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El territorio de los pueblos vascos

El territorio de los pueblos vascos

asdLos vascones ocupan aproximadamente el territorio de la actual Navarra, salen al mar por el extremo oriental de Guipúzcoa y son vecinos, por su parte SE. de los edetanos que llegan a la región de Saldubia (Zaragoza) y por el SO. de los celtí­beros del Ebro, así­ como de los pelendones de la parte montañosa que limita el valle del Ebro y al O. de los berones de la Rioja.

El lí­mite de vascones y berones viene a coincidir aproximadamente, en un principio, con el de las actuales provincias de Logroño y Navarra, teniendo sin embargo los vascones en el máximo territorio que se les atribuye las cabezas de puente de Calagurris (Calahorra) y Gracchurris (región de Alfaro) y probablemente los valles anejos. La divisoria entre ambos pueblos parece encontrarse en la zona de bosques que cruza la actual carretera de Zaragoza a Logroño entre la Venta de Rufina y Ausejo. Más hacia el S. y antes de Cascantum (Cascante) atribuí­da a los vascones, la población actual de Fitero parece señalar el lí­mite entre vascones y pelendones, extendiéndose los últimos hacia el Oeste embocando la montaña por la cuenca del rí­o Alhama, en donde los pelendones tienen la ciudad de Contrebia Léucada (junto a Cervera de rí­o Alhama).

Los lí­mites actuales de Navarra con la provincia de Zaragoza parecen constituir también la frontera de los vascones con los celtí­beros de las vertientes del Moncayo, a los cuales pertenecen Turiasso (Tarazona), Bursada (Borja) y Balsium (Cortes).

Por el E. no hay ningún indicio positivo para señalar la frontera. Esta podrí­a estar indicada geográficamente por la región de Las Bárdenas y subir hacia la sierra de la Peña. Hasta donde llegasen los edetanos de Saldubia-Zaragoza al E. de la frontera vascona y donde comenzasen los ilergetas que se extendí­an por lo menos hasta Osca-Huesca, tampoco lo sabemos: parece sin embargo, que la divisoria entre edetanos e ilergetas, si los ilergetas llegan hasta la frontera vascona, habrí­a que buscarla por la lí­nea que de Las Bárdenas va por los Montes de Castejón y los Montes de Zuera hacia la sierra de Alcubierre y los Monegros que constituirí­an la frontera de edetanos e ilergetas, pasando el lí­mite, en el camino de Zaragoza a Lérida, acaso por la extensa zona despoblada entre Osera y Bujaraloz.

Más al N. de las Bárdenas, tenemos que, según Ptolomeo, los vascones se prolongan por el Alto Aragón, al N. de la sierra de la Peña hacia la región de Jaca: dicho autor les atribuye taxativamente Iacca (Jaca), la capital de los lacetanos. Acaso aquí­ nos encontramos en un caso de restablecimiento de lí­mites antiguos por los romanos en favor del pueblo originario y de ello cabrí­a concluir que los vascones, antes de la entrada, no demasiado antigua, de los iacetanos originarios del territorio aquitano de Francia (pues los iacetanos parecen ser los mismos aquitanos) en sus domicilios históricos más acá del Pirineo, habrí­an poseí­do buena parte de los valles de éste.

Más al N. de la divisoria de vascones y berones, los primeros seguí­an hacia el O. de Estella, a encontrar las alturas de la sierra del Aralar (en donde tení­an Oarso-Oyarzun). Según Sánchez-Albornoz, el lí­mite de los vascones con sus vecinos occidentales por esta parte, los várdulos, irí­a por el valle del Ega, por las sierras de Urbasa, Andí­a y Aralar y finalmente buscarí­a el mar por la divisoria entre los valles del Urumea y del Oyarzun.

Los várdulos, de los cuales Ptolomeo cita, entre otras imposibles de identificar, las ciudades de Tritium Tuboricum (Motrico), Tullonium (Alegrí­a), Alba (Albéniz) cerca de Salvatierra, seguí­an al occidente de la frontera mencionada de los vascones y llegaban por la costa hasta el valle del Deva, en cuya desembocadura se halla Tritium Tuboricum (Motrico). El valle del rí­o parece ser su divisoria con los vecinos occidentales, los caristios y aquí­, como hace notar Sánchez Albornoz basándose en Campión, parece coincidir la frontera con los lí­mites de los dialectos vascos, guipuzcoano y vizcaí­no, extendiéndose el último por Vergara y Salinas. Pasada la sierra, la frontera de várdulos y caristios atraviesa la llanura de Vitoria entre Suessatium (Zuazo) y Veleia (Iruña) de los segundos y Tullonium (Alegrí­a) que pertenecí­a a los várdulos y entre cuyas ciudades formarí­a la divisoria la cuenca del rí­o Zadorra, yendo a parar a los montes del condado de Treviño, cuyo nombre antiguo (Trifinium) se refiere sin duda a la frontera de los tres pueblos que en él coincidí­an: autrigones, caristios y várdulos, formando la sierra de Cantabria la barrera montañosa que limita los várdulos, extendiéndose los berones por la parte meridional de dicha barrera. Los várdulos, pues, tení­an casi toda la actual provincia de Guipúzcoa y la mitad oriental de la llanura de Vitoria, en donde, algo al occidente de esta ciudad comienzan los caristios con Veleia y Suessatium.

Los caristios están situados entre los várdulos y los autrigones. Los localiza la situación de las ciudades que Ptolomeo les atribuye, esto es Suessatium-Zuazo, Tullica (probablemente Tuyo en la ribera del Zadorra) y Veleia-Iruña. Además Ptolomeo los hace llegar a la desembocadura del Deva. Por el S. formarí­an su lí­mite las sierras que cierran el valle de Miranda por el N.: sierra de Tuyo, etcétera, tocando los caristios al condado de Treviño.

La frontera de los caristios con los várdulos serí­a probablemente el lí­mite de las actuales provincias de Guipúzcoa y Vizcaya, al occidente de Motrico, en la divisoria occidental de aguas del Deva, hacia el Alto de Urcárregui, el monte Max, el puerto de Azcárate, el grupo de montañas cerca del monte Elósua, al E. de Vergara (que desde el punto de vista dialectal cae dentro de la zona vizcaí­na), para buscar la sierra de Aitzgorri, la sierra Elguea y el puerto de Arlabán.

Desde allí­ la frontera seguirí­a aproximadamente la cuenca del Zadorra, por los montes al O. de Vitoria, yendo a buscar el ángulo NO. del condado de Treviño, en donde coincidí­an los tres pueblos de autrigones, caristios y várdulos.

El lí­mite occidental de los caristios marca a la vez la frontera con los autrigones. Por la parte de Vizcaya y Alava eran los autrigones, según Ptolomeo, las bocas del Nervión, el Portus Ammanus, llamado también Flaviobriga (situada según unos cerca de Castro-urdiales, según otros Bilbao) y las ciudades de Uxama Barca (Osma de Valdegovia), en la ribera occidental del rí­o Omecillo y Deobriga (a la derecha del Ebro, delante de Puentelarrá, según Sánchez Albornoz). La frontera con los caristios parece arrancar de las sierras al N. del valle de Miranda, por las de Arcamo y los montes de Gutbijo sube por la cuenca del Omecillo hasta cerca del valle de Orduña y, formando aquí­ la divisoria el nudo montañoso de las peñas de Orduña, baja a buscar el mar, siguiendo primero el valle y luego el curso del Nervión.

Por el S., el territorio autrigón comprende la Bureva, intercalándose como una cuña entre las dos tribus célticas de los berones de la Rioja y de los turmódigos o turmogos de las tierras burgalesas.

A los autrigones les atribuyen Plinio Virobesca (Bribiesca), Tritium (Monasterio de Rodilla) y Ptolomeo, además Segisamunculum (Cerezo de Rí­o Tirón), Vindelia (Santa Marí­a de Rivaredonda) que vigila el desfiladero de Pancorbo y que emboca el camino del interior del territorio autrigón en donde se halla Deóbriga (Puentelarrá), Vindelia y Deobriga así­ como también les atribuye Salionca (Poza de la Sal según Sánchez Albornoz).

Así­ los lí­mites extremos por el S. de los autrigones desde el valle de Miranda, el condado de Treviño y los montes Obarenes, por el lí­mite de las provincias de Logroño y Burgos, van a buscar los montes de Oca, en donde la Brújula les separa de los turmódigos que comienzan al O. con Deobrigula (Tardajos). Siguen luego el lí­mite de la zona montañosa al O. de Poza de la Sal (Alto de las Cruces: 1028 metros, Altoteiro: 1175 m.) que forma la cuenca del rí­o Omina, hacia la confluencia del Oca con el Omina, en donde el pueblo de Terminón señala el mojón entre autrigones y cántabros, lo mismo que hacia la sierra de Canales que determina el recodo del Ebro antes de su confluencia con el Oca.

