
¿Era cubano el Almirante Díaz Pimienta?

¿Quién es este Almirante Francisco Díaz Pimienta? ¿Es el mismo que conocemos en La Palma, nacido en Tazacorte hacia 1594, hijo natural de D. Francisco Díaz Pimienta, el marino que combatió en Lepanto?
Como «aviso a los navegantes» vaya por delante que yo ni participo ni mantengo esta tesis.
No hace mucho tiempo me encontré, gracias a este gran invento que es Internet, algunas publicaciones que mantienen con mucha fuerza y convicción la teoría de que D. Francisco Díaz Pimienta, el gran Almirante, era natural de La Habana y que Cuba lo reclama como suyo y como parte de su historia, una tesis que ya es antigua.
En Sol y Sol magazine.com, de Cubana Airlines D. Gustavo Placer Cervera, Dr. en Ciencias Históricas, publica un artículo de título «El habanero que llegó a almirante del mar océano», en el que afirma que Francisco Díaz Pimienta fue el habanero que llegó más lejos y más alto en la escala militar durante el siglo XVII y que nació en La Habana en 1596.
Dice el Sr. Placer Cervera que los muchos hechos alcanzados por Díaz Pimienta despertaron también el celo de los envidiosos. En aquella época de intrigas, el advenedizo habanero resultaba inaceptable para muchos. En Madrid, se acumularon numerosas denuncias sobre su origen para tratar de cerrarle el paso hacia la nobleza. La documentación que fue llegando al Consejo de la Orden de Santiago incluía versiones tales como que era hijo de una mulata esclava, que había desempeñado oficios propios de negros y no de españoles y que se había dedicado al tráfico negrero, ocupación de gente muy ordinaria. Para desmentir tales asertos, el Almirante presentó las declaraciones de un centenar de testigos que confirmaron la identidad de sus padres y su crianza como miembro de una familia de holgada posición económica con lo que logró su investidura como caballero de Santiago, que lo convirtió en miembro de la nobleza.
Por su parte, el periodista y escritor español D. José Félix Machuca Lama publicó en ABC.es un artículo titulado «Piratas del Caribe» en el que afirma una serie de datos sobre Díaz Pimienta muy curiosos como son: que nació en La Habana en 1594, que era de ascendencia judía portuguesa y que era hijo ilegítimo de Francisco Díaz Pimienta (nacido en Canarias), corregidor habanero y de una esclava mulata llamada Catalina. Por lo tanto, según el Sr. Machucha, el Almirante D. Francisco Díaz Pimienta era mulato, judío e ilegítimo, los peores antecedentes sociales en el siglo XVII.
Estos dos autores citados extraen sus datos de la obra Cuba-España, España-Cuba: una historia común (Ed. Grijalbo, Barcelona 1995) del historiador cubano Manuel Moreno Fraginals (La Habana, 1920, Miami, 2001), quien, además de lo expuesto, afirma que el chico vivió con su padre en La Habana y después en Sevilla.
Por su parte, Machucha Lama afirma que su familia tenía astilleros en La Habana, Santa Cruz de La Palma, Cartagena de Indias y en Guarnido, en el norte de España, que era (el Almirante) todo un poderosísimo señor que no muchos años atrás caminaba descalzo y con un quitasol en las manos, como un humilde esclavo urbano, para proteger a su padre de los soles habaneros y que adquirió una enorme fortuna con el comercio fraudulento (contrabando) de Cádiz a América. Según Moreno Fraginal, al Almirante se le calificó como el general más injusto y pernicioso que hasta hoy se ha nombrado, pero que era muy necesario para la Corona española, que deseaba ardientemente poner orden en las rutas del Caribe.
Y hay más: Don Goio Bañales, historiador y genealogista de Baracaldo, que ha estudiado profusamente la historia genealógica de Portugalete, villa vizcaína muy unida a la vida del Almirante (hay una calle con su nombre) y en la cual vivió toda su descendencia, sostiene en sus publicaciones que Francisco Díaz Pimienta y Mendizábal (así denomina el señor Bañales al Almirante) había nacido en La Habana en 1596 fruto del matrimonio de Francisco Díaz Pimienta y Franco con Juana Pérez de Mendizábal y que fue llevado por sus padres, con apenas año y medio, a La Palma, donde estuvo unos pocos años.
