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Los Dí­az Pimienta

Los Dí­az Pimienta

La familia de los Dí­az Pimienta, famosos marinos y militares que destacaron especialmente en los siglos XVI y XVII, es una de esas estirpes que parecen destinadas a cambiar continuamente de residencia. Su plena dedicación a la milicia les llevaba de una ciudad a otra, allá donde eran requeridos sus servicios: Las Palmas, Cuba, Portugalete, Urduña

Para establecer su genealogí­a me basaré principalmente en las pruebas presentadas por Francisco Dí­az Pimienta padre e hijo, ambos del mismo nombre, para ser admitidos como caballeros del hábito se Santiago, el cual les fue concedido, casi simultáneamente, el año de 1642.

Según se deduce de su contenido, podemos establecer su origen en el matrimonio compuesto por Diego Dí­az Pimienta y Mayor Franco, quienes eran naturales de la ciudad de La Palma, isla de Tenerife. A comienzos del siglo XVI él era castellano del fuerte de Santa Catalina de La Palma, cargo que, para poder ejercerse, tal como se repite continuamente en los documentos, debí­a haberse acreditado nobleza y limpieza de sangre.

Los susodichos fueron progenitores de

1. Pedro Dí­az Pimienta y Franco, que fue Familiar del Santo Oficio de la Inquisición en La Palma y maestre de campo. Casó con Marí­a Román, siendo padres de Pedro, Catalina, Francisco y Felipa Dí­az Pimienta y Román.

2. Felipa Dí­az Pimienta y Franco.

3. Francisco Dí­az Pimienta y Franco, con el que seguimos.

Francisco Dí­az Pimienta y Franco fue capitán de infanterí­a y regidor perpetuo de La Palma. Además, continuó el empleo paterno de castellano del fuerte de Santa Catalina. En torno al año 1593 se halló en La Habana, siendo capitán de un galeón, y en aquella ciudad contrajo matrimonio con Juana Pérez de Mendizabal, quien habí­a nacido en ella cuando sus padres, Juan Pérez de Mendizabal y Marí­a de Lezcano, naturales de Oñate, llegaron «viniendo de ocupar un corregimiento en Arica«. Precisamente en La Habana nació, el año 1596, su hijo Francisco Dí­az Pimienta, con el que seguiremos.  También fueron padres de Lucí­a Dí­az Pimienta, que contrajo matrimonio con el caballero canario Gabriel del Valle, alférez mayor de La Palma y alguacil de la Inquisición en Canarias.

Francisco Dí­az Pimienta y Mendizabal (n. 1596- f. 1652 en el sitio de Barcelona), segundo de este nombre en el árbol genealógico de la familia, fue llevado por sus padres, con apenas año y medio, a La Palma, pero permaneció poco tiempo en ella porque, muy joven aún, fue enviado a cursar estudios a Sevilla. Alguno de los testimonios recogidos en sus pruebas para el hábito de Santiago le sitúan en esta ciudad con once o doce años,acompañado de un ayo encargado de su educación -apellidado Vizcaí­no-, y algunos criados para su servicio. A pesar de su esmerada educación prefirió seguir la tradición familiar y dedicarse a las armas en lugar de al estudio. Desde los 16 años navegó en los galones de Indias, y llegó a ser capitán, luego almirante y, finalmente, general de la Armada de Indias. También formó parte del Consejo de Guerra. Fue capitán general de Menorca y virrey de Sicilia. Entre sus méritos destaca la acción llevada a cabo contra los ingleses  el año 1641, al mando de la Armada, en la que desalojó a aquellos de la isla de Santa Catalina y tomó numerosos prisioneros.  También merecen destacarse sus propuestas para la construcción de naví­os así­ como la decisión de elegir el lugar de Guarnizo, en Cantabria, para instalar allí­ la fábrica de galeones para la Real Armada por las muchas ventajas que presentaba. No descuidó su patrimonio y con lo que heredó a la muerte de sus padres compró tres galeones que dedicó al comercio (1) logrando reunir una reseñable fortuna. Casó el año 1635 con la portugaluja Marí­a Alfonsa de Vallecilla y Ojeda, hija y heredera del famoso general Martí­n de Vallecilla y Casal y de Marí­a de Ojeda y Velasco.

