
DE NUESTRA HISTORIA RECIENTE: LOS MACEROS

Tras el acceso a la alcaldía de Orduña de D. Miguel Penas Aguilera, el 7 de julio de 1954, y posiblemente en la primera Comisión Permanente de este nuevo Ayuntamiento, celebrada el día 28 de ese mismo mes, entre los diversos acuerdos tratados, uno de ellos fue la “adquisición de dos uniformes heráldicos” (en recuerdo de las gloriosas gestas guerreras), con los que se completaría el “cortejo ceremonial” municipal, formado por la banda de txistularis y clarineros de la ciudad.
En posterior Comisión Permanente de 17 de septiembre de 1954 se autoriza el pago de 477 pts. a D. Alejandro Torre, por la confección de “dos tambores para los maceros”.
En la Comisión Permanente de 10 de diciembre de 1954, entre los pagos autorizados se dice:
Autorizar el pago 1530’68 pts. a favor de D. Juan José Díaz de Acebedo, importe de “ocho pantalones para los txistularis y clarineros”, y “género para los atabaleros”.
En la Comisión Permanente de 30 de diciembre de 1954, se autoriza la adquisición de dos “pares de zapatos” de la zapatería de D. Germán Roiz hechos a la medida, por importe de 250 pts. para uniformar a los maceros.
En esta misma sesión se autoriza el pago de 4.717’10 pts. a las Religiosas de la Compañía de María, importe del material y confección de los “trajes de los maceros”.
En la Comisión Permanente de 16 de marzo de 1955, se autoriza el pago de 100’70 pts a D. Antonio Díaz de Lezana, importe de “medias para los atabaleros”.
Como se deduce de lo anteriormente expuesto, la figura de los maceros en la comitiva Corporativa del Ayuntamiento de Orduña tiene su origen a principios del año 1955, y tal como pretendieron sus mentores, esta figura del macero, fue muy bien admitida por la ciudadanía orduñesa.
En sus comienzos, estos dos personajes ataviados con uniforme heráldico, portaban sendos tambores un tanto alargados y de sonido grave. Uno de ellos era batido con sucesivos redobles, mientras que el otro lo hacía mediante golpes sincronizados de maza. Consiguiendo con ello un sonido rítmico muy institucional.
Los dos primeros tamborreros oficiales fueron D. Ciriaco Díaz y D. Jesús Ibargutxi Urraza.
La incorporación de estas dos nuevas figuras al séquito ceremonial, consiguió dar un mayor empaque y espectacularidad a los diferentes desfiles y actos protocolarios de la Corporación Municipal.
Su posición en el cortejo ceremonial variaba según el tipo de ceremonia. Ya que en algunos actos, los tamborreros eran los que abrían la comitiva con sus sonidos rítmicos. Mientras que en otros, era la banda de Txistularis la que la abría, precediendo a los clarineros. Tras ellos desfilaría el pendón de la ciudad escoltado por ambos tamborreros que precedían al Sr. alcalde y sus concejales.
Semejante formación daba autentico realce a todo tipo de solemnidades y actos públicos, y fue políticamente utilizada para tal fin por el Ayuntamiento en varias ocasiones dentro y fuera de Orduña, tanto en actos protocolarios y manifestaciones del antiguo régimen, y también en otras también de tipo religioso.
Esta formación solía ser requerida por distintas instituciones provinciales para dar realce a diferentes acontecimientos y solemnidades.
El primer cortejo protocolario fue desempeñado por las siguientes personas:
Tamborreros.- Ciriaco Díaz y Jesús Ibargutxi.
Txistularis.- 1º Epafrodito Landaluze y Joaquin Larrañaga.
Txistulari 2º.- Emiliano Larrañaga
Silbote.- Prudencio Larrañaga.
Atabal.- Santiago Landaluce y Txomin Landaluce.
Trompetas.-Carlos de la Fuente, Aventino de la Fuente y Antonio Agirretxe.
En el devenir de los años, las mencionadas personas han ido siendo relevadas por diferentes personas que siguen manteniendo el protocolo de los diferentes actos institucionales de la ciudad.
Tal como se ha referido, la figura concebida en origen de “Tamborrero”, a partir de algunos años a esta parte y sin saber los motivos ni el ejecutor, ha sido convertida en la de “Macero”.
¿Habrá alguna razón que justifique ese cambió?
Puede que haya alguna otra razón histórica que justifique el cambio. Pero sin duda alguna, contradictoria con los criterios de quienes la promovieron.
Ya que en el pensamiento de sus mentores, este singular “uniforme heráldico”, pretendía recordar el papel histórico que tuvo la ciudad de Orduña en diferentes situaciones institucionales y bélicas del convulso Renacimiento.
Igualmente quiso reiterarse ese mismo deseo, en otra decisión tomada por el mencionado ayuntamiento, haciendo fijar sobre la pared del primer descansillo de las escaleras de acceso a las dependencias de la Casa Consistorial el verso del poeta del Renacentismo Gomez Manrique:
Nobles discretos barones
Que gobernáis a Toledo
En aquestos escalones
Desechad las aficiones,
Codicias, amor, y miedo.
Por los comunes provechos
Dexad los particulares.
Pues vos fizo Dios pilares
De tan riquísimos techos.
Estad firmes e derechos
Xabier Egiluz
(ADRAtan)
Diciembre de 2019
Tomado de www.noeresdeorduñasi….