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Servicios Públicos Municipales

Servicios Públicos Municipales

Se incluyen en este apartado aquellos edificios de titularidad pública que albergaban algún servicio destinado a los vecinos, prestado normal­mente de forma indirecta a través del arrendamiento. Los más importantes son los dirigidos a procurar el abastecimiento de la población. Así­, para el año 1519, existen ocho panaderí­as distribuidas de forma equilibrada «cuatro de una parte del agua y otras cuatro de la otra». También la carnicerí­a era objeto de arrendamiento. Se ubicaba aquella debajo de la torre del reloj y, cuando menos en 1526, en la Calle Vieja con dos bancos, uno de vacas y otro de terneras y dos cortadores en cada banco. Se establecí­a o imponí­a un horario amplio, y la obligación de matar y sangrar las reses en el matadero general, dejando las carnicerí­as únicamente para la corta, pesa y venta de carnes. Existe una pescaderí­a, la llamada red del pescado fresco, levantada por el Concejo al final del auditorio. En este caso, la financiación de la obra se lleva a cabo con el importe de las multas que impuso el Corregidor a los fieles del Concejo, por haber cobrado estos más derechos de los estipulados. Además de estos comercios que, de alguna manera, podemos consi­derar especializados, se arrendaban dos tiendas que abastecí­an a la po­blación de todo tipo de géneros como aceite, candelas, sardinas, pescado seco o remojado, sebo, etc. La ubicación de estos comercios no era fija porque las autoridades locales la permití­an donde quisieren los arren­dadores si bien, como en el caso de las panaderí­as, debí­an colocarlas «una de la una parte del agua y la otra de la otra parte«, prohibiéndose expre­samente que sea en la plaza, excepto en tiempo de feria. Finalmente existí­an otros servicios públicos como el peso de la harina situado «en la botica nueva debaxo de las casas de Pedro Ortí­z de Orue«, los pesillos de la carne, uno en calle Vieja y otro encima de la Carnicerí­a y Zapaterí­a, lo que parece indicar que se hallaban en las propias carnicerí­as, y la media fanega o peso municipal. Este no se hallaba en un sitio fijo colocándose junto a la piedra de la plaza, en medio de ella, y cuando hiciese mal tiempo en sus hastiales, exceptuando el de San Juan, y siempre que no se perturbe la entrada y salida de las casas. Existe, de todas formas, un párrafo añadido en uno de los ejemplares de esta Ordenanza de la Renta de la Media Fanega en el que se fija el lugar concreto para colocar el peso, que no es otro que encima de la Calle Medio. El edificio de la Casa Consistorial fue construido a fines del siglo XV. Durante el siglo XIV las reuniones del Concejo se celebraban en la Cámara de los Clérigos de Santa Marí­a. Aquí­, por ejemplo, se otorgó poder el 6 de febrero de 1391 por el Concejo y Vecinos para el pleito que mantení­a Orduña con el Señor de Ayala. También en fechas anteriores, 1377 y 1379, se utiliza la Iglesia Parroquial para menesteres concejiles (aprobación de Ordenanzas), en consonancia con lo que sucedí­a en la mayorí­a de villas vascas. El documento más antiguo conocido en el que aparece la Casa Consis­torial es de 11 de junio de 1484: «Y nos el dicho Concejo y Alcalde y Justicia y escuderos y hombres buenos de la dicha Ciudad de Orduña estando juntados a nuestro Concejo llamado a nuestro Concejo y Ayuntamiento a campana repicada y en la cámara de concejo según que lo hemos de uso y de costumbre de nos ayuntar en los tales y semejantes casos y negocios.» Es seguro que en la construcción del Ayuntamiento se utilizó la muralla ya que su ubicación, colindante a la torre pública, ineludiblemente nece­sitaba ocupar la antigua cerca, tal y como aún hoy se ve en su salón de plenos. También en 1492 y en 1499, en las ya citadas Ordenanzas, se habla de la «Casa e Cámara de Concejo de la dicha Ciudad». Se adelantó pues Orduña a alguna de las principales ciudades vascas, como Vitoria, que no construirí­a su Casa Consistorial sino hasta principios del siglo XVI. Para terminar haremos mención a la existencia de hospitales. La refe­rencia más antigua data del año 1270 en que se habla de la casa de San Lázaro. Los datos posteriores corresponden al siglo XV. Así­, en las Bienandanzas e Fortunas de Lope Garcí­a de Salazar hay una cita del llamado Hospital del Prado. Más explí­cito es un documento de 1478 por el que se otorga merced de mayoral del hospital de San Lázaro a Clemente López de Ochandiano, para que administre los propios, bienes y limosnas y pro­vea a pobres y enfermos de dicho hospital, lo que estarí­a acreditando en ese local la existencia de una cierta organización asistencial y sanitaria.

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