El Balneario de La Muera de Arbieto. Cuartel de Gudaris
En 1897 Cándido Peña y Gallegos, director del balneario de Arbieto en Orduña, publica una completa guía sobre el establecimiento regentado por su persona. Con esta guía se quiere informar pormenorizadamente a los posibles usuarios del balneario de cualquier aspecto que deseen conocer o les genere dudas acerca del mismo. El itinerario que deben tomar desde cualquiera de las principales ciudades españolas, precios del billete de ferrocarril, horas de viaje y como llegar hasta sus puertas desde la estación de Orduña.
Además la guía contiene una breve historia de Orduña, su entorno y el balneario que da paso a continuación a una descripción detallada del edificio y sus alrededores. Se pone de relieve las virtudes curativas de sus aguas saladas; los servicios ofertados por la casa de baños donde se indica el precio de cada uno de ellos, sus instalaciones, etc…
Es en 1871 cuando Sabina de Olabarri Epalza se decide a erigir el balneario. Sabina Olabarri procede de una adinerada familia bilbaína vinculada a la industria siderurgica. De hecho su padre Pascual Olabarri uno de los socios fundadores de la fábrica Santa Ana de Bolueta (Alonso, 2019). El proyecto no se puede llevar a cabo debido a la agitación carlista en que se encontraba la provincia (Peña, 1897). Su fallecimiento en 1877 no permite que las obras se lleven a cabo. Esto sucede dos años más tarde de la mano de los hijos de la mecenas habidos de su matrimonio con Miguel Escuza Egea.
Por aquel entonces las buenas familias burguesas que frecuentan La Muera no pueden imaginar como a finales de 1936 los inquilinos de tan exquisito edificio van a ser bien diferentes. A finales de diciembre del 36 se va a convertir en cuartel del batallón Nº 14 Araba vinculado al PNV.
Las primeras compañías del batallón Araba nacen a mediados de septiembre de 1936 en Oquendo (Álava): 1ª Estabillo y 2ª Ayala. Se crean sobre la base de un numeroso grupo de jóvenes nacionalistas que con Ramón Azkue a la cabeza, acuden a Arrankudiaga (Vizcaya) los domingos de agosto a recibir instrucción militar (Núñez, 1997). Más adelante el batallón se completa con dos compañías más de fusileros (3ª Alaitza y 4ª Eleizalde) y una de ametralladoras denominada Urrutia en honor al amurriotarra José Mª Urrutia muerto durante la batalla de Villarreal (Merino, El Batallón Araba I, 26/08/2019). A éstas también hay que añadir Servicios Auxiliares, Enlaces y Transmisiones, sección Mixta.
Pasa a disponer en Llodio (Álava) de su cartel general. Primero en el palacio del marqués de Urquijo convenientemente incautado para el esfuerzo bélico y más tarde en el palacio de Lamuza sito en la misma población. Es en estos cuarteles donde el batallón se va desarrollando como tal y nacen el resto de compañías.
En sus filas acoge a nacionalistas del norte de Álava cuyo territorio ha quedado bajo control gubernamental, evadidos de la zona de Vitoria y vizcaínos principalmente de Orduña (Urgoitia, 2002). En el blog Crónicas del Alto Nervión se puede consultar un listado completo de los gudaris del batallón: https://amerinozulueta.wordpress.com/.
El 20 de octubre las compañías Estabillo y Ayala son enviadas a los frentes de Markina y Kanpanza respectivamente en el que va ser su bautismo de fuego. Un realidad un ligero calentamiento previo a la conocida como ofensiva de Villarreal (30/11/36 al 24/12/36).
Manuel Ibarrola nos cuenta como fue la partida desde Llodio hacia la línea del frente:
Y llegó una tarde que nos dicen “Ustedes prepárense- éramos dos cías.- a las 12 de la noche tiene que estar completamente preparados todos”
Una noche, en noviembre era fíjate que frío, nos mandan salir. Vinimos a la plaza formados. Joder todo lleno de autobuses, unos 30 autobuses. Y autobuses y venga, venga, venga, a montar a los autobuses. (…) con las luces apagadas llegamos a Ubidea. Llegamos a Ubidea y allí pararon los autobuses y nos dijeron: “Bajen aquí” y al lado de la torre hicieron café para calentar un poquito a la gente (Entrevista a Manuel Ibarrola, 14/03/2011).
Las dos compañías del Araba permanecen en la zona de combate hasta al menos el 17 ó 19 de diciembre (Azkue, 2004). Al intenso fuego enemigo deben sumarle las pésimas condiciones meteorológicas las cuales dificultan más si cabe el buen desarrollo de las operaciones militares. Exhaustos al fin los gudaris del Araba regresan a Llodio:
Nos trajeron a Llodio (…) en unos camiones de una fábrica de chocolates de Irún. Nos dejaron ir a casa a pasar la navidad si teníamos la casa cerca, nos daban un cuartillo de vino, a casa (Entrevista a Manuel Ibarrola, 14/03/2011). Es en esta estancia en Llodio cuando el batallón se ve al fin completo.
El día 29 de diciembre son llevados a la estación de ferrocarril de Llodio y marchan para Orduña. El gudari Manuel Ibarrola recuerda cómo fueron recibidos a su llegada a la población vizcaína por los requetés apostados en la sierra Sálvada: Cuando llegamos a Orduña ya nos empezaron a sacudir otra vez, de la Virgen tiraban. Antes de instalarse en el balneario los gudaris lo hacen en un almacén de yesos y después en el santuario de La Antigua.
Las características que ofrece el edificio son las idóneas para acoger a un batallón: A 1.5 kms de Orduña, finca amplia para el esparcimiento de los gudaris de asueto, y lo que resulta fundamental, el inmueble cuenta con servicios e instalaciones para atender al descanso y a los estómagos de los gudaris con comodidad.
Otra de las ventajas con las que cuenta su ubicación es la proximidad a la línea del frente que debe ocupar el batallón. El batallón guarece las posiciones sitas en el monte San Pedro de Beratza, la 11 o de Las Minas y otras trincheras en la misma Orduña y en Lendoño. Se relevan en dichas posiciones con el batallón comunista Leandro Carro.
En palabras del gudari Juan José Usategui solían tardar alrededor de hora y media en alcanzar a pie las fortificaciones de San Pedro (Azkue, 2004). En una ocasión se quiere probar el tiempo de reacción de los gudaris del Araba en caso de que las posiciones propias reciban un ataque sorpresa. Nos lo relata Juan José Usategui:
Hubo una vez un simulacro de ataque en el frente. Estando nosotros en nuestro cuartel de La Muera, cuando avisaron del Leandro Carro, que estaba en los parapetos de San Pedro, que grandes concentraciones de tropas fachis se observaban frente a nuestras posiciones. Salimos rápidos del cuartel y sin formar, fuimos subiendo. A los ¾ de hora de recibir el aviso, ya la van guardia de nuestro Batallón hacía contacto con ellos y la columna toda en menos de lo que canta un gallo estaban ocupados los puestos y reforzándoles (Azkue, 2004).
El batallón permanece en La Muera por una larga estancia. Concretamente hasta mayo del año siguiente cuando el batallón es movilizado para acudir al monte Sollube (Arrieta, Bizkaia) donde se está librando encarnizada batalla (6 al 14 de mayo) para frenar la progresión hacia Bilbao de las tropas fascistas.
Sergio Balchada
Tomado de www.no eres de orduña si…