Lekamaña
Es una pequeña aldea de 34 habitantes, según el padrón de 1986, situada al pie de Gárate, con más de 600 metros de altura en su cima, y en las proximidades del río Nervión a su paso por Saracho, en un antiguo camino de Orduña a Lezama.
Siempre fueron escasos los recursos de su parroquia de San Miguel, hasta el punto de que los ingresos de su fábrica apenas bastaban para mantener la lámpara del Sacramento durante medio año. Por eso en la visita pastoral de 1717 el prelado concedía indulgencias a los feligreses que, aparte del pago obligado de los diezmos y las primicias, contribuyesen al alumbrado del templo; y por eso mismo eran frecuentes las derramas y repartimientos entre los vecinos para subvenir a las necesidades de la parroquia.
El vecindario de Lecamaña nunca fue numeroso; en 1556 vivían en la aldea diez vecinos, con un cura al servicio de su parroquia al que Don Atanasio de Ayala, el patrón de la iglesia, pagaba veinticinco fanegas de trigo al año. El mismo número de vecinos se repetía en las fogueraciones y en los repartimientos efectuados hasta fines del siglo XVIII; en 1786 tenía 60 habitantes, todos labradores, cifra que, con escasas variantes, se mantenía en el siglo pasado y en los comienzos del actual.
Durante la tercera década del presente siglo la situación de la parroquia de Lecamaña y la del pueblo en su totalidad iban a cambiar. Doña Claudia de Mendívil, nacida en un caserío del lugar y viuda de Don Francisco de Arana, iba a construir en su pueblo en la década de 1920 una iglesia nueva, con su casa cural, el cementerio, la escuela, el lavadero, fuentes públicas y hasta iba a conducir el tendido eléctrico a Lecamaña. A la vez que se restauraban los caseríos que precisaban reparación, a cuenta de una fundación dotada por la misma bienhechora para el mantenimiento de las obras creadas; mientras, se colocaba en la iglesia un retablo nuevo con imágenes, ornamentos y objetos de culto, adquiridos expresamente para el templo recién erigido, todo a costa de Doña Claudia de Mendívil.
En tanto, apenas variaba la población de Lecamaña: 66 habitantes en 1930, 69 en 1950 y 59 una década después. En 1970 se registraba ya un acusado descenso a 36 habitantes y, en 1983, a 32.