Al tratar de FranciscoDí­az Pimienta y Mendizabal es inevitable mencionar que la circunstancia de su nacimiento en La Habana le causó muchos problemas, hasta el punto de poner en peligro su prestigio, su calificación de hijodalgo e, incluso, todo lo que habí­a conseguido en su carrera militar.

Pretendiendo confundirle con un mestizo también apellidado Pimienta, hijo de un judí­o portugués que casualmente se habí­a avecindado en aquel tiempo en La Habana, y de una esclava mulata llamada Catalina, se alzaron algunas voces que poní­an en entredicho su derecho a optar al hábito de caballero de Santiago. Esta circunstancia le obligó a presentar numerosos testigos que confirmasen su naturaleza, entre los que se hallaban los caballeros canarios más señalados de cuantos residí­an en la corte de Madrid, numerosos sacerdotes, caballeros poseedores de tí­tulos nobiliarios, todos los cuales, bajo juramento, aseguraron que Francisco Dí­az Pimienta y Mendizabal era quien afirmaba ser, y empeñaron su honor asegurando que no tení­a «mezcla de portugués, ni mulata, ni de otra cosa de las contenidas en las preguntas«.

Hoy dí­a aún es común encontrar artí­culos y publicaciones que mantienen la teorí­a del mestizaje de Francisco Dí­az Pimienta, que dan mayor verisimilitud a un rumor que al testimonio de más de cien personajes cualificados de la época. Obvian testimonios como los del agustino fray Juan Caro de Mendoza, que fue capellán mayor de la Armada de Indias, con la que navegó más de 40 años, quien conoció a los padres y abuelos, tanto maternos como paternos del general, y que aseguraba su legitimidad. O bien, no dan crédito al hecho de que su suegro, caballero de Santiago, se informase personalmente de la nobleza y origen de Francisco Dí­az Pimienta. O simplemente del hecho tan clarificador, de que si hubiese tenido rasgos mestizos nadie hubiese empeñado su palabra por él. O también, como aseguraban los testimonios de naturales de La Habana, que era totalmente imposible que se les hubiese ocultado algo así­, conociéndole como le conocí­an.

Cualquier persona acostumbrada a cotejar y leer pruebas para acceder a alguno de los hábitos de caballeros puede comprobar que jamás era concedido si existí­a incertidumbre sobre la cualificación de los pretendientes y, que, mucho menos, ninguno de los testigos hubiese empeñado su palabra de caballero si le cabí­a alguna duda.

Como digo, a Francisco Dí­az Pimienta se le confundí­a con un mulato, el cual, en su infancia, andaba descalzo por la ciudad de La Habana llevando la sombrilla a su padre, el hebreo portugués, ocupación que no hací­an nunca los españoles sino los esclavos o los de baja condición. Por otro lado, le acusaban de haber sido mercader «vendiendo por menudo sus mercancí­as, hasta que navegó a Angola por mercader de negros, ocupación de jente muy ordinaria«. Esta segunda acusación no fue refutada por los testigos quienes, antes al contrario, afirmaron que la navegación comercial era admitida y practicada incluso por virreyes. Pero evitaron profundizar más allá (2).

La imagen de un militar encumbrado a lo más alto de la administración española que resulta ser en realidad un mestizo de padres a los que la sociedad repudiaba, no deja de ser romántica y atractiva para componer la trama de una novela o de un guión cinematográfico; pero, para bien o para mal, se desmonta inmediatamente con los testimonios de los testigos. Alguno de ellos tan clarificador como el del caballero de Santiago Pedro de Arrese Girón, quien habí­a conocido a Francisco Dí­az Pimienta estudiando en Sevilla con edad de 11 o 12 años, y con  criados a su servicio, lo cual imposibilitaba que, al mismo tiempo, llevase el quitasol de su padre, y mucho menos en un lugar tan lejano como La Habana. Por otra parte, aseguraba que entre soldados se decí­an las faltas de unos y otros, y «quién era cada cual«, y que jamás se dijo nada en ese sentido sobre Dí­az Pimienta, razón por la que resultaba incomprensible la acusación. Finalmente, concluí­a diciendo que: «la habla no era de portugués, y si lo fuera se conoí§iera luego, porque ninguno ay tan ladino que aunque aya estado mucho tiempo fuera de Portugal no se resbale en la habla y se conozca ser portugués por ella, con lo cual cree y tiene por í§ierto que el pretendiente no tiene cosa de portugués ni mulato, porque demás de lo dicho nunca tal cosa a llegado a su notií§ia hasta aora que se le pregunta, y si algo de lo dicho tuviera el pretendiente lo uviera sabido el testigo por la mucha cominicaí§ión que a tenido en La Habana, Cartagena de Levante y La Palma«.

