LA BARDULIA.- CASTILLA.- AL-QUILÉ.
Cuando aparece por primera vez designado este territorio, con el nombre de Castilla. Cómo formó parte del reino asturiano-leonés-. Castillos que defendieron la comarca.-Señores que dominaban en ellos.-Extensión de Castilla primitiva en las diversas épocas y Reyes que dominaron en sus territorio.-¿De quién tomó el cognomen de Vieja, la Castilla primitiva?
La Cantabria o la Autrigonía o la Bardulia, fue una de las regiones o comarcas del imperio godo, que al descomponerse de resultas de la rota del Guadalete y la irrupción por la península de las huestes agarenas, e iniciarse en sus montañas la reconquista, fue como el núcleo del nuevo reino cristiano. Escaso el número de sus habitantes, fueron sus breñas el refugio de los godos y cristianos fugitivos, sus sierras las almenas de sus fortalezas naturales y sus imponentes desfiladeros fosos de sus castillos, tras de los cuales los caudillos que venían con ellos, defendieron de las acometidas árabes, impidiendo tras los escarpados riscos, la entrada en este agreste territorio; caudillos que apoyándose y protegiéndose mutuamente y coordinando sus esfuerzos, crearon con la elección de Pelayo, el reino de Oviedo.
El nombre con el que se conocía en esta época este territorio, fue el de Bardulia sin duda conservado del antiguo pueblo, y así lo mencionaron los cronistas cristianos, unido al territorio de Álava, por lo cual sin duda lo designaban en plural, las Bardulias. Los anales Compostelanos lo citan así: “en la era de 830 (792) en el tercer mes, llegó Albutaman a Álava y fue muerto en Pisuerga, en era 844 (806) cuando vino a las Bardulias” denominación con que distinguían también al territorio la Crónica de Alfonso III y el Cronicón Silense.
En la crónica de Alfonso III, como antes hemos visto, en donde aparece la identidad de Bardulia y Castilla por vez primera: “En aquél tiempo se poblaron Primorías, Liébana, Trasmiera, Sopuerta, Carranza, Bardulia que ahora se llama Castilla” pero la primera vez que aparece este nombre en la documentación, es en la escritura fundacional de la iglesia de Taranco de 15 de noviembre del 800, cuyas palabras son: “Ego Vitulus Abbas et frater meo Erbigius, in loco que dicitur Taranco, in territorio Mainensi quem sub subditione Mene, manibus nostris fundavimus baselicam in ciuitate Area Patriniani in territo río Castelle”.
En otra donación a la misma iglesia de Taranco, hecha en 12 de octubre de 807, por el presbítero Eugenio y sus socios, de las iglesias de San Andrés y San Félix, precisase donde se encontraba la ciudad de Area Patriniani. Son sus palabras: “Ego Eugenius presbiter cum socios meos tradimus ad honorem S. Emeteri et Celedoni de Taranco…. nostras propias ecclesias, pernominatas S. André, apostoli et S. Felicis, que manibus nostri extirpe radice, fecimus in territorio Area Patriniani in loco qui dicitur inter Pando y Nozeto sicco”. En otro lugar, más adelante, precisaré al tratar de la repoblación el lugar de su emplazamiento.
Tenemos pues la palabra que indica la existencia de un territorio, ¿de dónde le vino esta denominación? “Castilla, según Balparda (2) es nombre puesto, a poco, de la población de Alfonso el Viejo, a la zona occidental de la antigua Vardulia, y sugerido a los árabes y a los cristianos, por el aspecto militar de la extrema frontera del reino de Oviedo, la primera de estas circunstancias la declaran las más antiguas crónicas (Salmanticense 13 y Silense 33) al hablarnos de la Vardulia que ahora llamaos Castilla: la segunda, aparte lo lógico de la hipótesis, lo confirma la etimología latina (Castella) de la palabra y el que los cronistas árabes no usan en los primeros siglos de la reconquista, el de Castilla, como nombre propio, sino que designan esta región, con el común arábigo, equivalente a al-kilé, prural de kalat, Castillo”.
En la conferencia pronunciada en Burgos por el competente filólogo e historiador Menéndez Pidal (L), sostiene que “este territorio en el extremo oriental del reino de Asturias, en contraste con el se levanta Castilla… es una marca fronteriza Castella, esto es los Castillos, que en el siglo IX defienden el desfiladero de Pancorbo”.
