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Juan de la Cosa

Juan de la Cosa

1.- Nacimiento

Juan de la Cosa (¿Santoña?, Cantabria, España; ¿entre 1450 y 1460? – Turbaco, Colombia; 28 de febrero de 1510) fue un navegante y cartógrafo español conocido por haber participado en siete de los primeros viajes a América y por haber dibujado el mapa más antiguo conservado en el que aparece el continente americano.

De la Cosa tuvo un papel destacado en el primer y el segundo viaje de Cristóbal Colón a las Antillas y en 1499 participó como piloto mayor en la expedición de Alonso de Ojeda a las costas del continente sudamericano. A su regreso a Andalucí­a dibujó su famoso mapamundi y poco después volvió a embarcarse hacia las Indias, esta vez con Rodrigo de Bastidas. En los años siguientes alternó viajes a América bajo su propio mando con encargos especiales de la Corona, incluyendo una misión como espí­a en Lisboa y la participación en la Junta de pilotos de Burgos de 1508. En 1509 emprendió la que serí­a su última expedición, de nuevo junto a Ojeda, para tomar posesión de las costas de la actual Colombia. La Cosa murió en un enfrentamiento armado con indí­genas antes de poder llegar a ejercer su cargo de alguacil mayor de Urabá.

No se sabe con exactitud dónde nació Juan de la Cosa pero la hipótesis más aceptada es que fue en Santoña (Cantabria), ya que se conservan documentos que muestran que fue vecino de Santoña y que su mujer e hija residieron en esa ciudad. Algunos cronistas del siglo XVI le llamaron «El Vizcaí­no», lo cual llevó a confundirlo con otros marinos llamados Juan Vizcaí­no, los cuales hoy se sabe que eran personas distintas.

Tampoco se conoce su fecha de nacimiento, estimada entre 1450 y 1460, ni se tienen datos de su niñez ni de su adolescencia. Se supone que de joven debió tomar parte en navegaciones por el mar Cantábrico y, posteriormente, en dirección a las islas Canarias y al ífrica occidental.

Las primeras referencias sólidas provienen de 1488, cuando estaba en Portugal. En ese entonces, acababa de llegar el navegante Bartolomé Dí­az a Lisboa, tras haber alcanzado el cabo de Buena Esperanza. Los Reyes Católicos habrí­an enviado a La Cosa a esa ciudad en calidad de espí­a en busca de información y detalles de dicho descubrimiento, logrando La Cosa volver a Castilla antes de que los oficiales portugueses lo capturaran.

Al inicio de la década de 1490 La Cosa se encontraba establecido en El Puerto de Santa Marí­a (hoy dí­a en la provincia de Cádiz) y poseí­a una nao llamada Marigalante o Gallega. Se cree que por motivos de negocios tuvo relaciones con los hermanos Pinzón.

2.- Viajes con Colón a las Indias

a.- Primer viaje

En 1492 participó en el Primer Viaje de Cristóbal Colón a las Indias a bordo de su nao, que según los cronistas posteriores fue rebautizada Santa Marí­a para la ocasión. Ejercí­a el cargo de maestre, siendo Colón el capitán. La embarcación naufragó la noche del 24 al 25 de diciembre del mismo año frente a las costas haitianas. El Diario escrito por Bartolomé de las Casas supuestamente a partir de las notas de Colón acusa personalmente a La Cosa por el incidente, diciendo que ocurrió bajo su guardia y que además huyó en vez de prestar socorro al barco.

  • Martes, 25 de diziembre, dí­a de Navidad (…)Quiso Nuestro Señor que a las doze oras de la noche, como aví­an vista acostar y reposar el Almirante y ví­an que era calma muerta y la mar como en una escudilla, todos se acostaron a dormir, y quedó el governallo en la mano de aquel muchacho, y las aguas que corrí­an llevaron la nao sobre uno de aquellos bancos. (…) El moí§o (…) dio bozes, a las quales salió el Almirante, y fue tan presto que aún ninguno aví­a sentido qu’estuviesen encallados. Luego, el maestre de la nao, cuya era la guardia, salió y dí­xoles el Almirante a él y a los otros que halasen el batel que traí­an por popa y tomasen un ancla y la echasen por popa, y él con otros muchos saltaron en el batel, y pensava el Almirante que hazí­an lo que les aví­a mandado. Ellos no curaron sino de huir a la caravela..
  • Miércoles, 26 de diciembre(…)si no fuera por la traií§ión del maestre y de la gente, que eran todos de Palos o los más de su tierra, de no querer echar el ancla por popa para sacar la nao, como el Almirante les mandava, la nao se salvara… (Diario de Cristóbal Colón. Edición facsimilar de Jesús Varela Marcos, pp.122-123).