Debe decirse que todos los datos que el Sr. Bañales expone proceden del expediente presentado por los Díaz Pimienta para su ingreso en la Orden de Santiago en 1642 y que hoy sabemos que fue muy irregular, por no decir gravemente contaminado por un buen número de falsedades.
¿Quién es este Almirante Francisco Díaz Pimienta? ¿Es el mismo que conocemos en La Palma, nacido en Tazacorte hacia 1594, hijo natural de D. Francisco Díaz Pimienta, el marino que combatió en Lepanto?
Los Díaz Pimienta
Diego Díaz Pimienta, comerciante y marinero, casado con Doña Mayor Franco, naturales de la Villa de Cuba (el Alentejo, Portugal), afincados en Puntallana (La Palma) como colonos en años de la segunda mitad del siglo XVI. Llegó a adquirir buena posición y cierta riqueza. Sus hijos: Francisco, Pedro y Felipa Díaz Pimienta y Mayor.
Francisco Díaz Pimienta y Mayor, padre del Almirante, casó con Beatriz Rodríguez Acosta. Tuvieron cinco hijos legítimos de los que sobrevivieron Inés (1581) y Lucía (1587) Díaz Pimienta y Rodríguez. Francisco Díaz Pimienta y Mayor destacó como experto marinero y, como era costumbre en aquel entonces, prestó sus servicios y algún barco suyo a la «armada real»: en aquellas épocas no había ningún tipo de organismo oficial como centro de formación de marinos de guerra (la primera escuela naval española se creó en 1717), nutriéndose la flota real de marineros civiles que luego, por los servicios prestados, podían recibir el nombramiento de algún grado militar. Participó y destacó en la batalla naval de Lepanto (1571), formando parte de la flota española que el rey Felipe II envió contra los turcos. Con posterioridad le fue reconocido el grado de Capitán. D. Francisco Díaz Pimienta y Mayor no solo adquirió buena posición económica sino también social ya que llegó a desempeñar el cargo de Maestre de Campo de las Milicias de Puntallana y Castellano del Castillo de Santa Catalina de Santa Cruz de La Palma, cargos reservados para gentes de la nobleza, si bien es cierto que, en aquella España muy cerrada de la sociedad estamental marcada por la «pureza de sangre», en las «sociedades coloniales» en las que obviamente no abundaban los nobles, el ascenso social era mas permeable basándose mas en la posición económica que en el origen familiar e incluso algunos títulos se podían comprar.
El Almirante
Según el historiador palmero D. José Wangí¼emert y Poggio y otros investigadores de la talla de Juan B. Fierro, Pedro J. de Las Casas Pestana o J. Pérez Vidal, mantienen que el Almirante D. Francisco Díaz Pimienta nació en Tazacorte por el año 1594, hijo natural del Capitán D. Francisco Díaz Pimienta y Mayor y de madre desconocida. No existe hasta la fecha partida de bautismo que confirme este dato; es más: las hojas de asiento del libro de nacimientos de la iglesia de Los Remedios de Los Llanos, coincidentes con la fecha del natalicio que da la tradición al Almirante, fueron arrancadas. Sí hay otros documentos que sostienen el origen bagañete del Almirante, como son:
– El testamento del Capitán D. Francisco Díaz Pimienta y Mayor, el supuesto padre; en él se cita textualmente a Francisco Díaz Pimienta… lo tenemos en los estudios de Sevilla, a quien criamos en nuestra casa y a quien tenemos mucho amor…, disponiendo una serie de mandas de generosas cantidades económicas para su mantenimiento como estudiante para el sacerdocio, estudios estos que abandonó a la muerte de su padre para dedicarse totalmente a la náutica.
– El testamento del propio Almirante Díaz Pimienta contiene una cláusula muy aclaratoria que dice: Es mi voluntad que en la capilla de la Señora Santa Ana que está al lado del Evangelio de la Iglesia Mayor de la ciudad de La Palma, una de las Islas Canarias, fundación y entierro de mis padres se coloque una lámpara de plata dotada con seis arrobas de aceite al año, para que arda por nuestras almas, de mis padres, hermanos y descendientes. Hace extensiva esta cláusula a la iglesia mayor de Garachico donde estaban sepultados mis muy amados tíos (Pedro Díaz Pimienta) que me criaron algunos años con amor y afecto de padres…
– El envío a su hermana (dícese como tal) Lucía Díaz Pimienta de dos banderas capturadas a los ingleses por el Almirante en la gloriosa acción de recuperación de la isla de Santa Catalina / Providence (1640) tomada por los ingleses y que enviaba a La Palma para que se colocaran, en palabras de la citada Doña Lucía Díaz Pimienta, en acción de gracias en la capilla de Santa Ana sita en la parroquia de San salvador de esta ciudad que edificó y dotó con muchas memorias el referido nuestro padre Francisco Díaz Pimienta.
