró en Orduña el llamado rey José, rodeado de mariscales y generales, con un ejército de unos 10.000 hombres de caballería, infantería y artillería, los cuales cometieron diversas tropelías y fue entonces “cuando la ciudad experimentó mayores horrores de robos…”. Al día siguiente salieron en dirección a Bilbao. En el curso del contraataque francés, del 2 al 7 de noviembre, abandonaron sus posiciones. Miles de soldados franceses acampaban en el monte, término de “El Encinal” de dicho pueblo y Tertanga hubo de suministrarles 8.300 raciones de pan y otras tantas de carne y vino, además de suministrar 830 cargas de leña. Los días 5, 6 y 7 ocupaban otras columnas francesas el “monte de Santa Águeda “, dominando Delika, pueblo que tuvo que aportar gran cantidad de víveres y suministros de paja y leña (5000 raciones de pan, carne y vino; 1300 cargas de leña y 400 arrobas de paja; 4000 kgs de pan, 2440 kgs de carne, 2500 litros de vino y 1269 kgs de leña).
A mediados de dicho mes entraron nuevas tropas en la ciudad de Orduña, esta vez aliadas, al mando del general Blake, y la ciudad “no obstante de la miseria en que acababa de ponerla el enemigo, hizo cuantos esfuerzos son imaginables por proveerlos”, al tiempo que el número de orduñeses que partían al frente aumentaba paulatinamente. Las tropas francesas en busca del general Blake, español, ocuparon los pasos de Orduña, Tertanga y Delika hacia los valles de Losa y Kuartango, y los de Aloria a Urkabustaiz. Todo esto duró un mes. En Aloria hubo de abandonarse la aldea ante la entrada de los franceses y su iglesia de San Juan de Abajo quedó ocupada “en una larga temporada”.
El 15 de noviembre, pasados estos momentos, se acantonó un contingente de tropas francesas en la Aduana de Orduña, retenes y guarniciones, para vigilar los sitios estratégicos del territorio y en las aldeas próximas a los mismos, entre ellas la iglesia de Aloria. El 19 del mismo mes, los dueños de yugadas de bueyes de la zona tuvieron que prestar servicio con las mismas y sus carros a las tropas francesas, siendo sacrificadas algunas de ellas para el suministro de la tropa. Durante este tiempo parece se portaron bien, por lo cual el ayuntamiento de la ciudad les gratificó con 3000 reales. Estas tropas estaban al mando del comandante Martín.
Los días 20 y 30 de diciembre de 1808 los franceses obligaron a los vecinos de Delika y Tertanga a que practicaran “la abertura y rompimiento de la nieve de la Peña y Sierra hasta llegar a Berberana, para que pasaran dos batallones y equipajes de las tropas francesas”. El mismo 30 de diciembre se documenta en Tertanga el asentamiento de un batallón francés y 15 oficiales con las consiguientes exigencias de suministros, alojamientos y servicios, muy onerosos.
En la fecha 4-9-1809, tropas francesas al mando del comandante Morot entraron en Orduña, recabando vituallas de todo tipo.
En el año 1810, por motivo del apoyo que estaba prestando la ciudad de Orduña a las partidas guerrilleras, el Gobierno francés adoptó la medida de establecer en ella una guarnición permanente de cerca de 2.000 hombres, que se mantuvo desde inicios del año hasta el mes de febrero. El edificio de la Aduana se fortificó y en ella se acuartelaron los soldados; en los años que duró la contienda, este edificio fue ocupado sucesivamente por tropas españolas y francesas, a las que debemos sumar los grupos de portugueses e ingleses que tomaron parte y transitaban por la zona de Orduña, las cuales exigían de una manera constante un gran sacrificio a los vecinos.
A principios de marzo, 5-3-1810, fueron ahorcados en la plaza tres guerrilleros de la zona donde estaba acantonada una guarnición francesa desde primeros de diciembre lo que provocó que varios jóvenes abandonasen la ciudad, uniéndose a las partidas que operaban por la zona. Las tropas francesas publicaron que por cada soldado francés muerto por los guerrilleros, pagarían con su vida tres vecinos. Por un edicto publicado por la guerrilla intentando captar adeptos, la ciudad fue castigada por los invasores con una multa 20.000 reales.