El lí­mite occidental de los autrigones que los separa de los cántabros, cruza el Ebro, que así­ viene a correr en parte de su curso por territorio autrigón, y, siguiendo por la sierra de Tasia, deja dentro de éste las regiones de Villarcayo y Medina del Pomar, así­ como las Encartaciones y va a parar a la costa al nivel de Laredo y Santoña. Cerca de Villarcayo debe ponerse la ciudad de Segontia Paramica por la coincidencia del nombre con Cigí¼enza del Páramo: esta ciudad Ptolomeo la atribuye a los várdulos, cosa que parece una confusión, pues serí­a difí­cil de admitir la extensión de los várdulos hasta allí­, garantizando la identidad del nombre la localización de la ciudad, por lo que ésta cae en territorio autrigón.

Por la parte próxima a la costa es difí­cil señalar exactamente los lí­mites de los autrigones con los cántabros. Sánchez Albornoz se inclina a hacerlos pasar desde el sistema de las sierra cántabras por el rí­o Asón (el Sanga de Plinio), que Plinio da como el primer accidente geográfico de la tierra cántabra y que hoy es todaví­a una frontera dialectal, extendiéndose a su occidente el dialecto leonés moderno. Este lí­mite es probablemente exacto,- aunque creerí­amos que más que el rí­o la frontera está formada por su valle.

Además de los pueblos mencionados, Mela señala con los autrigones otro, el de los arigeviones que debió estar situado a su oriente, separándolos el rí­o Nerva o sea el Nervión. Los origeviones no son conocidos por ningún otro texto y podrí­an ser un pueblo comarcal del territorio entre el Nervión y el Deva, esto es de la región montañesa de Guernica, desapareciendo luego los origeviones absorbidos por los caristios. Es probable que en el paí­s vasco, como en otras regiones peninsulares de topografí­a difí­cil, por ejemplo Galicia, quedasen olvidados pequeños grupos étnicos comarcales en los textos que trataban de dar una descripción de conjunto, borrándose en estos casos los menos importantes y tomando según las épocas como representativo de todo el grupo a unos o a otros.

La delimitación de los pueblos del grupo vasco parece haber sido en general siempre la misma en lo fundamental, excepto las pequeñas modificaciones periféricas a que nos hemos referido, quedando intacto siempre el núcleo del territorio de cada uno de sus pueblos. Los autores antiguos, al describir de modo incompleto esta zona y sobre todo al generalizar el nombre de alguno de aquellos pueblos, por ejemplo el de los vascones o el de los várdulos, si se interpretan literalmente, pueden dar otra impresión: esto ha inducido a algunos a excluir a los autrigones del grupo vasco para unirlos a los cántabros, así­ como Schulten ha intentado la hipótesis del incremento sucesivo del territorio de los vascones. Según Schulten éstos tendrí­an su sede principal en el Ebro, desde donde se extendieron, conquistando poco a poco no tan sólo la montaña de Navarra y la salida al mar, sino incluso el territorio de los várdulos, caristios y autrigones (entre 150 y 580 de nuestra era) así­ como haciendo incursiones en Aquitania en 587, en donde se extendieron hasta el Garona y dieron su nombre a la Gascuña (Vasconia-Guasconia). De las incursiones en Aquitania da testimonio Gregorio de Tours, pero movimientos anteriores, a través de las fuentes, no hay motivo alguno para suponerlas. En aquéllas, en los tiempos en que esos pueblos eran poco conocidos sólo se citan, sin delimitarlos exactamente, los vascones del Ebro o se atribuyen a los vascones ciudades de otros pueblos, por tenerse entonces a los vascones por los principales de todo el grupo vasco, convirtiendo en genérico el nombre del de aquellos. Se concibe fácilmente que desde su territorio originario, los vascones pudiesen avanzar o retroceder en el Ebro o caer sobre la llanura de Aquitania, pero una conquista de los valles vascos parece inverosí­mil y el sólo silencio de las fuentes respecto al nombre de los demás pueblos vascos es insuficiente para comprobarla.

 

 

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