¿Cuántos Almirantes Díaz Pimenta ha habido?
Solo uno: el mismo que fue responsable de esta controversia: el propio Almirante. Wangí¼emert y Poggio (El Almirante D. Francisco Díaz Pimienta y su época, reedición del Ayto. de Tazacorte y el CCPC, 1990) recoge muy explícitamente cómo el Almirante, para poder ser admitido en la exclusivista Orden de Santiago, hubo de falsificar sus humildísimos orígenes presentando en 1642 un expediente que le hace natural de La Habana e hijo legítimo del Capitán Francisco Díaz Pimienta, regidor de su Magestad (sic) en las Indias (no dice dónde) y de Doña Juana Pérez de Mendizábal (sobre tal Sra. no existe el mínimo dato); testimonios, éstos y otros, avalados por 102 testigos, de los cuales 24 eran canarios pero ninguno palmero y que no afirmaban por sí sino por referencias oídas (cfr. Juan B. Lorenzo); aunque este falso expediente se refutó testificalmente ante el Consejo de la Orden de Santiago por falso, finalmente prosperó y el Almirante fue admitido en ella.
Bibliografía sobre el Almirante Francisco Díaz Pimienta
. El Almirante Don Francisco Díaz Pimienta y su í‰poca. José Wangí¼emert y Poggio. 1905. Reedición del Ayuntamiento de Tazacorte y del Centro de la Cultura Popular Canaria, 1990.
. Noticias para la Historia de La Palma. Juan B. Lorenzo Rodríguez. Reedición del Cabildo Insular de La Palma y José Eduardo Pérez Hernández. Santa Cruz de La Palma, 2010.
. Fastos Biográficos de La Palma. Jaime Pérez García. Sociedad Cosmológica de Santa Cruz de La Palma y CajaCanarias. Santa Cruz de La Palma, 2009.
. La llave del Nuevo Mundo. José Martín Félix de Arrate8 Habana (1701-1765). Real Sociedad Patriótica de La Habana, 1830.
. «Los Díaz Pimienta de Canarias, Portugalete, Urduña (y La Habana)», y «Los Díaz Pimienta». Goio Bañales. Revista Digital Somorrostro, 2008, y Ezagutu Urduna, 2009.
. Francisco Díaz Pimienta, Hijo. General y Almirante de la Armada de Indias. Curiosidades de la Historia. Antonio J. Molina, de la Academia de las Artes y las Ciencias. Sociedad Económica de Amigos del País. Imprenta Ramallo. Puerto Rico, 1995.
. «El habanero que llegó a Almirante de la Mar Océana». Gustavo Placer Cervera. Sol y Son magazine.es. La Habana, 2007.
. «Piratas del Caribe». José Félix Machica. ABC.es. 2007.
. Cuba-España, España-Cuba: una historia común. Manuel Moreno Fraginals. Grijalbo, Barcelona, 1995.
Autor: José M. López Mederos
Biografía de don Francisco Díaz Pimienta
Posted By Todoavante on 26 mayo, 2010
Biografía de don Francisco Díaz Pimienta
Capitán General de la armada del Mar Océano.
Vino al mundo en la ciudad de la Habana a finales del siglo XVI.
Era hijo de Francisco Díaz Pimienta (lo que lleva a confusión a algunos autores por tener el mismo nombre y apellidos) que vino al mundo en la población de los Llanos en la isla de La Palma una de las del archipiélago de las islas Afortunadas o Canarias, donde el Maestrazgo de los Díaz Pimienta era de la alta nobleza. Habiendo combatido en el combate naval de Lepanto donde se distinguió mucho, siendo muy apreciado por el rey don Felipe II.
Como era costumbre en la época, de muy joven ya navegaba con su padre por lo que muy pronto alcanzó las más altas cotas de mando.
Poco se sabe de él, porque al parecer siempre estuvo un poco a la sombra de su progenitor.
Sabemos que en el año de 1637, al tener que zarpar de la isla de Menorca, Oquendo, se le entregó el Gobierno interino a Gregorio Villalonga, quien al llegar Díaz con la Armada del Océano se hizo cargo del Gobierno de la isla.