Otra denominación suelen emplear los historiadores árabes “Galiquia” con la cual no querían designar la región que tiene tal nombre, sino el territorio total que comprende el ocupado por los romanos y los suevos, o sea lo que constituyó andando el tiempo, los reinos cristianos de Oviedo y León. Álava y los Castillos es para ellos lo que andando el tiempo constituyó el Condado de Castilla, abarcando no solo el territorio de las Merindades, sino parte de las provincias vascongadas.
Aquella región antigua de Cantabria o Autrigonia, andando los años, se subdividió en otras tres, según el territorio en que mandaban sus jefes o condes. Asturias de Santillana, Castilla y Álava.
En la mitad del siglo VIII es cuando nace Castilla “El nombre, en frase del P. Pérez de Urbel, no ha aparecido aún y en su lugar vino su apelativo, que pronto caerá en olvido”, ya hemos visto el primer documento que muestra su nombre.
El territorio, al iniciarse la reconquista, fue en lo político la continuación del imperio godo. Pelayo y sus sucesores los reyes de Oviedo y León, no fueron otra cosa que los continuadores en la monarquía goda y como dice muy bien Balparda ese “fue el título de su soberanía, sobre los pueblos que iban libertando del dominio de los árabes, sin que esa idealidad, se destruya por la existencia de reinos independientes, porque estos jamás dejaron de considerarse, como miembros de la unidad española”.
La unidad política, la unidad jurídica y la unidad religiosa, que se había logrado en el imperio godo, subsiste en el reino de Oviedo. En lo político, el concepto de soberanía, el de familia, el de propiedad, son los mismos de las leyes godas; la organización en Oviedo, como dice el Albeldense, fue también la goda, tanto en la Iglesia, como en la Corte, según existió en Toledo. Los mismos organismos rectores, el Oficio Palatino, el Aula regia y las mismas personas como autoridades, los Duques, los Condes, las Potestades etc. Menéndez Pidal (L) en su citada conferencia del Milenario de Castilla, muestra su conformidad con esto y dice que “el reino asturiano pese a su pequeñez, se sentía heredero de la gran monarquía visigoda y ésta fue su grandeza, su increíble grandeza histórica. Aquél minúsculo reino, quiere encargarse de la reconquista de España entera, restaurando el reino godo en su totalidad; quiere que toda la organización estatal de los godos, tal como había funcionado en Toledo, se reproduzca y prosiga en Asturias; quiere que cuando en 905 se funda en Pamplona un nuevo reino, que la unidad política de la España cristiana, se mantenga, para lo cual los Reyes de Asturias y León se arrogan el título de emperadores. Este reino imperial, aferrado a un pasado glorioso, cuya tradición quiere proseguir en toda su integridad, es la gran fuerza conservadora y centralista, de la cristiandad en la Península”.
La unidad jurídica se logró con el Fuero Juzgo, como se deduce de la diplomática de la época, siendo aplicado este cuerpo legal en todo el territorio conquistado. La unidad religiosa estatalmente conseguida en el imperio, con la conversión de Recaredo; continuó en la empresa cristiana de la Reconquista, poniéndose los caudillos bajo el lábaro santo de la Cruz y en todas las empresas llevaban tras sí, los núcleos cristianos de repobladores, cuyos asentamientos se convirtieron a la vez que en centros de las artes y de la cultura, en focos del ideal cristiano, amparados por los caudillos.
Ya hemos visto que este territorio, se le conoció con el nombre de Castilla o Los Castillos, por las muchas defensas que los cristianos refugiados construyeron en el mismo, para convertirle en la fortaleza inexpugnable de donde arranca la reconquista del solar patrio, hollado por los hijos del Islam. Balparda (G.) recorrió esta tierra estudiando la topografía de la misma, en relación con la castrametación realizada, para la defensa del territorio de Castilla Vieja, baluarte en unión de las Asturias, de la independencia patria. Salvo la afirmación de asignar a Castrobarto, el carácter de Castro de Castilla vieja, estoy conforme, en lo demás con sus opiniones, sobre la defensa y situación de las fortalezas, que guardaron esta tierra de la primitiva Castilla.