Sin embargo, en 1494 La Cosa recibió una compensación económica de parte de los Reyes por el hundimiento de su nao en el primer viaje. Se le otorgaba el derecho a transportar «doscientos cahí­ces de trigo» desde Andalucí­a hasta Vizcaya eximiéndole de pagar ciertas tasas. Este documento, que habla del marino en términos elogiosos («buenos servicios que nos habedes fecho») hace pensar a los historiadores que en realidad Juan de la Cosa no tuvo culpa de la pérdida de su barco, contrariamente a lo que afirma el Diario.

b.- Segundo viaje

Juan de la Cosa participó en el segundo viaje de Colón (14931496) y se cree que debió ser uno de los cartógrafos de la expedición. Sin embargo, según una nómina de pagos fechada en 1497 y descubierta por Montserrat León Guerrero en 1998, La Cosa se habrí­a enrolado como simple marinero en la nao Colina, cobrando 1.000 maravedí­s al mes.

Se sabe también que Juan de la Cosa tomó parte en la exploración de la costa de Cuba ya que fue uno de los firmantes del juramento en el que Colón obligó a sus tripulantes a declarar que Cuba no era una isla. En ese documento, fechado en junio de 1494, La Cosa figura como marinero de la carabela Niña, si bien podrí­a ser también uno de los «maestros de cartas de marear» mencionados en el texto.

Algunos documentos del segundo viaje de Colón mencionaban a un marino llamado Juan Vizcaí­no, al cual algunos historiadores habí­an confundido con Juan de la Cosa. El hallazgo de la nómina de pagos de 1497 demostró que en realidad en esta expedición tomaron parte no una sino dos personas llamadas Juan Vizcaí­no y además Juan de la Cosa, por lo que se trataba finalmente de tres personas diferentes.

c.- ¿Tercer viaje?

La mayorí­a de los historiadores opinan que Juan de la Cosa no participó en el tercer viaje de Colón a las Indias (14981500). Sin embargo, Bartolomé de las Casas escribió que La Cosa «por entonces (1500) era el mejor piloto que por aquellos mares habí­a por haber andado en todos los viajes que habí­a hecho el almirante», lo cual por tanto incluirí­a el tercer viaje. También se conserva una declaración de un testigo de los Pleitos Colombinos que afirma haber visto a La Cosa con Colón «cuando se descubrió Paria«, lo cual normalmente se supone ocurrió durante el tercer viaje. Por ello el historiador Jesús Varela Marcos cree que La Cosa sí­ que participó en el tercer viaje de Colón y debió regresar a Europa antes que el Almirante.

3.- Expedición de Ojeda

En 1499 la Corona decide poner fin al monopolio que tení­a Colón sobre las navegaciones a las Indias y abre el negocio a otros navegantes y empresarios. Esto da lugar a la realización de una serie de expediciones que los historiadores han denominado viajes menores, viajes de reconocimiento y rescate o también viajes andaluces, ya que todos se organizaron y partieron desde Andalucí­a y los que participaron en ellos residí­an mayoritariamente en esa región de España.

Juan de la Cosa participó como piloto mayor y cartógrafo en el primero de estos viajes, el capitaneado por Alonso de Ojeda (que también habí­a estado en el segundo viaje de Colón). La expedición partió de Cádiz el 18 de mayo de 1499 con rumbo al cabo Aguer y de allí­ a la Gomera. Sólo 25 dí­as después se encontraban frente a la desembocadura del rí­o Orinoco. Recorrieron minuciosamente la costa sudamericana hacia occidente, llegando a la pení­nsula de Coquibacoa y el cabo de la Vela (en la actual Colombia). La Cosa fue herido por una flecha indí­gena. Más tarde navegaron a la isla Española, a pesar de que se les habí­a prohibido. No se sabe con exactitud cuándo retornaron a España, habiéndose barajado la fecha de noviembre de 1499 o abril-mayo de 1500.

