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Aloria y romanización

Aloria y romanización

La excavación arqueológica llevada a cabo en el yacimiento de Aloria nos muestra cómo era un enclave rural romano en las tierras más septentrionales de ílava. La comarca del Alto Nervión, abierta hacia los valles cantábricos vizcaí­nos, ha sido hasta la fecha una de las zonas menos conocidas para la arqueologí­a histórica. Por ello, se ha preparado una exposición y en ella puede apreciar el visitante una visión integradora de los restos materiales de época romana allí­ existentes.

El lugar

El yacimiento de Aloria (Amurrio) ocupa una amplia terraza fluvial, en el entorno natural del valle de Orduña, en el lí­mite de las provincias de ílava y Bizkaia. La elección del lugar, en una zona prácticamente llana, tuvo que ver con las buenas condiciones que ofrecí­a para la explotación combinada de los recursos agropecuarios, tal como revela la naturaleza de los hallazgos producidos en el transcurso de la excavación y la propia funcionalidad de los recintos exhumados.

La evidencia más antigua de una ocupación estable se remonta a los siglos II/ I a.C. En ese momento tenemos constancia de la existencia de al menos un fondo de cabaña de planta oval y varios lienzos de muros muy alterados que discurren bajo los cimientos de las edificaciones romanas de época imperial. Las cerámicas y objetos metálicos asociados a estas primeras estructuras encajan dentro de la cultura material propia de la segunda Edad del Hierro, que se mantuvo con pocos cambios entre las poblaciones indí­genas hasta su plena incorporación en el Imperio Romano.

La romanización

En el transcurso del siglo I d.C. el yacimiento conoce una profunda transformación. Se inicia entonces la construcción de todo un conjunto de dependencias de trazado ortogonal que sirven para crear un establecimiento de tipo rural, destinado a tareas productivas. En total se ha identificado una docena de recintos, dispuestos en torno a un camino pavimentado con cantos. Se trata de establos, almacenes y un taller de forja.

En la edificación se utilizó una técnica que combinaba el uso de la piedra, el barro y la madera. La piedra se utiliza en los zócalos, sobre los que se levantaban las paredes de tapial y adobe. Las cubiertas -de material vegetal, reforzado con delgadas lajas calizas- apoyaban normalmente en pies derechos de madera.

Durante la excavación se ha podido recuperar un abundante lote de objetos de uso cotidiano. Se trata de fragmentos cerámicos de terra sigillata hispánica procedente del Valle del Ebro, cerámica común de origen regional, objetos sobre hueso y piedra, y elementos metálicos utilizados en la vestimenta y en las labores productivas. También se ha localizado un importante número de monedas, entre ellas dos depósitos de sestercios y denarios, perdidos entre mediados del siglo II e inicios del siglo III d.C. Todo ello nos permite comprobar cómo las gentes del lugar participaban en gran medida de los elementos culturales caracterí­sticos de las poblaciones provinciales romanas.

Actividades económicas

La ganaderí­a era una de las actividades fundamentales realizadas en el lugar. Las gentes que lo frecuentaban desempeñaron además otras tareas productivas, como el trabajo del hierro, que llegaba seguramente en un estado de semielaboración. Entre los recintos identificados hay dos, dispuestos de forma contigua, que sirvieron para este fin. En su interior aparece abundante escoria de hierro junto a los restos de varios hogares y pequeños hornos utilizados para el afinado y forja del metal. Es bastante probable que parte al menos de los herrajes hallados en el yacimiento haya sido elaborada in situ.

Tras un perí­odo de abandono que comprende la mayor parte del siglo III d.C., el yacimiento fue de nuevo ocupado durante el Bajo Imperio romano. A esta época corresponden varios recintos dispuestos en torno a una sencilla unidad doméstica, levantada con técnicas constructivas similares a las ya observadas. En sus inmediaciones se ha recuperado un abundante lote de cerámicas y objetos metálicos empleados en la vestimenta y adorno personal.

Evidencias materiales de época romana en los valles de Orduña y Ayala

Aloria es hoy por hoy el único yacimiento romano excavado en extensión en la vertiente cantábrica alavesa. Sin embargo no es el único conocido. Los hallazgos aislados procedentes de localidades actuales de los valles de Orduña y Ayala nos indican que gran parte de las mismas se encontraba ya habitada en la Antigí¼edad.

Un tipo especial de evidencia –por la información que reporta– la constituyen los epí­grafes romanos. En la exposición citada se muestra una de las estelas funerarias conocidas en el entorno de la localidad de Llodio –dedicada a Lic(inia) Licoiom–, cuyo texto nos permite comprobar la pervivencia de un tipo de organización suprafamiliar indí­gena en época imperial romana.

Juan José Cepeda

1 comentario

  1. Maribel Montes Wolf

    Estoy realizando una investigación para reconstruir la historia del Valle de Urcabustaiz que limita con Orduña y donde existe un camino que baja desde Uzquiano a Aloria. En los próximos meses ire a ver esta exposición que me interesa y espero contactarle entonces . Si tuviese algun dato que indique la existencia de un camino romano que desde Orduña transitaria por Urcabustaiz hacia la llanada alavesa como fue el caso en la Edad media donde ya he encontrado alguna referencia en pleitos entre Ayala y Orduña a ese camino. Pienso que Urcabustaiz era un terreno fronterizo entre autrigones y caristios pero la lineas divisorias no están claras . Lo que si pienso es que se trataba de un territorio poco poblado o deshabitado en época romana, donde la referencia tenia que ser Aloria y Uxama Barca, mucho mas que lo que era Vitoria en esa época . Si tiene algún dato al respecto o indicación de donde puedo encontrar algún indicio, se lo agradecerí­a, Maribel Montes Wolf

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