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Caminos de Orduña

Caminos de Orduña

CAMINOS de ORDUÑA: En la época romana diversos restos indican que una derivación de la calzada de Burdeos a Astorga subí­a desde Valdegobia, por Berberana,  hasta alcanzar los caminos del Nervión por tierras de Orduña, para dirigirse al mar[1]. En el alto medioevo existí­an caminos hoy olvidados: el monasterio de San Clemente de Arbileta  y el monasterio de Santiago de Langreiz situado en el camino de subida a Berberana por la «llamada Fuente de Santiago», dan fe del tránsito de Castilla a Vizcaya por los difí­ciles pasos de Goldecho y  por la hoy llamada «senda Negra» o por las laderas de la Peña, sorteando estrecheces para salir a Arrastaria y tierras de Orduña[2]. El camino de Orduña a Bermeo ya funcionaba antes de 1310, luego se le hizo terminar en Bilbao en 1310[3]. A finales del s. XV el camino de Orduña a Miravalles se encuentra en muy mal estado, de tal modo que los Reyes Católicos, en 1491, ordenan que se informe sobre los reparos en diversos caminos, entre los que figura el antes mencionado. A finales de dicho año se concretan las reformas necesarias en puentes y calzada, tasadas según los canteros y oficiales en 150.000 mrvs. «poco más o menos». Estas previsiones se quedaron cortas al remitirse al Consejo Real un estudio del coste del arreglo del camino calculado en 220.000 mrvs. y cuya financiación se realizará con el pago de medio real por cada caballerí­a que utilizase el camino, de las 300 se estimaba pasaban anualmente. En 1492 se autorizaba el cobro de este impuesto. En 1553 por Carta Real se autoriza la construcción de un camino de Portugalete a Losa, pidiendo la ciudad que la nueva ví­a transcurra por la peña de Goldecho, pero «la escasez de recursos y la oposición de ílava, Guipuzcoa y  Burgos», lo hicieron imposible[4]. En 1569 se ejecutaron obras de cierta importancia «desde el puente del Prado hasta encima del camino  y guí­a de la Peña». En 1629 la recaudación por «el impuesto de la Guia de la Peña» llega a su nivel más bajo. En el año 1609  tiene lugar la primera actuación de Orduña en cuanto a la mejora viaria de acceso a la meseta.  En ella se remite una carta a Felipe III en la que se indica que Orduña no podí­a reparar el camino de la Peña y solicita licencia para obtener 6.000 ducados para efectuar tales reparaciones, cargando a los alimentos un nuevo tributo. Desde la corte contestaron que se debí­a buscar otro arbitrio menos gravoso. En base al informe remitido por el licenciado Melchor de Molina el 24-10-1609, se describen los dos caminos de acceso a la meseta que existen. Primero se describe el de la Peña de San Bartolomé y después el camino de Goldecho, cuya entrada, dicen,  se hará por el camino Viejo. En 1644 las autoridades locales remiten solicitud al rey para abrir un camino apto al tráfico de carros. La fecha que separa la condición de «tratable » a «intratable» de la Peña de Goldecho, es la de agosto de 1650, año en que el alcalde de la ciudad habí­a realizado obras en los  caminos  de la Peña de San Bartolomé y Goldecho (exigí­a 178.511 mrvs., aparte de los 5.000 reales que ya habí­a percibido ). Al parecer la intención del alcalde era allanar los caminos para que sirviesen para el tráfico de carruajes, sin embargo las obras realizadas fueron perjudiciales. En 1645 se firma un convenio entre Delica y Orduña para mejorar el camino de la Peña Ratauri.  Ante el mal estado en que quedaron los dos caminos, el de Goldecho y el de San Bartolomé, se desvió el tráfico mercantil por Unzá[5].  En 1663 Orduña se dirige al ayuntamiento de Bilbao recabando la ayuda necesaria para hacer frente a las obras, fracasando esta por diversos motivos. En 1668 el Señorí­o  en Junta General de Guernica otorga a Orduña 16.000 reales para la reparación de caminos. En 1681 fue aprobado por la Diputación General el convenio por el que Orduña, Bilbao y el Prior de la Contratación acordaron realizar obras en la Peña de Goldecho para asegurar el paso de los carros de Castilla. Tiempo después la corporación orduñesa fijarí­a la forma de financiación. Debido a diversos problemas con Vitoria y San Sebastián el convenio anterior quedó en agua de borrajas, firmándose otro nuevo convenio en 1685. A partir de ese año se contrata al arquitecto Lucas de Longa  que se compromete a ejecutar la obra en 15.000 ducados. El ayuntamiento tomó diversos acuerdos para financiar la parte de las obras que le correspondí­an. Este año se empieza a romper la peña de Goldecho, pero se suspenden las obras en que se llevaban gastados 5.000 ducados.

 

[1] «Personajes orduñeses. Micaela Portilla, tomo -V

[2] «Personajes orduñeses. Micaela Portilla, tomo -V

[3] «AUí‘AMENDI», 5

[4] «Orduña: camino y frontera». J.I. Salazar Arechalde. 2005

[5] «Orduña: camino y frontera». J.I. Salazar Arechalde. 2005

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