El 24 de junio del mismo año un grupo de gendarmes de parte del general Abril por causa que los habitantes de Orduña debían haber quitado ciertos “infames pasquines“ que los “brigantes” habían fijado y no los habían ejecutado, eran merecedores de castigo, multándoles con 20.000 reales, a pagar entre los más ricos de la ciudad, si no serían detenidos y encarcelados en Bilbao, el alcalde y diez de esos vecinos.
El 23 de octubre, tomando el sobrenombre de “Longa” (Francisco de Thomás de Anchía y Urquiza, natural de Bolívar- Marquina, otras fuentes dicen que de Mallabia, Vizcaya, en 1783) porque era el de su caserío natal, supo que por las cercanías de Orduña tenía que pasar un convoy importante (compuesto por 540 militares) con todo tipo de repuestos y pertrechos de guerra, para las tropas francesas, que venía desde su patria con destino a Asturias.
Longa apostó cerca de cien jinetes en las alturas de la Peña y él mismo se emboscó con el resto de su gente (otros cien) en las cercanías, decidido a sorprender al convoy francés. Se echó sobre ellos el día 24, en el lugar conocido como la “Venta del Hambre”, aunque su verdadero nombre debía ser la “Venta del Hornillo”, consiguiendo apoderarse de todo el cargamento. Se calculó el botín en 42 yuntas de bueyes con sus carros, una lujosa berlina, 37 monturas que abandonaron los franceses, 4.000 uniformes y 10.000 pares de calzado, más tres millones de reales. Este convoy venía custodiado por un contingente de unos 500 franceses. El convoy sufrió 480 bajas y nueve prisioneros. Los franceses no pudieron obtener información de su paradero por muchas amenazas que hicieron a los orduñeses. En tanto, a Longa le dio tal renombre esta operación que de todas las partes les llegaban voluntarios.
En diciembre de este mismo año, y en las mismas alturas, detuvieron a un contingente de 800 infantes franceses y 70 caballos, obligándoles a retroceder.
En el año 1811 los franceses reforzaron su guarnición de la ciudad, acondicionando como fuerte el edificio de la Aduana. Desde la misma salían los destacamentos en persecución de los guerrilleros.
No obstante, la estabilidad de la zona (alejadas del poder de los franceses en Vitoria) era manifiesta por cuanto dos localidades de la zona, Tertanga y Orduña, fueron sede de las Juntas generales de la Provincia de Álava en el año 1812: en el pórtico de la iglesia de San Cristóbal de Tertanga, el 27 de mayo; y el 16 de septiembre en Orduña. En las Juntas de Orduña se habían presentado, por parte del Procurador de Arrastaria, valientes proposiciones ordenadas al cumplimiento del fuero alavés.
El 21 de abril de 1813 las tropas francesas se llevaron como rehenes a tres regidores y al síndico de Orduña hasta que pagaran los 10.000 reales de vellón en que tasaron las 5,000 libras de carne que pidieron y no fueron satisfechas. En este año se acusa también se acusa el paso de tropas francesas por Aloria, donde hicieron una requisa de trigo.
A comienzos de junio del mismo año el rey francés José (tras su derrota en los Arapiles) se ve obligado a retirarse hacia Vitoria, perseguido por las tropas hispano-inglesas. El 17 de junio llegaba a Orduña el general Longa con sus tropas y una división que desde Portugal, venía siguiendo a la retaguardia francesa; después entraba en la ciudad el general Girón con sus gentes (10.000 hombres de infantería y 2.000 jinetes) y se segaban en verde las mieses para abastecer a las caballerías.
[1] Se denomina Guerra de la Convención al conflicto que enfrentó a España y Francia entre los años 1793 y 1795. Debe su nombre a la Convención Nacional, el órgano que reunía los poderes ejecutivo y legislativo en la Francia revolucionaria al momento de iniciarse la guerra. Las operaciones militares tuvieron como escenario principal a los Pirineos y, en el caso del territorio navarro, tuvieron su punto álgido en octubre de 1794 con la invasión del norte de Navarra por el ejército francés. La guerra finalizó en 1795 con el tratado de paz firmado en la ciudad suiza de Basilea que dispuso la retirada de las tropas francesas del territorio español y, a cambio, la cesión por España a Francia del sector oriental de la isla caribeña de La Española.