Sobre Castrobarto, como baluarte defensivo, de ascendencia romana, solo voy a exponer dos palabras que aclaren el problema. Solo por la denominación de castro, no se puede, a un insignificante lugar, darle la importancia estratégica que no tiene; pudo tenerla en los tiempos celtas o romanos, pero el pequeño altozano en que se asienta el lugar, nunca por los poco elevados escaños que aparecen en la fotografía con la que ilustra el texto de su obra, pudo tener la importancia defensiva de épocas anteriores que los asigna, fácilmente accesible y por ende conquistable. Lo único que en las épocas celtas o romanas pudiera haberle dado importancia es hallarse sito frente al portillo de la Magdalena, en Peña Mayor, pero este mejor se defendía en el paso dominando a Mena y su subida que no en su descenso, en un oteruelo insignificante en medio del valle.
El Castro Castelae Veteris, no pudo ser otro que Medina de Pomar; basta ver la situación de la misma, dominando el valle en que se asienta, construida sobre un altozano con repechos y escaños más pronunciados, elevados e importantes que los de Castrobarto para comprenderlo. Además, a pocos kilómetros, sus defensores encontraban cobijo y apoyo en la montaña de Tesla con sus castillos de Tetelia (Tedeja) y Misanicos (Mijangos). Pero aparte de la topografía del terreno, hay una prueba concluyente que lo demuestra y son las palabras con que a Medina de Pomar la designa el fuero que la dio Alfonso VII en Aguilar el 22 de septiembre de 1219, Medina de Castellae Veteris, Medina es palabra árabe que significa ciudadela, ciudad fuerte, y de ello se deduce que fue la ciudadela (castro) de Castilla la Vieja. Así se llamó Medina de Pomar en los tiempos de Castilla primitiva, y si no se la hubiera denominado de esta manera, el fuero no la hubiera consignado con esas palabras. Pero este castro perdió en la primitiva Castilla su importancia defensiva, porque siendo un hecho histórico confirmado, que las huestes agarenas no pisaron este territorio, bien por la capitulación de sus habitantes, bien por lo agreste del mismo, lo cierto es que la defensa pasó a los riscos de sus montañas y a sus desfiladeros y el castro de Castilla-vieja quedó en el centro de la primitiva Castilla como su capital, plaza de armas y parque de avituallamiento y aposento.
La línea defensiva se fijó más al S.E., sobre las ingentes montañas que forman la cuenca del Ebro. Veamos las defensas que impidieron la penetración de la morisma en este territorio; empecemos por el extremo S.E. Buradón: fue este castillo la defensa natural de la entrada de la Rioja, hacia Álava y Castilla; situado en elevado risco defendía el paso de las Conchas de Haro. Constituyendo un antimural formidable. Fueron señores (dominantes) de Buradón, en 964, Fernán González; en 1012, Beila Ovecoz de Palencia: 1040 a 1065 Fortún Sánchez, y en 1113, Lope González.
Cellórigo: Eran dos riscos, que sitos en la falda S. de los montes Obarenes, defendían principalmente el llamado desfiladero de Foncea, puerta de la Rioja. Yuvo gran importancia, como vimos, en el siglo IX (882), pues ante sus muros se estrellaron las fuerzas del Islam, mandando en el castillo y gobernando la tierra el conde Vela Ximénez. Su existencia como castillo aun consta en la escritura de reconocimiento del caballero Tello Munioz, de la ermita de San Pelayo de Cellorigo a San Millán: “in decania propia, qui vocatur S. Pelagii inxta castrum Celloricum”.
Pancorvo: Así como el castillo de Cellorigo defendía el desfiladero de Foncea y la Hoz de Mosquera, éste de Pancorvo era el baluarte defensivo del de su nombre, o sea el paso de la comarca de Bureba a Castilla-Vieja. Aparece como en el de Cellorigo, atacándole la morisma en 882, gobernando la comarca en conde D. Diego. Fueron señores dominantes en el mismo Assur Núñez, de 998 a 1003; Sancho Fortuniones, de 1031 a 1061; Ximeno Fortuniones, en 1062; García Ordóñez, en 1070; Ximeno Fortuniones, en 1073; D. Marcelo, en 1073; Gómez Mundisalvo, desde 1090 al 1110, y Orti Ortiz, en 1129.
Petralata: Tuvo su existencia en los montes Obarenes, cerca del actual portillo de Busto. Era atalaya castellana de las tierras de la Bureba y defendía el paso de sus nombre entre Zangandez y Barcina de los Montes. Su situación se adivina por el texto de un documento de Oña (1209), en el que Alfonso VIII dona Quintanaopio al monasterio en el que constan estas palabras: “in concambium illis hereditatibus quae habetis in hoz de Petralata, inter Zangandez et Barcina quas vobis prendide et dedi concilio de Frias”.
