Menú

José Antonio de Armona

José Antonio de Armona

ArmonaLa biografí­a de Armona nos es conoci­da, al menos parcialmente, merced a sus propios escritos, entre los que destaca Noticias de casa privadas, útiles para mis hijos.

Un esbozo biográfico escribió Jerónimo Rubio en 1947, José Antonio de Armona, el buen Corregidor de Madrid, y, más reciente­mente, en 1988, los autores de la introduc­ción de Memorias cronológicas sobre el tea­tro en España (1785), aportan no pocos datos de la vida y obra del erudito ayalés.

No se trata, por tanto, de repetir aquí­ lo ya sabido y escrito, sino de sintetizar los hechos fundamentales de su vida y, sobre todo, resaltar aquellos que tengan relación con nuestra ciudad y que han sido ignorados por otros autores.

Nace Armona en el mes de abril de 1726 en Respaldiza (Ayala). Sus abuelos habí­an establecido mayorazgo, a fines del siglo XVII en la casa solariega de Barcheguren, cerca del monasterio de san Juan de Quejana. Sus raí­ces, sin embargo, son orduñesas porque su abuela paterna y antecesores eran natura­les de la ciudad de Orduña.

A temprana edad, se trasladó con su familia a la ciudad del señorí­o. Aquí­ estudió en el colegio de los jesuitas que fundara en el siglo anterior Juan de Urdanegui, la insti­tución educativa de mayor prestigio en la comarca. Siendo todaví­a un niño, con diez años, empezó a trabajar en la oficina de ren­tas dirigida por Juan Antonio Jiménez Bretón, miembro de una de las familias más influ­yentes en el ayuntamiento de Orduña y con quien, años después, emparentarí­a una her­mana de José Antonio.

Muy joven, fue llamado por su hermano mayor Francisco Anselmo, que estaba traba­jando en la hacienda estatal en Sevilla. De allí­ pasó a Huelva, donde fue nombrado, en 1750, contador de almojarifazgos y puertos secos. Volvió a trabajar varios meses en Granada con Francisco Anselmo, visitador general de rentas, para pasar después a Trujillo como encargado de la recaudación de rentas en Extremadura.

Muy breve fue su estancia en la ciudad extremeña. Llegó a Santiago de Cuba en enero de 1765 para reorganizar la hacienda cubana creando nuevos impuestos, y debió realizar un importante trabajo de organiza­ción del correo y transporte entre la isla y la pení­nsula.

En fecha indeterminada, es nombrado secretario del virreinato de México, lugar donde también trabajaba su hermano Matí­as, y lugar que no pudo alcanzar su otro herma­no, Francisco Anselmo, al morir en la travesí­a de unas tercianas mal curadas.

Por cierto, estos tres hermanos Armona siguieron vinculados a Orduña aunque fuese de una manera simbólica. En efecto, los tres en alguna ocasión, en el proceso electivo de alcaldes de la ciudad que se celebraba anual­mente todos los 1 de enero, fueron nombra­dos como tales. Así­, Matí­as fue nombrado alcalde segundo en 1753; Francisco Anselmo, alcalde primero en 1754 y 1759, y nuestro José Antonio, alcalde primero en 1757. Se trata, en todos los casos, de unos nombra­mientos simbólicos, porque no llegaron a ejercer el cargo para el que fueron elegidos.

Aunque no conocemos la fecha de llega­da a México, sí­ sabemos que residió allí­ en 1773, porque está documentada ese año su  el paí­s de su nacimiento y con unas inquietudes culturales e ilustradas que man­tuvo durante toda su vida.

En 1776, es nombrado intendente del reino de Galicia, destino que ocupa apenas durante dos meses porque le encomiendan, primero, unos trabajos de investigación de mal­versación de fondos públicos, y, finalmente, es nombrado corregidor de la villa de Madrid, puesto que jura el 12 de enero de 1777.

Será precisamente en este cargo de corregidor de Madrid en el que adquiera una notoriedad que en sus otros oficios no consi­guió. Durante quince largos años desarrolló un intenso trabajo en ámbitos tan diferentes como el urbanismo, la cultura, la beneficencia y el abastecimiento, que han sido amplia­mente tratados por diversos autores.

En 1787, una grave enfermedad estuvo a punto de costarle la vida. Su ya frágil salud no le impidió seguir con sus labores e inquietudes intelectuales, puesto que fue en esta época, 1789, cuando elaboró su historia orduñesa.

El 23 de marzo de 1792, muere en Madrid el ilustre ayalés de raí­ces orduñesas. Personalidad que supo conjugar su amplia cul­tura, reflejada en sus escritos: Proemio históri­co de la Muy Noble Tierra de Ayala, índice de Privilegios de Ayala, Memorias cronológicas sobre el teatro en España, Noticias de casa: útiles para mis hijos, etc., y en su correspon­dencia con intelectuales de la época, con un pragmatismo que aplicó en sus cargos de alto funcionario, todo ello dentro del espí­ritu ilus­trado que conservó a lo largo de su vida.

José Ignacio Salazar Arechalde

2 Comentarios

  1. cristina armona ramallo

    me ha parecido muy interesante la historia de mi antepasado agradeceria mas informacion.

  2. mitxel

    Gracias. Si me es posible haré una pequeñan semblanza sobre el personaje

Trackbacks/Pingbacks

  1. Cómo el pan salvó al correo cubano « Filatelia desde Cuba - [...] fortuna Armona sabí­a en Cádiz habí­a un depósito de harina francesa, unos 5000 o 6000 barriles, que alguna vez…

Comentar

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *