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Mosaico histórico de la CIUDAD de ORDUÑA (IX)

Mosaico histórico de la CIUDAD de ORDUÑA (IX)

Templos y ermitas desaparecidos en Orduña y su entorno.

  • La parroquia de San juan del Mercado: estuvo ubicada al S.O. del encintado de la villa. Se construyó en el lado opuesto a la parroquia de Santa María. Entre ambos templos, a la vez fortalezas (sabemos que el campanario de San Juan estaba adosado al muro) se encontraba la actual plaza de la ciudad, antigua del mercado, con acceso desde la iglesia de San Juan por una pequeña cuesta o “aldapa que sale a la plaza pública”. La primitiva iglesia de San Juan (tenemos escasas noticias documentales de lo que fue el templo medieval de San Juan, ya que el último edificio parroquial se construyó antes de mediar el siglo XVIII sobre el templo antiguo, que se derribó entonces con “sus tejados , paredones, pilastras y capillas”. La capilla mayor de esta iglesia primitiva se había renovado en 1591, removiéndose uno de sus estribos al construirse la sacristía de la misma. La iglesia medieval de San Juan tenía un campanario con 3 troneras por lo menos, ya que en 1552 se habían consagrado 3 campanas para ella, la mayor con el nombre de “San Juan Bautista”, la segunda bajo la advocación de “Santa Águeda” y la menor llamada “Santa Clara”. En 1634 se hacía una obra importante en esta torre, y en 1640 se fundía una campana. En 1650 era preciso apuntalar y reparar este campanario. Todo esto parece indicar el progresivo deterioro de la primitiva torre de San Juan a mediados del siglo XVII. En 1650 se hacían obras importantes en el coro. Se sabe como eran los dos retablos mayores que presidieron el templo. Uno, de pintura, era gótico, ya que se ajustaba el 28-10-1492, para pintar la imagen y retablo de San Juan. Este retablo se sustituía por otro en el siglo XVII, año 1609, de dimensiones mayores. Este templo contaba con varias capillas particulares. En 1605, tenía una capilla Doña Ana Ortiz de Mendieta, viuda de Don Ventura de Luyando. También tenían capilla con tumba propia en 1650 los Ochandianos, y otra Don Pedro de Orive Salazar y Doña Catalina de Romarate. Había una capilla de la Purísima, en que Juan de Derendano fundaba una capellanía en 1776, y un “altar del Patrocinio” en el “cementerio” o atrio del templo, en el que en 1723 se prohibía decir misa. La nueva parroquia de San Juan del Mercado. Esta iglesia medieval se derribaba para erigir otra nueva con “4 capillas de ladrillo”, en 1742. En 1755 se remataba la obra del coro del nuevo templo. En 1769 se trasladaba, tras la expulsión de los jesuitas, a la nuevamente nombrada de “San Juan el Real” en la iglesia del Coñegio de los jesuitas. Se bajaron el esquilón y campanas de San juan y se colocaron en las espadañas del nuevo edificio parroquial; se trasladaba la pila bautismal a la nueva parroquia y los retablos se colocaban en la de Santa María. En 1795 el retablo de San Juan se vendió al lugar de Inoso. Así dejó de existir la parroquia de San Juan del Mercado. En 1792 la ciudad pedía “el sitio profanado de la yglesia de San Juan pareciéndole muy cómodo para hazer en él el mercado cerrado”. Las fábricas de las iglesias se oponían a la petición y se nombraban 4 sujetos para estudiar el caso. Hoy en día, año 2023, no queda rastro alguno de la parroquia medieval de San Juan.  Aparte de las visitas pastorales, de las cuentas parroquiales y de los libros de decretos del Concejo, una fuente de gran interés para el estudio de estas ermitas es el testamento de Doña Úrsula de Orúe que, el 15-4 -1603, dejaba una misa y una libra de aceite para las lámparas en cada una de las iglesias y ermitas de Orduña y su entorno.
