
Apuntaciones Históricas y Geográficas de la Ciudad de Orduña (I)

1.- Antigüedad Romana
De todos los historiadores y geógrafos romanos o españoles que escribieron las guerras, y demarcaciones de España, apenas puede sacarse un pueblo que tenga analogía, una entera conformidad con la Ciudad de Orduña, en el nombre, en los antiguos sucesos, y en su moderna actual situación; en las monedas romanas, las inscripciones, ni otros de los muchos monumentos que hasta ahora se han encontrado en muchas partes de nuestras provincias, y han publicado muchos sabios y autores numismáticos. Cuanto hay escrito, cuanto se halla de su antigí¼edad romana, se reduce a conjeturas, a especulaciones geográficas y a combinaciones probables; de modo que los escritores modernos apenas han podido pasar en esta parte del grado de la probabilidad geográfica. Veamos pues, con detención, qué fundamentos hay para estas probables conjeturas; cómo se pueden deducir a favor de Orduña, y cómo se pueden sacar de los geógrafos más famosos, y conocidos que tenemos, o nos han quedado de la antigí¼edad romana.
STRABí“N
Este filósofoe historiador que nació en Capadocia, y floreció en los dos imperios de Augusto y de Tiberio hacia el catorce del nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo, escribió su obra de geografía después de haber hecho muchos viajes para estudiar el mundo, con los términos marítimos de sus costas. En el Libro. 3º de esta obra, describe la parte septentrional del océano de España que los geógrafos modernos llaman: mar Cantábrico. Habla de los habitantes, de sus costas, de sus costumbres, y sus montañas; de los diferentes nombres que distinguían a los naturales según aquel territorio, o parte de la tierra que ocupaban entre las montañas, y los ríos, de sus alimentos, de la dureza o la dificultad de su idioma y de su valor. Sobre la costa que describe, y va recorriendo hacia el norte, nombra a los Gallegos, a los Astures… y Cántabros, hasta los Vascones, y el Pirineo, de modo que bajo el nombre de Cántabros, comprende a los Autrigones, a los Várdulos y a los Caristos. Era común a todas estas naciones en tiempo de Strabón el nombre de Cántabros, como hoy se llaman Vizcaynos.
Entre los Astures, los Vascones y el monte Pirineo, tenían su situación los Autrigones (aquí se conjetura que estaba situado el pueblo, a que hoy corresponde la Ciudad de Orduña), los Várdulos y los Caristos, de enumeración o nomenclatura difícil, se excusa Strabón por no causar (dice) «a sus lectores, ni tampoco a sí mismo, el tedio que produce una nomenclatura desapacible, y tanto como sería el nombrar a los Pletauros, a los Barduetas, los Alotrigas, y a otros pueblos semejantes, de más duros y desapacibles sonidos».
Resulta pues, que el griego Strabón, sucinto con demasía en su descripción geográfica de esta costa septentrional, como de otras, no habló de los Autrigones que habitaban allí; pero que los supone y se deben entender comprendidos dentro del territorio que demarca. Así lo entienden autores y críticos de primer orden, Casaubon, Henao, Larramendi, Flores, y su apologista el padre Risco Agustiniano. Más, que Casaubon entiende, que los Alotrigas que cita Strabón, son los Autrigones que habitaban, dice el Padre Briz hacia la Provincia de ílava, y Señorío de Vizcaya.
PTOLOMEO
Ptolomeo (Claudio) matemático de Pelusa, que los griegos llamaban el sapientisimo, y el divino, nació en Canope cerca de Alejandría, en el segundo siglo de Cristo, bajo el imperio de Adriano y Marco Aurelio hacia el año de 138.
