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Aloria (de visita)

Aloria (de visita)

16509576Primer dí­a de vacaciones. Tení­a ganas de volver a mi huerta. ¡Vaya semidesolación! Casi toda está hierba (¡bien cuidada, por cierto). En un rincón doce plantas de tomate y otras tantas de pimiento. En el lateral asoman unos pepinos y, en medio, algunas fresas. Este año no hay más. ¡Por lo menos me evito tener que regar demasiado! Los dos bidones están llenos. A su vera el pozo rodeado de una decena de pequeños frutales.

Tras el riego correspondiente, y una mí­nima recolección de tomates y pimientos, me he sentado sobre la cubierta del pozo. La motobomba ha extraí­do hace unos dí­as el agua necesaria para llenar los depósitos. Una hermosa higuera alivia el intenso calor a pesar de ser aún las nueve treinta. Me regalo una docena de fresas y un buen puñado de grosellas. Se dejan comer dejando en mi paladar el sabor de lo natural.

Esta huerta la cuida mi hermano en las horas que le dejan libre sus trabajos. Por eso no hay mucho que rascar pero la tiene bonita. Mejorará cuando crezcan un poco los frutales que ha plantado. Además está cerca de mi casa y con una caseta de obra donde se guardan los aperos. Anexo tiene un sencillo cobertizo bajo el que se puede disfrutar de una reconfortante sombra.

Cuasi limí­trofe con mi huerta hay una finca a la que podemos llamar el «arca de No黝. Tres burros (uno de ellos de pocos meses); una veintena de gallinas; unas conejeras; seis ovejas; varios pavos, algunos gatos que van y viene, dos perros… Todo ello junto a una caseta hecha de «remiendos», una aventadora de los años cincuenta, un remolque con las ruedas destrozadas que sirve a las gallinas para tomar el sol, una vieja sulfatadora…y ¡un pozo con su higuera!

A la vera del pozo me he acordado de «mis» alumnos y alumnas de 2º de Bachillerato, especialmente de la sección «A». ¿Dónde estarán en este momento?… ¿Habrán asentado su próximo año?… ¿Habrán desertizado Sestao?… A la vera del pozo veo no menos de seis rebaños de ovejas dispersos por las laderas del inigualable entorno del valle de Orduña. La mayorí­a de ellos en las inmediaciones de los Lendoños aunque vislumbro alguno en la zona de Santa Cristina. No puedo menos de recordar a Irantzu ¡bien sabe ella porqué! Me pregunto si harán un mí­nimo esfuerzo por leer algún librito en tan largas vacaciones; si serán juvenilmente responsables en sus diversiones; si, tras varios años en el Colegio, habremos sido capaces de ayudarles a caminar…

A la vera del pozo contemplo no muy lejos la silueta de la Parroquia de Santa Marí­a. Pongo en sus manos de la Virgen la vida de todos ellos, tanto de quienes iniciarán nuevos estudios como de aquellos que tendrán que repetir curso. Procuro recordarlos uno a uno. Laura, Borja, Jon, Maider, Imanol, Diana, Lidubiñe, Endika, Marí­a, Irune, Miren, Pablo, Rosa… A la vera del pozo de mi huerta he comenzado mis vacaciones.

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