Este viaje no obtuvo apenas beneficios económicos pero La Cosa pudo cartografiar en detalle la costa de la región explorada, la cual reflejarí­a prontamente en su famoso mapamundi.

4.- El mapamundi

Mapamundi hecho por Juan de la Cosa en 1500. Se muestra el Nuevo Mundo en la parte superior (en verde) y el Viejo Mundo en la parte central e inferior (en blanco).

Tras su regreso a Cádiz, La Cosa elaboró para los Reyes Católicos o alguien de su corte un mapamundi que es el mapa más antiguo conservado en el que aparece el continente americano. Está pintado sobre dos pieles de pergamino unidas en forma de rectángulo irregular de 96 cm de ancho y 183 cm de largo. En el extremo occidental del mapa aparece una efigie de San Cristóbal, probable alusión a Colón, situado a poniente de las Antillas sobre una inscripción que dice: «Juan de la cosa la fizo en el puerto de S: mí£ en año de 1500».

Dicho mapa refleja los resultados de los descubrimientos realizados en América durante el siglo XV; con información procedente de los viajes realizados por Colón (viajes de 1492, 1493 y 1498), Alonso de Ojeda, Vicente Yáñez Pinzón, Juan Caboto, Pedro ílvares Cabral y diversos exploradores portugueses que recorrieron ífrica, como Bartolomeu Dias y Vasco da Gama.

La Cosa sugirió que las tierras descubiertas en el norte y el sur de América podí­an estar unidas formando un solo continente, aunque con la efigie superior hizo un truco para permitir la posibilidad de que existiera un paso marí­timo entre ambas en Centroamérica, cosa que Colón creí­a. Cuba aparece ya identificada como una isla, en contra de la opinión de Colón. En general las Antillas aparecen de manera completa y en América del Sur se muestra la costa desde el cabo de la Vela hasta el cabo de San Agustí­n, mostrando una parte del norte del Brasil. Por el contrario, en América del Norte no se muestran la pení­nsula de Florida, el golfo de México ni la pení­nsula de Yucatán. América Central está tapada por la efigie del santo. .

El contorno de las costas de ífrica aparece dibujado por primera vez de manera correcta, gracias a los últimos viajes de exploración realizados por los portugueses. La región de Europa y el Mediterráneo aparece bien detallada, mientras que amplias zonas de Asia se muestran vací­as e imprecisas.

El mapa está decorado con rosas de los vientos, banderas, barcos, ciudades, reyes, personajes de la Biblia y figuras mitológicas. Se representan algunos rí­os y la mayorí­a de los topónimos están escritos en castellano antiguo.

5.- Expedición de Bastidas

Hacia finales de 1500, el notario sevillano Rodrigo de Bastidas habí­a obtenido una licencia regia para explorar el Nuevo Mundo, así­ que consultó con La Cosa sobre qué ruta tomar. Finalmente Bastidas decidió nombrarlo piloto mayor de la expedición. Otro miembro de la tripulación que se harí­a famoso más tarde fue Vasco Núñez de Balboa.

Partieron de Cádiz en octubre de 1500 con dos barcos y recorrieron el litoral caribeño desde el cabo de la Vela hacia el oeste. Descubrieron la desembocadura de un gran rí­o al que llamaron Magdalena y casi naufragaron en las Bocas de Ceniza. Se adentraron después en el Golfo de Urabá y llegaron hasta el actual Puerto Escribanos, en Panamá. Obtuvieron cantidades importantes de oro pero el mal estado de las embarcaciones les obligó a dirigirse a La Española, donde fueron arrestados por el gobernador Francisco de Bobadilla. La Cosa y Bastidas regresaron a España a finales de 1502.

