SARACHO por el Arte
Saracho se llamó Derendano en la Edad Media[1]; hoy lleva este nombre uno de los barrios del pueblo situado en las riberas del Nervión. Con el nombre de “Derendano” aparece Saracho en documentos eclesiásticos antiguos. En el siglo XVIII el pueblo ya se denominaba Saracho, aunque era preciso añadir “Derendano es Saracho”. En el siglo XVI Saracho aparece señalado como lugar y como apellido toponímico. En una relación de pasajeros a las Indias, en 1554, aparece “Saracho, tierra de Ayala”, como lugar de origen de Miguel de Saracho, embarcado aquel año hacia el Perú.
La población de Saracho se distribuía en siete barrios documentados a finales del siglo XVIII, cuando habitaban en ellos 45 vecinos “extendiéndose su jurisdicción por todas partes como legua y media”. Los barrios citados eran: Arechaga y Reteceta a la mano derecha, por donde pasa el camino de Vizcaya; Derendano, Retaburu, Mendiguren, Landaverde y Carduras a la izquierda, por medio de los cuales pasa (según la descripción que comentamos), el río Nerbión y el arroyo de Carduras”.
El caserío de Aquesolo (hoy Aquéxolo) en lo eclesiástico pertenecía en lo espiritual al cabildo de la ciudad de Orduña, a través de la parroquia de Lendoño de Abajo y de la iglesia de San Clemente de Arbileta. Sin embargo, en lo administrativo, a la jurisdicción de Saracho.
Un croquis realizado seguramente en el siglo XVIII, señala los “mojones divisorios de las dos comunidades de la ciudad de Orduña y lugar de Saracho”; dos de estos mojones aún pueden verse frente al actual caserío de Aquésolo, en la vaguada abierta hacia Saracho.
La iglesia de Saracho conservó, durante siglos, otro curioso “status” de raíces medievales: el patronato[2] del monasterio de Quejana sobre su iglesia de San Nicolás de Bari, por donación de los señores de Ayala, patronos de la casi totalidad de las parroquias de su territorio. En el ejercicio de su patronato, la priora y las monjas de Quejana percibían los diezmos de la parroquia, presentaban a los dos clérigos servidores de la misma, asignando a cada uno la congrua[3] de 20 fanegas de trigo al año, y se encargaban de las obras del templo al que dotaban de ornamentos y objetos de culto.
El monasterio de Quejana costeó por ello las obras realizadas en la iglesia de Saracho en 1619, 1632 y 1657, estas de gran envergadura, y reconstruyó a su costa el edificio de la misma en 1757. Hasta 1841 el monasterio de Quejana aportaba anualmente a la fábrica de Saracho, por este patronato, la cantidad de 200 reales; en dicho año el mayordomo secular de la parroquia “no se hizo cargo de los 200 reales de las patronas por haber contestado estar destituidas del patronato”, terminando así una situación que arrancaba del medioevo. La iglesia de Derendano era una de las más antiguas de Ayala. Existía ya en 1095, cuando el valle de Ayala llegaba a un convenio con el obispo de Calahorra sobre los diezmos y frutos percibidos por sus iglesias.
La situación de Saracho hizo de su territorio un lugar de paso entre Castilla y el mar por los puertos de Orduña, con posibles huellas romanas en sus términos y recuerdos del paso de arrieros por sus puentes y ventas.
En los proyectos del antiguo Camino Real a Castilla, figuran siempre como hitos los molinos, ventas y puentes de Saracho. En el plano del “Camino del Señorío” realizado por Don José Santos de Calderón, figuran como puntos significativos del recorrido entre Orduña y Mendijur, el puente de Mendichueta y la iglesia y puente de Saracho. También en este itinerario y en diversas fuentes documentales se alude a las ventas y las “ruedas de moler” de Saracho. Se documentan en el siglo XVIII los molinos de Landaverde, más el ya citado de Mendichueta. Madoz[4] constata la existencia en Saracho de siete molinos “en buen estado” que molían “para el abasto de Orduña y otros pueblos”. Al comenzar el siglo XX aún quedaban tres.
En el siglo XVIII los viajeros y arrieros que circulaban por el Camino Real encontraban posada en la venta de Mendichueta y, a comienzos del siglo XIX, había otra venta, la de Zubiaur. También existían canteras de piedra en su término, que aportaban ingresos al Concejo. Este material se empleó en la edificación de alguna ermita de la zona, así como para la Aduana de Orduña, extraída del término del pueblo, llamado “La Dehesa”.
En 1556 Saracho tenía 30 vecinos y su iglesia de San Nicolás estaba servida por dos beneficiados, uno con el oficio de cura. El mismo servicio de dos clérigos se mantenía dos siglos después. Al finalizar el siglo XVIII se censaban 196 habitantes. A mediados del siglo XIX tenía 28 vecinos y 123 habitantes. En 1930 tenía 28 vecinos y 153 habitantes. En 1986 tenía 78 habitantes.
Parroquia de San Nicolás de Bari.
El pórtico es una construcción rural, con tejado a una vertiente y viguería[5] descubierta. La portada es rectangular. La fábrica de la misma es obra de mediados del siglo XVIII, con planta de cruz latina y tres tramos en la nave longitudinal.
Esta iglesia se reconstruía en 1757 a la vez que otras muchas de la zona. Antes de esta fecha vivió distintos momentos de ruina y reconstrucción a lo largo del siglo XVII, como en 1619, 1632 y 1657, y otras en el siglo XVIII. A lo largo de su existencia fue sustituida en algunas ocasiones para celebrar el culto por la ermita de Santa María Egipciaca. La sacristía fue construida en 1841 y reparada en 1867.
En 1936 la parroquia fue incendiada y se restauró en 1940, lo mismo que el retablo mayor. En 1941 el viento derribó la espadaña y “se hundió media iglesia, aunque se salvaron el crucero con sus retablos, la capilla mayor y la sacristía”. El coro se construyó a raíz de la demolición de la torre, en 1941. Igualmente se construyó, a los pies del edificio, el campanario. Es de base cuadrada y en el muro del frontis se abre un arco de campanas, cubierto por una pequeña cúpula de cemento. Fue bendecida el 13-4-1947.
El retablo mayor es de estilo barroco, obra del siglo XVIII. Consta de tres calles y tres cuerpos o pisos: banco, cuerpo principal y remate. El retablo lo preside una imagen barroca de San Nicolás. Los nichos de las calles laterales alojan las efigies de San José y San Antonio Abad. Los retablos laterales están dedicados a la Purísima y a la Virgen Dolorosa. Es interesante una talla de la Virgen del Rosario, hoy retirada del culto. Puede fecharse a finales del siglo XVI y primeras décadas del XVII.
Ermita de Santa María Egipciaca.
Se encuentra en un altozano. Según la tradición la primitiva ermita se edificó en una ladera, próxima al lugar que ocupa la construcción actual. Allí dicen los vecinos que “se apareció” la santa, a la que llaman Egipciaca. El término conserva el nombre de “Cruciaca”.
La construcción es sencilla y a los pies del templo se eleva una pequeña espadaña. En un nicho del frontis se encuentra una talla barroca de Santa María Egipciaca con el cabello largo y una calavera a sus pies, alusión a su vida eremítica en el desierto.
Siempre estuvo y está bien cuidada por el pueblo. La fiesta se celebra el primero de abril de cada año.
Ermitas desaparecidas.
Hubo en Saracho una ermita dedicada a San Clemente y otra a María Magdalena.
- La de San Clemente estuvo situada en un altozano, encima del pueblo y frente a la actual ermita de Santa María Egipciaca, al otro lado de la carretera y del río Nervión. Figura en la visita pastoral de 1740; en la de 1757 se encontraba ya arruinada, por lo que el visitador ordenaba el traslado de la efigie del santo a la ermita de Santa María Egipciaca.
- La ermita de Santa María Magdalena estaba ubicada en el barrio de Aréchaga, siendo citada en las visitas pastorales y en mandas testamentarias de las primeras décadas del siglo XVIII. En la visita de 1740 se encontraba cuidada y atendida, pero en la de 1757 se hallaba en tal mal estado que de no repararse urgentemente, manda se cerrase su puerta a cal y canto, y se trasladase su imagen a la ermita de Santa María Egipciaca, la única bien conservada entonces.
En el croquis con los límites y situación del barrio de Aquesolo, de Lendoño de Abajo, se encuentran los siguientes topónimos e hitos divisorios: a la derecha de Aquesolo a Lendoño, los términos de Logorri, Arreondo y Menderica y, a la izquierda, “la Llana de Calderasolo y el Manzano”. Desde Lendoño bajando a Saracho, aparece el riachuelo llamado Carduras, y, junto a su curso, otro mojón entre ambos pueblos en el punto llamado “la peña de Gigalday”. Otro mojón se hallaba frente a la llamada “Casa de Aguirre”, próxima a Aquesolo hacia el Sureste; muy cerca, al Este, se situaba el mojón de Arguibe y, al Sureste, el llamado Murtuchuri. Otro se encontraba en el camino de Aquesolo a Saracho, en la “barrera y pozo que llaman Lejalde”, y otro en la “barrera de Mendeica”, junto al camino de Lendoño a Belandia y Maroño.
[1] Documentado desde el año 1093 se lo menciona en la Concordia que hizo Don Pedro de Nazar con el valle de Ayala.
[2] Junta de personas que dirigen o vigilan los asuntos de un organismo social o cultural para que cumpla sus fines.
[3] Renta que debe tener el que recibe órdenes sagradas.
[4] Pascual MADOZ (1806-1870): “Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de ultramar (1846-1850)”.
[5] Conjunto de vigas de un edificio