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Orduña ensalza su atractivo natural a través de 10 rutas para senderistas

Orduña ensalza su atractivo natural a través de 10 rutas para senderistas

Orduña puede presumir de un relevante casco histórico, declarado en 1997 Conjunto Histórico-Monumental, que está formado por un entramado de calles que confluyen en la Foru Plaza donde se alza el edificio de la aduana, reconvertido en hotel-balneario, o la imponente iglesia de la Sagrada Familia. Son solo algunos de los tesoros arquitectónicos de la ciudad a los que hay que sumar el atractivo y gran belleza de su entorno natural que la Oficina de Turismo está difundiendo desde hace semanas a través de diferentes redes sociales para que vecinos y visitantes descubran todos sus parajes a través una decena de rutas de senderismo «más o menos cortas, con mayor o menor dificultad y que son perfectas para hacerlas en pareja, familia o con amigos», aseguran.

La denominada Gartxeta, de 4,5 kilómetros de distancia, comienza junto a la tradicional ascensión a Txarlazo y llega hasta el desvío que da acceso a la aldea de Tertanga que atesora una iglesia y bolera dignas de visitar. El regreso, que permite disfrutar de las vistas sobre la ciudad de Orduña, lleva a los senderistas hasta La Antigua, un querido templo religioso dedicado a su patrona, muy cercano al centro del casco urbano, de estilo barroco y levantado en el siglo XVIII que da cobijo a la Andramari gótica que lo preside y conserva. Merece también la pena ver de cerca su portada ojival del siglo XIV y el soportal renacentista, que eran parte del templo medieval original.

El sendero que lleva a La Choza tiene tan solo 2,2 kilómetros de longitud lo que supone un agradable y tranquilo recorrido, «ideal para realizar en familia y que acerca a una pequeña y bonita cascada escondida en lo más profundo del bosque». La Choza se encuentra, concretamente, en la ladera de la Sierra Sálvada, en el camino que lleva también a las aldeas de Lendoñogoti y Lendoñobeti. Este bonito paraje da la bienvenida al visitante que acude a las cercanas cimas de Bedarbide y Solaiera y permite también ver el dolmen, la antigua calzada o el nevero donde se guardaba la nieve durante el invierno para poder venderla en verano ya que se usaba como remedio contra algunas enfermedades, para mantener la comida o para hacer la tradicional limonada que se bebía en las fiestas de Orduña. Además, se hace patente la imparable fuerza de la naturaleza en el entorno y es que el agua que serpentea entre los árboles ha sido la principal creadora del paisaie kárstiko que predomina en toda la zona.

Otro lugar emblemático para los orduñarras es el Txarlazo, cumbre de 938 metros de altitud que en lo alto de su cima muestra con orgullo el gran monumento de la Virgen de Orduña. El itinerario que propone la Oficina de Turismo alcanza los 5,7 kilómetros de distancia y discurre por la ladera que pasa bajo la imponente construcción de hormigón armado y que da la posibilidad de «pasear a la sombra de hayas y quejigos mientras pisamos las gastadas piedras de una antigua calzada». Una segunda opción es hacer la ruta Birding en Txarlazo de 4,5 kilómetros, un recorrido que facilita la ascensión a la cima por el sendero GB 284 y que «ofrece la posibilidad de observar especies como el halcón peregrino, el alimoche o el buitre leonado». El sendero denominado Cresteando las peñas, de 4,6 kilómetros, es otra manera de alcanzar la cima de Txarlazo y que posibilita, además, ver el Pico del Fraile, un icono de la escalada en Euskal Herria.

Korozen, Babio y Burubio

Otros tres sencillos senderos alcanzan otras cimas que rodean la ciudad de Orduña: Korozen, de solo 1,5 kilómetros, que conserva en su cumbre los restos de un antiguo monumento dedicado al Sagrado Corazón de Jesús y ofrece, además, una magnífica panorámica de Mendeika, un pequeño y silencioso núcleo compuesto de unos pocos caseríos y la ermita de San Miguel, del siglo XVIII; Babio, de 2,3 kilómetros y que permite intuir en el terreno los restos de un castro de la Edad de Hierro y acceder, siguiendo otro itinerario, a algunas trincheras de la Guerra Civil; y Burubio, de tan solo 1,2 kilómetros de distancia, que tiene en su cima el mojón que sirve de límite entre los municipios de Amurrio, Orduña y Ayala. «Además, no se puede dejar de visitar, ya sea al subir o al bajar, la ermita de San Miguel y la bolera anexa».

Este interesante paquete de rutas incluye, como no podía ser de otra manera, la que llega al Salto del Nervión desde Untza, un itinerario de 5 kilómetros que culmina frente a la cascada más alta de la Península Ibérica. Y también se recomienda hacer la senda verde de Delika, de 6,6 kilómetros, y que siguiendo el cauce del río Nervión a lo largo del cañón de Delika ofrece la oportunidad de disfrutar de la diversidad de aves que moran cerca de cursos de agua, en hayedos y quejigares o en las paredes calizas.

Los interesados pueden consular la documentación anexa como mapas de los recorridos y folletos en la Oficina de Turismo de Orduña, su web o de Facebook.

Tomado de www.deia.eus

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