Testimonios semejantes a este se repiten una y otra vez (3)

Francisco Dí­az Pimienta y Mendizabal contrajo matrimonio con Marí­a Alfonsa Jacinta de Vallecilla y Ojeda, natural de Portugalete, villa en la que nació el año 1621. Llama la atención la gran diferencia de edad entre ambos cónyuges (más de 20 años) y aún más que el enlace se celebrase el 26 de enero del año 1636, cuando ella apenas contaba 15 años de edad. No creo que sea aventurar demasiado pensar que fue en esta ocasión cuando Dí­az Pimienta hizo el mejor negocio de su vida casándose con aquella niña, heredera de los Vallecilla, no tanto por la dote (6.000 ducados de plata) sino por el prestigio de su suegro -quien por el mes de agosto del año anterior habí­a muerto en Veracruz-, circunstancia que, forzosamente, le tuvo que abrir de par en par las puertas en la carrera militar.

Los sucesores de los Dí­az Pimienta-Vallecilla llevan el tí­tulo del marquesado de Villarreal de Burriel, que le fue otorgado a Alfonsa Jacinta de Vallecilla en atención a los méritos de su esposo, en el año 1672.

De este matrimonio (4) nacieron:

1.  Francisco Manuel Dí­az Pimienta y Vallecilla, nacido en Portugalete en 11 de enero de 1637. En su expediente de caballero de Santiago se lee que en 1642 contaba con aproximadamente 8 o 9 años, lo que no resultaba razonable dada la edad de la madre; la fecha de su bautismo en Portugalete consta en el expediente que para ingresar en la orden de Calatrava siguió su hijo Juan Nicolás Dí­az Pimienta. Fue caballero de Santiago desde 1642. Heredó de su abuelo materno el cargo de Superintendente de Fábricas, Plantí­os y Arqueamiento de Naví­os del Señorí­o de Bizkaia, que aquel habí­a heredado a su vez de su suegro, el capitán Agustí­n de Ojeda.

Contrajo matrimonio en primeras nupcias con Antonia de Zaldivar, natural de Urduña, hija de Juan de Zaldivar y Agustina de Ojeda, de cuyo enlace nacieron:

1.1. Juan Victoriano Dí­az Pimienta y Zaldí­var. Nacido en Urduña hacia 1660. Caballero de Calatrava desde 1689. Fue gobernador de Cartagena de Indias.

1.2. Francisco Antonio Dí­az Pimienta y Zaldí­var. Nacido en Urduña hacia 1660, falleció en 1707. Heredó el tí­tulo de marquesado de Villarreal de Burriel. Caballero de Santiago desde 1689. Fue Teniente General de los Reales Ejércitos. Casó con Francisca Antonia de Serralta y Puente, nacida en Bilbao en 1655, hija de Juan Francisco de Serralta y Salcedo, caballero de Santiago, y Marí­a de la Puente. Fueron padres de:

1.2.1. Francisco Antonio Dí­az Pimienta y Serralta-Salcedo. Marqués de Villarreal.

1.2.2. Juan Nicolás Dí­az Pimienta y Serralta-Salcedo. Nació en Barcelona. Fue Brigadier de los Reales Ejércitos. Caballero de Alcántara desde 1732. Marqués de Villarreal. Contrajo matrimonio con Marí­a Teresa de Torrezar Ibarburu, natural de Percilla, hija de Ramón Torrezar y Mariana Rosa de Ibarburu.

1.2.3. Ignacia Casilda Dí­az Pimienta y Serralta-Salcedo. Nació en Barcelona. Casó con Francisco Manuel de Velasco, caballero de Santiago, teniente general de los reales ejércitos.