En el mes de mayo inspeccionó las fortalezas de la isla y se apercibió que la de Fornells no reunía las condiciones mínimas, por lo que elevó escrito a Rey demandado caudales para su reparación, después de oído el Consejo de Aragón se le entregaron ocho mil reales para su justa reparación, a mediados de julio se le encomendó hacerse a la mar y abandonó la isla.
Arribó a la isla el día veintiocho de septiembre, pero en su viaje se encontró con la escuadra de Masibradi y al mismo tiempo, que por ausencia de don Antonio de Oquendo se le había entregado el mando de las escuadras allí reunidas a Alonso de Cardona, lo que no gustó a Díaz, quien elevo su disgusto al Monarca y oído el Consejo de Aragón con fecha del día cuatro de noviembre, se reconocía el error y se nombraba a Pimienta como general de todas ellas.
En el año de 1641 se encontraba con su escuadra en la Habana, se le comunicó que los ingleses habían tomado las islas de Santa Catalina ó Providencia y Engracia, por lo que alistó rápidamente la escuadra de su mando que seguía siendo la del Mar Océano.
Puso rumbo a las islas llevando tropas del ejército, las cuales desembarcaron con el apoyo de fuego de los galeones y tras un feroz pero glorioso combate los arrojó de ellas.
Por esta razón el monarca don Felipe IV, en agradecimiento por este triunfo le otorgó el hábito de Santiago.
El día treinta y uno de diciembre del año de 1643, arribó con su escuadra transportando caudales a la bahía de Cádiz.
El día veintisiete de febrero del año de 1646, se encontraba en Mallorca de donde zarpa para transportar a Mahón nuevas piezas de artillería, aquí debía de dejar parte de sus dotaciones y artilleros, pero la orden llegó después de zarpar, por lo que no pudo cumplirla, siéndole reiterada el día tres de agosto para que dejase en Menorca cien quintales de pólvora y mil quinientos proyectiles de artillería, así como en el castillo de Mahón dejar una fuerza de doscientos setenta hombres, pero que al final solo dejó a doscientos por serles el resto necesarios a bordo.
El día dos de marzo del año de 1648 se encuentra en el puerto de Mahón para reaprovisionarse, pero faltando trigo resolvió zarpar con rumbo a Cartagena, aquí sí pudo reabastecer su armada, recibiendo una Real Orden con fecha del día siete de abril de zarpar de nuevo para carenar sus buques a Mahón y tomar de nuevo el Gobierno de Menorca.
A pesar de estar en guerra con Francia por los territorios españoles del Rosellón, el Rey nombra a Díaz con fecha del catorce de abril como Gobernador de Menorca, así como Consejero Real y Capitán general de la Armada del mar Océano.
Recibido el nombramiento zarpa de Cartagena con rumbo a Mahón, pero en el viaje se declara una epidemia, al parecer por la gente que se había embarcado de refuerzo en el Arsenal, por lo que a duras penas pudo arribar la escuadra a su destino, al conseguirlo Díaz tuvo la previsión de aislar a los enfermos por toda la isla, lo que evitó que los contagios fueran a más, aún así perdió a doscientos de sus hombres que fallecieron, dejando en la isla a otros doscientos treinta convalecientes y para reforzar a la escuadra, de acuerdo con el «¹ Castellano «º de Mahón le devolvió los doscientos que anteriormente había dejado, así se pudo hacer a la mar con las tripulaciones casi al completo.
Puso rumbo a las aguas del Rosellón para cruzar con su escuadra, entre éstas y la ciudad Condal, en la que estando dándole sitio en el año de 1652, encontró la muerte en uno de los ataques.
Dejó escrita una relación del más famoso de sus hechos de armas ya mencionado del año de 1641, con el siguiente título:
Viendo la luz de la imprenta en Madrid en el año de 1642.
Bibliografía:
Boletín de la Real Academia de la Historia. Tomo XXXIV. Abril, 1899. Cuaderno IV. El Almirante D. Francisco Díaz de Pimienta en Menorca. (1637-1646-1648)
Enciclopedia General del Mar. Garriga. 1968. Compilada por el contralmirante don Carlos Martínez-Valverde y Martínez.
Enciclopedia Universal Ilustrada. Espasa. Tomo 18. 1915, página 911.
Fernández de Navarrete, Martín.: Biblioteca Marítima Española. Obra póstuma. Madrid. Imprenta de la Viuda de Calero. 1851.