La tercera y más útil de sus obras es El Planispherium. En el libro 2º capítulo. 6º, pone la situación del pueblo, o ciudad conocida entonces con el nombre romano de Uxamabarca, en los Autrigones. Pomponio Mela, español de la provincia Bética, que unos le hacen de Mellaria en el Reino de Granada, y otros lo dudan porque él no dice donde nació en la Bética. Su traductor, y comentador Don José Antonio de Salas, le hace contemporáneo de Julio Cesar hasta alcanzar el tiempo de la dominación de Augusto, otros creen que vivió en tiempo de Claudio Emperador. Su obra geográfica intitulada: De situ orbis, en tres libros, ha inmortalizado su nombre. En su libro 3º, capítulo. 1º dice así: «Los Cántabros y los Várdulos, tienen aquel trecho y en el de los Cántabros hay algunas ciudades y algunos ríos; pero no pueden pronunciarse en nuestra lengua (la latina). Por entre los mismos, y los Salenos, desciende el río Saurio, y por entre los Autrigones y algunos de los Origeviones, el Nesua.
El río Deva pasa por la ciudad de Tritio-Tobolico, y después por las de Iturissa y Cason, el Magrada. Los Várdulos, que todos son una misma nación, y que desde aquí les pertenece hasta el promontorio de la cumbre pirinea, ponen límite a las Españas».
PLINIO
Plinioel mayor, que vivió en los tiempos de Tito y Vespasiano, emperadores romanos, dejó escrita su Historia Natural en 37 libros. Describe la parte septentrional de España en su libro 4º, capítulo 20 y dice que a la colonia de Flaviobriga, obedecían nueve ciudades: Vardulorum Oppida Morosgi, Menosca, Vesperies, Amanum portus, ubi nunc Flaviobriga colonia, Civitatum novem Regio cantabrorum, flumen sanda, portus Victorie Julio-brigensium. í‰l mismo dice, en el capítulo 3º del libro 3º, que el nombre de Uxama era más usado que en la de los Arevacos, con mira (en esto más) a la Uxamabarca de los Autrigones, por ser pueblo memorable. Las nueve ciudades que obedecían a la colonia Flaviobriga (que verosimilmente es hoy Portugalete, cerca de Bilbao, y por allí descarga en el mar el río Nerva de Orduña) se cuentan así por los autores: Uxama, Segis-munchum, Virbisca, Antecuia, Deobriga, Vindelia, Salionca, Tritium, Vindeligra parebant colonia Flaviobriga que caput erat barum et jurisdicundi causa copeteban.
El Padre Harduinoen su edición corregida de Plinio con sus notas críticas, dice después de haber hablado de los Vascones, Várdulos, Autrigones y Caristos: Civitatum IX. Ait esse in Cantabry novem. Regioni hodi nomen Asturias de Santillana: Y luego reduce el río Sanda a Sanga de Plinio, al Nerva de Ptolomeo, que baña y corre por Bilbao, y dice de él que está in finibus cantabrorum.
Otros escritores y geógrafos de primera clase como el Padre Moret, el sabio francés de la Aquitania, Arnaldo Oihenarto, y Don José Pellicer, libro primero de sus annales de España, número 55, dicen lo mismo que el Padre Harduino, en cuanto al río de Plinio, pues reducen todos al Nerva de Ptolomeo, el Nesua de Pomponio Mela, y lo convencen con sólidos fundamentos.
Tenemos pues, en autores antiguos y modernos de incontrastable autoridad, Autrigones situados oportuna y cabalmente, río Nerva, que pasa por los Autrigones, y descarga en el mar por Flaviobriga in finibus cantabrorum; y tenemos a Uxamabarca, pueblo o ciudad memorable en los Autrigones que hacían una parte de la Cantabria. Pues a ver, si todo esto se puede contraer a la ciudad de Orduña con alguna probabilidad respecto de su situación actual, y del río que pasa por ella: curso que lleva este río, nombre y origen que tiene, descarga en el mar, y por donde hace su descarga, para combinarlo con aquellas autoridades.