1.2.4. José Antonio Vicente Dí­az Pimienta y Serralta-Salcedo. Bautizado en Bilbao en 1687.

1.3. Magadalena Dí­az Pimienta y Zaldivar, nacida en 1665 en Urduña.

Francisco Manuel Dí­az Pimienta y Vallecilla, casó en Bilbao, en segundas nupcias con Ana Marí­a Josefa de Coscojales-Recalde  Vitoria, hija de Francisco de Recalde Hormaeche Ugarte Coscojales, descendiente de numerosos mayorazgos de Bilbao y Portugalete, y de Juana de Vitoria Loredo Peñavera. No me consta descendencia de ellos.

Teniendo en cuenta los destinos militares de Francisco Dí­azPimienta y Mendizabal es posible que el resto de sus hijos e hijas naciesen en Menorca, isla de la que fue nombrado gobernador hacia 1637. Conocemos los siguientes:

2. Martí­n José Dí­az Pimienta y Vallecilla, Caballero de Alcántara desde 1664. Conde de Legarda.

3. Nicolás Dí­az Pimienta y Vallecilla, monje de la orden de la Merced.

4. Teresa Dí­az Pimienta y Vallecilla, monja del convento de Santa Clara de Guadalajara

Goyo Bañales

9 Comentarios

  1. José

    Según los historiadores canarios Wanguemer,B. Lorenzo,Pérez Garcí­a y otros afirman con rotundidad que el Almirante Dí­az Pimienta nació en la localidad de Tazacorte (Los Llanos de Aridane, Isla de La Palma, Pov. de Tenerife) en 1594, hijo natural de Francisco Dí­az Pimienta y Franco y de madre desconocida, bautizado en la parroquia de Ntra. Sra.de Los Remedios de dicha localidad si bien su partida de nacimiento no se ha encontrado jamás, pero existen datos como le inscripción en la pila bautismal del referido templo así­ como determinadas referencias en el textamento del Almirante que arrojan datos sobre su origen palmero.
    Estos historiadores han mantenido siempre que los protocolos genealógicos para su ingreso en la Orden de Santiago fueron falsicados para ocultar su muy humilde orí­gen y su ascendencia judí­a.

  2. Amalia Muñoz Piñeiro

    Hola,
    si quereis la historia de los Diaz-Pimienta, Marqueses de Villareal y Burriel, yo os la puedo dar. Tengo el libro que herede de mi abuela, Antonia Diaz-Pimienta (Marquesa de Villareal y Burriel).

  3. leoncio perez merino

    me llamo leoncio y soy de Buniel, pueblo que es del marquesado de Buniel, la familia Dí­az Pimienta, llevo algo así­ como diez años investigando ssobre la historia de este pueblo y autor del libro «Buniel, villa del Camino Real» y me interes la historia de esta famili por se el marquesado de este que es mi pueblo, por lo cual ruego me responda y si me puede dar alguna informacion al respecto se lo qgradecere enormente, muchas gracias, un saludo, leoncio

  4. Julio Grez Leiva

    Soy descendiente de Francisca Diaz Pimienta Hija de Francisco Diaz Pimienta y Olivares y Maria Josefa Calderón y Covarrubias Lisperguer avecindados en Chile por los años 1.700…. si tienes mayor información te lo agradeceré…..Gracias.

  5. JORGE

    mi nombre es jorge pimienta descendiente de judios sefardí­es en espana y portugal por favor escrvame pues deseo establecer la conexión de los primeros pimienta en america
    JORGEPIMIENTA99@HOTMAIL.COM

  6. Julio Grez

    Hola Jorge,mi información ancestral coincide con lo que buscas, mi mail .turismobelen.aricachile @gmail.com ,saludos.

  7. Jose burgos.

    Hola . Vivo en Santiago de Chile, tengo en mi poder documentos de Francisco Antonio Grez Diaz – Pimienta. Testamento, y otros, Originales de época.

  8. Manuel Lopez-Acedo Pazos

    La entrada de Amalia es totalmente incierta, si tu abuela era Antonina Diaz-Pimienta Dominguez. Ya que el padre de tu abuela, Vicente Diaz-Pimienta Dominguez no llego a ostentar dicho título nunca, ni su hijo Eduardo que al igual que su padre murio en la guerra civil.

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