La reina Isabel, mediante cédula real fechada el 3 de abril de 1503 nombró a La Cosa Alguacil Mayor de Urabá como parte de su recompensa por los servicios prestado en el viaje con Bastidas y adicionalmente fue nombrado oficial asalariado en la recién creada Casa de la Contratación. Por su parte Bastidas fue absuelto de todos los cargos de los que le habí­a acusado Bobadilla.

6.- Viajes propios y misiones especiales

a.- Misión en Portugal

En 1503 La Cosa fue a Lisboa, a la corte del rey Manuel I de Portugal, con una misión diplomática o de espionaje. Según la documentación oficial, se le entregaron 10 ducados de oro para «yr a Portogal a se ynformar e saber secretamente del viaje que los portogueses hizieron a las Yndias con quatro navios…». Sin embargo La Cosa fue capturado rápidamente y poco después regresó a la Corte castellana en Segovia. Allí­ le entregó a la Reina «dos cartas de marear de las Yndias«, que no se han conservado.

b.- Primer viaje a las Indias bajo su propio mando

En 1504 La Cosa logró efectuar su primer viaje de descubrimiento bajo su propio mando como capitán general y piloto, gracias a una capitulación de la Corona para descubrir y vigilar las costas de Tierra Firme. Con cuatro naves armadas recorrió las costas entre la isla de Margarita y el golfo de Urabá, donde consiguió un cuantioso «rescate» (palabra que designaba tanto el beneficio comercial como el botí­n de guerra). En Cartagena de Indias encontró y socorrió al mercader sevillano Cristóbal Guerra y sus hombres, con quienes tuvo grandes disensiones. Sufrieron penalidades en Urabá y Jamaica, hasta que La Cosa los condujo a todos a la Española, donde permaneció dos años. Tras su regreso a la pení­nsula Ibérica en 1506, recibió un premio de 50 mil maravedí­s como recompensa por su labor.

Juan de la Cosa, vecino de Santa Marí­a del Puerto, piloto de Rodrigo de Bastidas, armó el año de 4 cuatro carabelas con ayuda de Juan de Ledesma, de Sevilla, y de otros, y con licencia del rey, porque se ofreció a domar los caribes de aquella tierra. Fue, pues, a desembarcar a Cartagena, y creo que halló allí­ al capitán Luis Guerra, y entrambos hicieron la guerra y mal que pudieron; saltearon la isla de Codego, que cae a la boca del puerto. Tomaron seiscientas personas, discurrieron por la costa, pensando rescatar oro; entraron en el golfo de Urabá, y en un arenal halló Juan de la Cosa oro, que fue lo primero que de allí­ se presentó al rey. Llevaban muy llenos de gente los naví­os; dieron vuelta a Santo Domingo, que ni hallaban rescate ni mantenimiento.

c.- Segundo viaje propio

Al año siguiente, en 1507, la Casa de la Contratación lo nombró para dirigir una pequeña flota de barcos que vigilarí­an las costas entre Cádiz y el cabo de San Vicente, que era lugar de reunión de piratas.

Poco después inició una nueva travesí­a oceánica desde El Puerto de Santa Marí­a, regresando al año siguiente. Por este viaje recibió 100.000 maravedí­s. Se ha escrito que Bastidas pudo haber participado también en esta expedición.

7.- Junta de Burgos

En marzo de 1508 participó en la Junta de Burgos a petición del regente Fernando el Católico junto a Vicente Yáñez Pinzón, Juan Dí­az de Solí­s y Américo Vespucio, que eran los mejores navegantes con los que contaba la Corona de Castilla por aquel entonces, para discutir entre otros asuntos del proyecto de una expedición para encontrar un paso marí­timo a Asia a través o alrededor de las tierras descubiertas en el oeste.20 En esa misma Junta representó a Alonso de Ojeda en el concurso por la gobernación de Tierra Firme, en competición con Diego de Nicuesa. Al final la Corona decidió dividir Tierra Firme en dos gobernaciones: Veragua al oeste del golfo de Urabá y gobernada por Nicuesa; y Nueva Andalucí­a al este, gobernada por Ojeda.

También en 1508 se le confirmó a La Cosa el cargo de Alguacil Mayor de Urabá otorgado cinco años antes, pero esta vez de manera hereditaria.

