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ARRASTARIA (Datos históricos)

ARRASTARIA (Datos históricos)

Se acusan algunas huellas prehistóricas en el valle de Arrastaria, como el hallazgo en un prado de Délica, fuera de yacimiento o estrato arqueológico, de un hacha de cobre de doble filo, relacionada con otras halladas en sepulcros megalíticos.

Lo que hoy en día conforman las tierras del Valle de Arrastaria y orduñesas, incluida Ruzabal, antiguamente estaban ocupadas por gentes pertenecientes a la tribu  “autrigona”. Pueblo habitador de montañas, fiel y devoto de sus riscos, como la tórtola de su nido, eran los autrigones, en expresión de Andrés de Poza.

La Autrigonia prerromana abarcaba parte del territorio costero de Cantabria (Colindres…), bastante territorio de Castilla (Valle de Mena, Sedano, Frías, Pancorbo, Briviesca, etc ), además de Arrastaria, Orduña y el territorio izquierdo del Nerva (Nervión) hasta Portugalete.

Varios restos materiales y algunos topónimos dan fe, por otra parte, del asentamiento romano en tierras del Nervión. Una calzada romana subiría  por Osma de Valdegovía, Mambliga y Orduña hasta llegar a la ría siguiendo el curso del Nervión.

Tras una primera fase de contacto entre romanos y vascones en general, entrados ya en los primeros siglos de nuestra era, es posible determinar que, mientras en la zona meridional la romanización fue tan intensa como en las mejores zonas de la península, parece clara la baja asimilación de la cultura romana por parte de los pueblos más septentrionales.

Varios restos de materiales, como los hallados en el yacimiento de San Juan de Aloria, dan fe del asentamiento romano en la zona de Arrastaria-Orduña[1].

La toponimia es otra fuente de interés para el conocimiento de la protohistoria y de la penetración romana en estas tierras, nos aporta nuevos datos de la zona.

La palabra Nervión es un hidrónimo de origen indoeuropeo (Nerva), según estudiosos del tema, tanto por la duración del topónimo como por su ubicación geográfica.

También parece tener relación con esta tesis, la palabra Peña “Nervina” (Delika), además de otros hidrónimos prerromanos[2], después corrientes en la onomástica del medievo (Ordu, Ordo, Orduntis) que parece reflejarse en topónimos de esta comarca, como Orduña u Ordunte.

Estos estudiosos también encuentran raíces indoeuropeas en topónimos como Lendoño, Salmantón, Lezama, etc,  y otros nombres de pueblos y barrios aquí relatados.

También parecen de origen romano el topónimo de “Ripa”, barrio de  Orduña. En este municipio tenemos otro término orduñés, pegando a la zona de Aloria, denominado “El Frato”, de claro origen romano.

Asimismo refleja un origen numeral romano el nombre de “Tertanga”, lo mismo que el de “Cuartango”, valle limítrofe con  las tierras de Arrastaria. “Tertiani” eran los soldados romanos de la Legión III, por lo que el nombre de la actual aldea de Arrastaria derivaría de “Tertianica”, de modo similar a Cuartango, derivado de “Quartanicus”. También son de origen romano los topónimos de los barrios de “Ripa”en Orduña; las mismas raíces, posiblemente,  se hallan en el  topónimo “Derendano”, nombre antiguo de la actual Saracho.

Las primeras fuentes documentales.

Afirma la Crónica de Alfonso III (finales del siglo IX)  que Alfonso I de Asturias (mediados del siglo VIII), hijo del Duque de Cantabria y yerno de Don Pelayo, en su expansión a comienzos de la Reconquista por los límites orientales de su reino, no tuvo que guerrear por la posesión de “Alaba, namque Bizcai, Alaone et Urdunia”, porque las habían mantenido siempre sus habitantes durante la invasión mulsumana: (“a suis incolis reperiuntur semper esse possesae”) lo mismo que el territorio pamplonés y otras comarcas navarras. “Alaone” o “Aiaone” se ha interpretado como “Ayala” y “Urdunia” es sin duda, la actual Orduña.

Orduña figura ya en el año 804, en la donación a la iglesia de Valpuesta otorgada por el rey Alfonso II al obispo Juan. En el documento de la “Reja de San Millán” (1025)[3], con el voto del conde Fernán González al monasterio emilianense, figura también “Ayala con sus villas” abonando su tributo en cera, y Orduña aportando cera y lienzo.

En el siglo IX, el obispo d. Sebastián escribió que Alaba, Bizcaya, Orduña y Alaón se hallaban poseídas por sus naturales y no fueron conquistadas o libertadas por Alonso el Católico.