Ptolomeo, nos da el río Nerva o Nervión (libro 2, capítulo 6) en los Autrigones, y río con expediente al mar, donde descarga cerca de Flaviobriga. Pues este río, según dice Florian de Ocampo, padre de la historia de España, celebrado particularmente por su gran conocimiento en la topografía y reducción de los antiguos pueblos a los modernos dice pues, en su historia, «libro 1º, capítulo 2º» que nace a un cuarto de legua de la ciudad de Orduña, y corre con curso derecho, pasa por Bilbao, y entra en el mar por Portugalete, después de haber sido sus aguas muy provechosas para las muchas ferrerías y molinos que muelen con ellas, y por los muchos pescados que crían». En esto siguen a Florian de Ocampo, los que escribieron después, y los más críticos de nuestra geografía en todas sus partes. Esto es, Esteban de Garibay libro 3, capítulo 4 y libro 13, capítulo 28. Mariana lib. 15, cap. 3 nuestro orduñés erudito Andrés de Poza, en su tomo en 4º de las Poblaciones de España, impreso en Bilbao en 1587, al folio 25. Covarrubias en su Diccionario, verbo Bilbao y verbo Nervio, y Góngora-Torreblanca en su Apología del reyno de Navarra lib. 3º, cap. 19, con algunos más que omito por la brevedad que corresponde a unas apuntaciones.
Bien sabido es el curso de nuestro río Nerva o Nervión. Su viaje no se alarga más que diez leguas. En la presa de Echavarri, cerca de Bilbao, recibe los riachuelos de Galdacano y Ariz; y así aumenta su caudal. Aumentado con ellos, llega a un sitio donde hay ferrerías y molinos que se llama Ybayzaval, que quiere decir río ancho, nombre que dan al río de Bilbao (que es éste) Esteban de Garibay, el Padre Larramendi, Henao y otros. Después de haber pasado por Bilbao, se mezcla con el caudaloso río de Castrejana, y con los de Retuerto y Asua que no son tan crecidos. De todos ellos y de algunos arroyos, se hace una hermosísima tabla, muy ancha y profunda aun sin las crecientes o flujo del mar que ya recibe en esta parte, y así parece un brazo de mar, tanto más porque se navega desde Portugalete hasta muy cerca de Bilbao.
Un historiador del emperador Nerva (el Farrafa) dice que este río recibió su nombre a contemplación o en obsequio de aquel Monarca Romano. Pero antes de Nerva, ya era conocido el río Nerva. Ya los geógrafos le habían demarcado para dar su caída al mar. Recibe su nombre de una peña que se llama la peña Nervina, y así la llaman los naturales, brotan de ella sus aguas, como de una fuente inagotable, y desgajando por los altos a vista de Orduña, llegan a la falda, corren por las tierras llanas de huertas y labor, que fecundizan. Gira por detrás de la iglesia de Santa María, y corre al hermoso prado de la misma Ciudad, donde tiene dos puentes para facilitar el comercio con Bilbao y otras partes. El primero de estos puentes cerca de la ciudad, entre las dos ermitas de San Miguel y San Lázaro. Las fuentes de este río o la tal peña Nervina, están a una corta legua del recinto topográfico de Orduña, que es donde se da la situación de Uxamabarca, en los Autrigones, nación que hacía parte de los Cántabros, como ya se ha visto.
Más. Que si se atienden los grados en que Ptolomeo pone la boca o embocadero del río Nerva al mar Cantábrico, y las tablas delineadas según la mente de este gran geógrafo de la antigí¼edad romana, si en ellas se atiende al nacimiento del Nerva cerca de Uxamabarca. a la confinidad de los Autrigones y Cántabros, y al cruzar los unos con los otros, si todo esto se atiende como es preciso, se hallará que desde la peña Nervina hasta el puerto de Flaviobriga, no hay ni se encuentra otro pueblo, nombrado y conocido en aquella antigí¼edad, que la ciudad de Orduña en lo moderno, y por consecuencia, que a ella se debe reducir verosimilmente la Uxamabarca de los antiguos.
El sabio anticuario ya citado, el orduñés y licenciado Andrés de Pozaque ha 202 años escribía su Catalogo de Poblaciones y Reducciones, dice así: Uxama es la ciudad y universidad de Osma. Aquí se conoce que el autor se llevó de la autoridad de algún otro sin examinarla, porque es cosa bien sentada hasta ahora, y lo fue siempre, que Osma, y el Burgo de Osma, son la Uxama Argela de los antiguos, colocadas una y otra a distancia de un tiro de cañón, con un puente de por medio sobre el río.