8.- íšltimo viaje y muerte

La Cosa viajó nuevamente a La Española para participar en un viaje al mando de Alonso de Ojeda, que acababa de ser nombrado gobernador de Nueva Andalucí­a. La Cosa recibió de la Corona el cargo de teniente gobernador y una importante ayuda económica ya que iba a instalarse allí­ junto a su familia. La expedición partió de Santo Domingo el 10 de noviembre de 1509 con tres embarcaciones y unos 300 hombres, entre ellos un soldado llamado Francisco Pizarro. La Cosa resolvió la disputa entre los dos nuevos gobernadores (Ojeda y Nicuesa) sobre qué lugar exacto del golfo de Urabá serí­a el lí­mite de sus respectivas gobernaciones, señalando el rí­o Atrato como la frontera entre Veragua y Nueva Andalucí­a.

Al llegar a Nueva Andalucí­a en diciembre, Ojeda decidió desembarcar en la bahí­a de Calamar, desoyendo los consejos de La Cosa que recomendaba que no se perturbara a los indios de la zona donde estaban, ya que eran indí­genas que usaban flechas envenenadas. El cántabro proponí­a dirigirse a las orillas del golfo de Urabá, donde viví­an indios menos belicosos a los cuales La Cosa habí­a conocido cinco años atrás, pero finalmente acató la orden de Ojeda. Poco después los expedicionarios se vieron envueltos en un combate con indí­genas que se saldó con victoria española, lo que incitó a Ojeda a adentrarse en la selva, persiguiendo a los indí­genas en su huida hasta el poblado de Turbaco. Al llegar al poblado, Ojeda, La Cosa y los demás hombres fueron sorprendidos por los indí­genas, que dispararon flechas envenenadas. La Cosa cayó muerto, así­ como la mayorí­a de sus hombres, pero Ojeda pudo huir.

Al volver Ojeda a la bahí­a de Calamar se encontró con la expedición de su rival Nicuesa. Enterados del hecho ocurrido en Turbaco, los castellanos dejaron de lado sus diferencias y los hombres de ambas expediciones se vengaron destruyendo el poblado de Turbaco y asesinando a casi todos sus habitantes. Algunas crónicas afirman que cuando hallaron el cadáver de La Cosa parecí­a un erizo lleno de flechas; otras dicen por el contrario que el cuerpo habí­a sido devorado por los indios.

La viuda de La Cosa recibió 45.000 maravedí­s y todos los indí­genas que tení­a en posesión el navegante como indemnización por los servicios prestados. Se desconoce el destino del hijo de La Cosa, el cual deberí­a teóricamente haber heredado el cargo de Alguacil Mayor de Urabá.

9.- Su legado: Cartografí­a

El mapamundi de Juan de la Cosa es una de las obras más importantes de la cartografí­a de finales del siglo XV e inicios del siglo XVI. Fue redescubierto en 1832 por el barón de Walckenaer, ministro plenipotenciario de Holanda en Parí­s, que lo compró a un precio muy barato. A la muerte del barón en 1853, se subastó el mapamundi y el gobierno español, aconsejado por Ramón de la Sagra, lo adquirió por 4.321 francos. Desde entonces está expuesto en el Museo Naval de Madrid. Numerosos eruditos han realizado reproducciones y análisis de diversas zonas del mapa de La Cosa. Las primeras fueron las de Alexander von Humboldt en su Atlas géographique et physique des régions équinoxiales du Nouveau Continent de 1834, Ramón de la Sagra en 1837 en la Historia fí­sica polí­tica y natural de la isla de Cuba y el vizconde de Santárem en 1842 con su Atlas de la Edad Media.

Se sabe que La Cosa debió realizar otros mapas importantes pero nunca se han encontrado. En particular consta que en 1503 se le abonaron siete ducados por dos «cartas de marear» que ofreció a la Reina.

Por otra parte es posible que el bachiller Martí­n Fernández de Enciso aprovechara sus relaciones amistosas con La Cosa para incorporar parte de sus conocimientos cartográficos en su obra Suma de geografí­a que trata de todas las partes y provincias del mundo: en especial de las Indias, impresa en Sevilla en 1519.

 

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