Fueron sus dominantes, Aznar Sánchez, desde 1034 a 1054; Sancho Fortuniones, en 1088; el Conde Gómez Gundisalvis, desde 1090 a 1106, y Petro Ennecoz, en 1114.
Término: Entre Pancorvo y Petralata, en las faldas de los montes Obarenes, de enlace entra ambos, estuvo construida esta fortaleza, a cuyo derredor se fue construyendo más tarde el pueblo de Santa Gadea del Cid. Se conservan hoy los restos del castillo y cerca. Le gobernaron como dominantes Beila Ovecoz de Palencia, en 1012; Munio González de 1035 a 1040; Tello Munioz, de 1064 a 1071; Domino Marcelo, en 1077; Didaco Sangiz, de 1083 a 1087.
Lantarón. Fue obra de las fortalezas que defendieron Castilla-Vieja y el formidable desfiladero de Besante. Se halla situado sobre lo que hoy es Balneario de Sobrón y cortaba el paso entre la ag4reste Sierra de Arsena y los montes Obarenes (3). Fue cabeza de condado y el título de uno de los antiguos de Castilla reunidos por Fernán González. Recorriendo la diplomática de Valpuesta y San Millán, se muestra como señores o dominantes de Lantarón a Gonzalo Tellez, en 881; a Fernán-Díaz, en 913; a Álvaro Herramelliz, en 929; a Fernán-González, en 935; a Bella Ovecoz de Palencia, en 1012, y a Munio Gonzálvez, desde 1035 a 1040.
Frías. Fue la fortaleza por la que se pasaba del primer recinto fortificado de Castilla al segundo, defendiendo el paso de Petralata al Ebro y sirviendo de defensa la cuenca de este río en su enlace con la Sierra de Arcena por el Portillo de Herrán. Además, su torre inexpugnable, fue la magnífica atalaye del Ebro.
Tedeja. La defensa natural del paso del Ebro en el desfiladero de la Horadada, fue este castillo de Tedeja, sito en la jurisdicción del lugar de Tartalés de Cilla. De él recibió el nombre de Sierra de Tesla, figurando en los documentos de la época, con los nombres de Tutela, Tetelia, Teteja y Tesla. Cuenta el P. Risco que, según la tradición, fue en él enterrado el Duque de Cantabria, Don Pedro.
Ejercieron su dominio: Galindo Velázquez, en 1035; Fortun López, de 1037 al 1050; Galindo Ovecoz, en 1055; Sancho Fortunionis, en 1059; Lain Ovecoz, en 1067; Gundisalvo Salvadores, en 1083; Didaco Sangiz, en 1083; Eneco López, en 1103; en 1121, Bermudo Gutier, y Gonzalo Salvadores, en 1082.
Mijangos: Recibió esta defensa su nombre, del lugar sobre el que se construyó, designado en los documentos de la época, Maganicos, Misangos, Enizanicos. Fue el que en la tierra se le designa hoy día con el nombre de Castillo de Montealegre, del que aún se conserva algún resto y estuvo construido en la cima de un montecillo cónico, en la falda de Sierra de Tesla, siendo su misión la defensa del paso o portillo de Tartalés de los Montes. Consta del cronista árabe Aben Adhari que era señor de Misanica en 865. Gómez y según un documento de Nájera de 1406, mandaba en él Fortun López.
Toba. Fue otra defensa que, construido en elevado cerro en el Valle de Valdivielso y pueblo de su nombre, cortaba la entrada y salida en el Valle, era atalaya y vigía de la montaña de Tesla y facilitaba la defensa de los pasos o desfiladeros de los Hocinos, Cereceda y Hoz. No se menciona en los documentos y se conservan aún su torreón y defensas ruinosas.
Estas fortalezas se enlazaban para la mejor defensa del territorio de Castilla, con los de Poza. Castrosiero y Amaya y otras más secundarias por el lado E. con lo que el territorio de Castilla-vieja quedó fuertemente fortificado, y, merced a ello, pudo convertirse en plaza de armas de la reconquista.
Tomado de YUCA Enero 2023
Por Julián García Sainz de Baranda
“Apuntes sobre la historia de las Merindades antiguas de Castilla”