El monte San Pedro y la Guerra del 36
En el verano de 1936 se trazó una gruesa y decisiva línea en la geografía vasca, al igual que en muchos territorios de la península ibérica. Mientras en Bilbao las autoridades políticas y militares se declaraban leales a la legalidad republicana, en Vitoria un grupo de militares y derechistas se hizo con los principales núcleos de poder y llevó a cabo una depuración casi completa de las instituciones. Pronto, grupos de voluntarios ocuparon posiciones y otros muchos fueron movilizados. El monte San Pedro, en un lugar de frontera estratégico, fue ocupado por voluntarios del Requeté de Álava en octubre de 1936. Sin embargo, este enclave era «uno más» de todo el sistema que organizaron los sublevados en las elevadas cotas de Urkabustaiz, así como en la Sierra Salvada. El Alto Nervión quedó en poder republicano, bajo el mando de Gabriel Aizpuru, un comandante de asalto enviado desde Bilbao.
Tal y como dice Pablo Beldarrain en su Historia crítica de la guerra en Euskadi (1936-37), «[e] I disfrute de los treinta o más kilómetros de crestería, le permitía al enemigo defender con muy poca fuerza». Por lo tanto, estamos ante un frente organizado en base a la verticalidad del propio terreno. Las fuertes pendientes y los grandes desniveles ofrecían una clara ventaja al bando rebelde. Sin embargo, esta situación iba a cambiar un poco en diciembre de 1936.
El día de San Andrés, el 30 de noviembre, el Gobierno Vasco lanzó la conocida como «Ofensiva de Villarreal», con una gran masa de maniobra que protagonizaría el único ataque que llevaría a cabo el Ejército de Euzkadi en toda la guerra. El objetivo era tomar Vitoria para poder así avanzar sobre Miranda de Ebro. Arrebatar uno de sus principales nudos ferroviarios a Franco era un objetivo ambicioso. El gran despliegue de medios humanos y materiales parece que no fue suficiente y los errores tácticos y la inexperiencia pronto empezaron a hacer mella en la ofensiva. Tras varios días de atasco frente a la resistencia franquista de Villarreal (la actual Legutio), el Gobierno Vasco decidió abrir una segunda línea ofensiva en el sector de Murguía.
El 5 de diciembre de 1936, la columna de Aizpuru atacó las posiciones del monte San Pedro yTxibiarte y consiguió tenerlas en su poder en poco tiempo. Los días siguientes,varios intentos por avanzar sobre Uzkiano (con el objetivo de llegar hasta Murgia) fueron frustrados. Las fuerzas rebeldes se hicieron fuertes en posiciones como Iñabarraga, San Martín y el Pinar. Los costes en bajas fueron elevados por ambas partes, aunque el frente finalmente quedó estabilizado en estas nuevas posiciones.
Es entonces cuando podemos hablar del monte San Pedro como una atalaya republicana, cuya custodia queda bajo los batallones Araba (EAJ-PNV) y Leandro Carro (PCE). Las posiciones vecinas de Txibiarte y Sobrehayas quedaron bajo la responsabilidad del batallón Bakunin (CNT). Aquí permanecerán de forma más o menos estable hasta mayo de 1937, momento en el que se desata la gran ofensiva franquista en este sector. Tras meses de «Campaña de Vizcaya», la gran operación orquestada por el general Mola para acabar con la resistencia vasca y poner fin al Frente Norte, sólo queda avanzar sobre Bilbao y la mitad occidental de Bizkaia. Núcleos como Durango y Gernika ya han conocido el poder destructivo de las aviaciones alemana e italiana. El Ejército de Franco se sitúa ahora muy cerca del Cinturón de Hierro de Bilbao, el «frente interior» que deberá proteger a la capital y que constituye su última defensa.
El 27 de mayo de 1937, una intensa preparación artillera y ataques aéreos presagian una toma rápida de las posiciones de San Pedro por parte de los sublevados. Euzkadi Roja, el órgano de comunicación del Partido Comunista de Euzkadi, da buena cuenta de la situación:
«SECTOR DE AMURRIO. Aquí es donde ha centralizado el vértice de la contienda bélica. Luego de una intensísima preparación artillera, secundada por una numerosa escuadrilla de aviones de «caza» y bombardeo, nuestras
Posiciones leales de San Pedro, cota 705, y Sobre Ayas, cota 600, fueron atacadas por la infantería rebelde, precedida de tanques y carros de asalto. Nuestros gudaris tuvieron que replegarse a las posiciones de segunda línea realizando la retirada serena y ordenadamente».
Las fuerzas de Euzkadi tuvieron que retirarse rápidamente en dirección a «Las Minas» (o posición II» según la documentación de la época), aunque allí también sufrieron duros ataques. Las próximas semanas, desde esta cota, gudaris y milicianos batirán la cumbre del monte Pedro, ahora ya ocupada por el ejército franquista. El 31 de mayo, los republicanos conseguirán reconquistar la cima, aunque sólo por unas horas. Parece que la derrota está sentenciada para ese momento y los hechos se suceden sentenciando el final de la guerra en Euskadi: en junio, el Cinturón de Hierro será roto y Bilbao caerá poco después. Las tierras del Alto Nervión vivirán la retirada republicana hacia tierras encartadas y santanderinas. Con el fin del frente en el Alto Nervión llegará el fin de la resistencia republicana en suelo vasco.
Tomado de AZTARNA
Josu Santamarina Otaola