El Burgo tiene muralla antigua y iglesia catedral. Fuera de esto, es no tener atención (sea cual fuere la autoridad que guió a Poza) a las situaciones que dio Ptolomeo, y a las resultas de los grados que nos dan sus demarcaciones de los puertos y de la costa Cantábrica. Pues véase por esta regla, en qué situación y distancia de la costa se hallan la ciudad y el Burgo de Osma con su universidad.
Lo mismo se debe decir de los que tienen a Orduña por Flaviobriga y a Uxamabarca por puerto de mar. Lo mismo de los que dan a Orduña por la Tulica de los Caristos, y de que hablan los antiguos geógrafos, y lo mismo de la singular, por no decir soñada pretensión del Padre Gregorio ArgaizCronista Benedictino de que se llamó Dardania por haberla fundado el rey Dardano o mucho antes que él, el rey Brigo. Que el año 89 de Cristo floreció en esta Dardania una sierva de Dios que se llamó Frotinda, y en el año 90 de este primer siglo de la iglesia que hubo mártires, y uno de estos mártires, que fue obispo de Dardania. Lo mismo en fin, de lo que un falso cronicón refiere de los mártires que padecieron en Orduña, si Orduña fue llamada antiguamente Uxamabarca». Pero aunque el Padre Bolando, crítico de primer orden, no se opuso en su famosa obra de Las actas de los Santos (tan protegida de los sumos pontífices) al día 26 de febrero, in sillage histórica de San Fortunato, número 4, bien sabido es, cómo pensaba este autor, del tal cronicon de Dextro, y lo mismo se ha de entender de los otros mártires de que hace mención por los años de Cristo 268. Los padres Bolandoy Papebroquio Antuerbienses, se decidieron entonces, y después en muchas partes de su grande obra, contra la multitud de patrañas de los falsos cronicones que se abortaron el siglo pasado, en nuestra España.
Porque sobre lo primero, de los que tienen a Orduña por Flaviobriga y a Uxamabarca por puerto de mar, es preciso conocer que los que hablan así se olvidan de que Flaviobriga en Ptolomeo es puerto de los Autrigones, y poco distante de la boca o embocadura del río Nerva al mar. Ni uno ni otro le cuadra a Orduña, sino es su situación en las cercanías del nacimiento del río Nerva. Se olvidan también de que Plinio pone después de Olarvo pueblo de los Vascones, los lugares marítimos de los Várdulos, y el último que pone es el puerto Amano o de los Amanos, donde ahora dice es Flaviobriga colonia de nueve ciudades. Y Orduña, pueblo mediterráneo ya se sabe que dista o está apartado diez leguas de los puertos y costas del mar.
Más. El río Nerva de Orduña, cuyo curso hemos dado desde su nacimiento hasta el mar, está en las tablas de Ptolomeo a 13 grados y 10 minutos de longitud y a 44 grados y 40 minutos de latitud, o de altura polar, y Flaviobriga no está a mas que a 11 grados y 45 minutos de longitud, y a 45 grados y 25 minutos de latitud, cuando Ptolomeo demarca al río Nerva, en los Autrigones, y su boca al mar, cerca de Flaviobriga, y cuando ya hemos visto que Uxamabarca y Orduña substituida en su lugar, ocuparon y ocupan una misma situación, muy cerca de las fuentes de su nacimiento en la peña Nervina, de donde con el caudal de sus aguas, saca también su nombre.
Y sobre lo segundo, deducido del cronista de San Benito, Fr. Gregorio Argaiz, ¿qué se puede decir a vista de lo que dejó escrito el sabio Marqués de Mondejaren estos términos? «El Auberto hispalense(uno de los falsos cronicones, como Flavio Dextro, Luitprando, Juliano diácono) llenó de embustes los principales archivos de la religión benedictina, ofreciendo materiales a su cronista Fr. Gregorio de Argaiz para que hiciese sudar las prensas con portentosísimas mentiras».