Arrastaria, Orduña y sus contornos se encontrarían incluidos en el obispado de Calahorra, y en las hermandades de Oca y Valpuesta, sucesivamente.

Los moradores del país euskaro respondían a sus cabos respectivos y aparecía el “laurak-bat” con una aspiración común: la defensa del territorio y de la libertad.

Toda la Vardulia y la Vasconia, esto es, desde el Nervión al Cinca estuvieron en continua guerra con los mulsumanes, pero a su modo antiguo, sosteniendo su independencia a favor de sus montañas, y a costa de su austeridad y pobreza. Todos los reyes godos tuvieron que lidiar con ellos.

Las tierras que se hallaban libres de la ocupación agarena, fueron: Alaba, Vizcaya, Alaón (Aragón), Arrastaria y Orduña, así como Pamplona, Deyo y Berrueza, las cuales tierras no fueron objeto de conquista, pues no habría que librarlas de ocupación enemiga.

Respecto a Arrastaria, el noble Lope Sánchez ofrecía a San Millán  en 1075 el monasterio de Santiago de Langreiz, en la bajada a dicho valle, con sus manzanares en Orduña y otras donaciones, entre ellas posesiones en Tertanga, en una ladera de Arrastaria.

Pero uno de los documentos más significativos para el conocimiento de la historia eclesiástica de la zona de fines del s. XI, es el convenio acordado entre Pedro, obispo de Calahorra y los habitantes del valle sobre la percepción de diezmos y otras cuestiones. El documento que lo recoge, fechado en 1095 se refiere a varias iglesias ayalesas. En el acuerdo el obispo concierta que cuando deseara reunirse en concilio con los abades de Ayala habría de llegar a Arrastaria, donde asimismo concurrirán dichos clérigos. Este dato parece indicar la existencia, ya en 1095, de la iglesia principal del valle, Santa María de Délica.

En 1135 el rey Alfonso VII entregaba a San Millán la villa de Gaviña en tierras de Orduña. Poco antes de finalizar este siglo, en 1192, el rey de Castilla, Alfonso VIII donaba a la iglesia de Calahorra el “monasterio” de San Clemente de Arbileta, próximo a Orduña[4]. En los pueblos primitivos de Alaba, según Llorente, no aparecían los del valle de Arrastaria, ni Lecámaña, ni Saracho. Sin embargo, por hermandad, después de 1332, se unieron los del valle de Arrastaria, así como Saracho y Lecámaña.

 

[1] Al pie del pueblo de Aloria, municipio de Amurrio (Araba), entre los años 1989 y 1999 el historiador Juan José Cepeda dirigió la excavación de un yacimiento arqueológico romano asentado sobre otro de la Edad del Hierro con restos de ocupación entre los siglos II a.C. y V d.C, pero es en el siglo I d.C. cuando construyeron una docena de recintos a ambos lados de un camino pavimentado con cantos. Se trata de establos, almacenes y un taller de forja edificados con piedra en los zócalos, sobre los que levantaron paredes de tapial y adobe, con cubiertas de materia vegetal reforzado con delgadas lajas calizas apoyadas sobre pies de madera. Durante la excavación se recuperaron numerosos fragmentos cerámicos de terra sigillata procedente del Valle del Ebro, objetos de hueso, piedra y otros metálicos utilizados en la vestimenta y en las actividades productivas. También se recuperaron numerosas monedas de entre mediados del siglo II d.C. y principios del siglo III d.C. Se dedicaron a la ganadería, a la forja del hierro (dos de los recintos tienen abundante escoria de hierro junto a los restos de varios hogares y pequeños hornos utilizados para el afinado y forja del metal).

[2] Gabriel Carretié afirma que tanto “Nervión” como “Delica” son restos de la cultura celta establecida en este entorno.

[3] Documento administrativo medieval alavés, de interés para la investigación toponímica. Se trata de una relación de núcleos alaveses que pagaban al monasterio de San Millán de la Cogolla, realizada por el decano del monasterio hacia el año 1025, bien en ganado o bien en hierro (reja). Constan más de 300 aldeas agrupadas en varias circunscripciones.

[4] Emplazamiento: en la carretera que de Orduña va a Lendoño de Abajo A-3618, en el cruce donde está el área recreativa Alto de Las Campas, tomar el camino vecinal a la izquierda que va a Lendoño de Arriba. Antes de un kilómetro a mano derecha en una curva, hay una explanada cercada con una valla. Hay que atravesar una valla y andar 100 metros por un sendero hacia el Norte hasta unos árboles. Tras ellos veremos unos muros que son las ruinas de la iglesia de San Clemente de Arbileta. En torno a ellas las diferentes construcciones.

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