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La Virgen de Orduña enciende las alarmas

La Virgen de Orduña enciende las alarmas

Con 50 toneladas y unos 25 metros de altura, el imponente monumento de la Virgen de la Antigua, patrona de Orduña, se mantiene desde hace casi 120 años presidiendo el balcón de la Sierra de Salvada, en el monte Txarlazo. Una obra singular, de las primeras en hormigón armado en España, que lleva años pidiendo a gritos una reforma. Sin parte de su manto, desprendido por las inclemencias meteorológicas, se mantiene desde hace año y medio vallada, esperando unos trabajos que parecen no llegar, y sobre todo una potente inversión.
Un preocupante estado que ha propiciado su inclusión esta semana en la lista roja de patrimonio elaborada por la asociación Hispania Nostra, que recoge más de un millar de enclaves del país que sufren un grave riesgo de desaparición o alteración esencial de sus valores. «Se trata de un lugar con un interés muy alto y con un triple valor, tanto natural como paisajístico e histórico», destaca Igor Cacho, delegado en Euskadi de esta agrupación, quien señala que la presencia de la Virgen de Txarlazo en este registro no es más que «un toque de atención». «Es como una casa que puede que no se vaya a caer ahora, pero es cuestión de tiempo que se venga abajo», augura.
La alcaldesa de Orduña Itziar Biguri (EH Bildu) es consciente de los daños que sufre el monumento debido a un sinfín de filtraciones de agua y aunque apunta que en estos momentos «no existe daño estructural», asegura que «si no se aborda cuanto antes, el daño acabará siendo mayor». Por ello agradece el paso dado por Hispania Nostra ya que entiende que esta alerta puede ayudar a impulsar una reforma «necesaria» que se está dilatando en el tiempo por la burocracia. Y es que este lugar es propiedad del municipio vizcaíno, pero se encuentra en territorio burgalés, concretamente de Villalba de Losa.
Ambas localidades llevan un tiempo trabajando juntas pero hasta dentro de varios meses, pese a la urgencia, no se verá a la Virgen de la Antigua tapada por andamios. «En octubre se licitará la redacción del proyecto de rehabilitación», declara a este periódico Biguri. Luego se adjudicará, al igual que la posterior licitación de la reforma, por lo que a la patrona de Orduña le queda un tiempo, hasta bien entrado el 2023, para lucir una vestimenta nueva.
Y para ello será necesario, como apunta la regidora vizcaína, contar con la colaboración de diferentes instituciones. «Una obra así no la puede soportar un ayuntamiento como el nuestro». De momento cuentan con una subvención del Gobierno vasco de 500.000 euros. Para hacer números también están pendientes de que Castilla y León proteja legalmente de alguna manera a este enclave, que va más allá del aspecto religioso.
Además de la reforma, Orduña también quiere poner en marcha un plan para la puesta en valor del monumento. «Es un símbolo que nos identifica y queremos restaurarlo pero ver bien luego para qué, qué usos se le podría dar. Queremos darle una vuelta y que tenga un valor añadido».
Tomado de www.elcorreo.com

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