Apartémonos pues de Orduña y de estas sencillas apuntaciones, cuantas especies, cuantas patrañas, y honras fabulosas proceden de fuentes tan corrompidas, y despreciables. Nadie las mira ya, sino para abominarlas. El sabio autor citado: el famoso bibliógrafo Don Nicolás Antonioen su censura de historias fabulosas, el bibliotecario Don Gregorio Mayans, el Padre Jacinto de Segura, dominicano en su Norte crítico, han derribado para siempre, todos aquellos monumentos del artificio y la falsedad.
Quedan todavía dos palabras, sobre Uxamabarca, y la reducción muy fundada en la Ciudad de Orduña, por todo lo que ya queda apuntado. Es la especie siguiente, para no disimular nada en nuestra sencilla investigación de su antigí¼edad romana.
No falta quien piense que un lugarcito de treinta o cuarenta vecinos que se halla como a dos leguas de Orduña, antes de llegar desde Castilla a su famosa y fragosa peña, pueda ser la Uxamabarca de Ptolomeo en los Autrigones.
Este lugarcito, es hoy, el que se llama Osma, situado sobre un terreno medianamente llano, con árboles silvestres, de sitio montañoso, y un riachuelo junto a sí. Lugar, que pertenece a Valdegobia, y de hermandad con la provincia de Alava. La conservación, o por mejor decir, la mediana semejanza que se ve entre los nombres de Uxama y Osma (de la otra parte Barca del nombre Uxamabarca, no se hace ningún caso) puede dar lugar, o algún fundamento a los que así piensan, para decir que es Osma de Valdegobia por no estar muy lejos del origen del río Nerva, en la peña Nervina.
A esto (que no es del Padre Argaiz) añade este visionario cronista (tomo y parte primera de su Población Eclesiástica de España, pág. 100 y parte 2ª pág. 293) que hubo silla episcopal y la pone en Osma de Valdegobia, relatando unos cuantos prelados de ella, en los tiempos de los romanos y aún después. Hace armonía su relato con lo que le pareció al Padre Fr. Francisco Bivar(si fuese cierto) en su Dextro, año 300 del nacimiento de Cristo, comentario primero, pág. 324. Esto es, que fue Presbítero de Uxamabarca un tal Emerito, el cual dice que se halló en el concilio Iliveritano (Granada) y que su iglesia se llamaba Barca, bien que debe notarse que el Padre Bivar entiende a Orduña por Uxamabarca, en varias partes de su obra, y también entiende en otras a la Osma más distante, que se llamó Uxama Argela, y no Uxamabarca.
Al Padre Bivar siguieron, y sentaron corresponder Orduña, a la Uxamabarca de Ptolomeo en los Autrigones, Don Martín Carrillo, en sus anales, año 91 de Cristo; y Don Juan Tamayo de Salazar, en su Martirologio Hispano.
Después de ellos escribió el sabio Antuerpiense Bolando, en las actas de San Fortunato, al día 26 de febrero, que unos querían que Orduña fuese la Uxamabarca y otros Laredo. Pero siendo Laredo un puerto de mar en el océano Cantábrico, no le puede adecuar un pueblo de tierra adentro, que el geógrafo sitúa en los Autrigones, como se ha visto.
Vuelvo ahora a Osma de Valdegobia. ¿Qué se puede decir a vista de tantas opiniones, tanta obscuridad e incertidumbre? No hay fundamentos para creer que Uxamabarca estuviese situada por encima de la peña de Orduña, y así mientras más se aleje del mar (como lo está la tal Osma) más claro se ve que Uxamabarca no estaría en los grados de latitud y longitud que se ha visto en las tablas de Ptolomeo. Del mismo modo saldría de la demarcación de los Autrigones y no podría ser una Ciudad suya. Quédese pues esta opinión en la verosimilitud, o inverosimilitud que queda demostrada y cada uno quiera creer.
Mientras que no parezcan testimonios auténticos, lápidas con inscripciones claras, monedas o municipios romanos que absuelvan toda duda, vagaremos por entre las tinieblas y la diversidad de obscuras opiniones.
Salgamos de la antigí¼edad romana, y veamos que luces se pueden descubrir en la antigí¼edad gótica y la árabe, su sucesora. Mas ante todo, hemos de marchar por caminos conocidos y seguros para no caer en los errores que otros.