  • San Andrés y Santa Cristina: El edificio construido casi totalmente sobre uno anterior y demolido el siglo XIX, data del año 1600. El 25-4-1600 se reparaba la iglesia “demoliendo las paredes que fuera menester derribar y mudando el campanario de la ermita, poniéndolo en la esquina de la pared que se ha de hacer”. Entonces era una devota costumbre la realización de velas nocturnas en la ermita. En 1624 se prohibían estas velas. Se ocupaba del cuidado de la ermita el arrendatario de la “demanda” de la misma. La ermita se reconocía en las visitas pastorales de 1757, 1763, 1791 y en 1818. En 1854 se encontraba necesitada de un retejo general, siendo entonces cuando se reconocía el patronazgo del ayuntamiento sobre la misma. En 1894 se realizaban obras en ella. Hoy no queda nada del edificio.
  • San Antonio Abad: la efigie del Santo de esta ermita se encuentra hoy en la de San Román de Cedélica (imagen del siglo XVI-XVII), poco después de la reconstrucción de un nuevo edificio sobre la ermita primitiva, seguramente medieval. En 1570 se ajustaba la erección de la nueva ermita. La misma se visitaba en 1757, 1763 y 1791, encontrándose en esta fecha en mal estado por lo que ordenaba su demolición. Aún estaba en pie en 1818, por lo que el obispo insistía en que se cumpliese el mandato de derribo, emitido en 1791.
  • San Bartolomé del Prado: esta ermita existía en el siglo XVI y tenía entonces 3 altares. En 1535, poco después del incendio de la ciudad, el obispo “desvioló” la iglesia “en la que consagró tres altares”, tras de haber servido de vivienda a los orduñeses que habían perdido sus hogares. Después no se tienen noticias.
  • San Cristóbal: existía en 1606, según el testamento de Doña Úrsula de Orúe, aunque no aparece en visitas pastorales ni en libros de cuentas.
  • San Gervás: se documenta esta ermita en 1598. Se reglamentaba en las constituciones del cabildo orduñés que el día de San Gervasio llegaba a ella una procesión para celebrar la misa del santo. En 1717 estaba ya demolida y la imagen de su titular se encontraba en el santuario de la Antigua.
  • San Juan del Monte: está documentada en 1603, pero en 1549 parece, según algunos datos, que ya existía. En 1606 sigue figurando en los documentos la llamada “Casa Blanca de San Juan del Monte”.
  • Santos Justo y Pastor: está documentada esta ermita en 1642 en el “libro de acuerdos del ayuntamiento de Orduña”.
  • San Lázaro: se documenta ya en 1270 la “casa de San Lázaro”, encontrándose junto al “Hospital Real del Señor San Lázaro”. Sus demandaderos podían pedir limosna por todas las ciudades, villas y lugares del obispado de Calahorra, para el sustento de sus acogidos. El ayuntamiento orduñés también aportaba ayudas para los pobres de este hospital “limosna de los pobres la víspera de reyes”. El hospital también recibía mandas testamentarias y donaciones. En la ermita de este santo celebraba el cabildo de Orduña, en 1598, misas en las festividades de la Magdalena y San Bartolomé. En 1594 era “frayla de San Lázaro” Doña Catalina de Uscategui, muerta en 1606. Figura la ermita de San Lázaro en las visitas pastorales de v1759, 1763 y 1767 , 1772 y 1791. En este último año se encontraba decente y cuidada. Se reseña también su existencia a principios del siglo XIX.
  • Ermita de Santa Marina: estuvo en el lugar ocupado hoy por el convento de Santa Clara, documentada ya entre 1270 y 1275. La ciudad concedió el lugar ocupado por la misma el 25-2- 1649 a los regulares observantes de San Francisco, quienes edificaron allí su primer convento. Se iba en procesión a “San Francisco el Viejo” el día de Santa Marina, costumbre mantenida en 1598 cuando los frailes se habían trasladado ya al nuevo convento situado en la entrada de la ciudad por la zona Sur. Los frailes cuando se instalaron se comprometieron a no ceder sepulturas en la iglesia del nuevo monasterio.
  • Ermita de San Mamés: documentada en 1603 y en otros documentos de los siglos XVII y XVIII. En la visita pastoral de 1752 se encontraba “abierta y sin poder conseguir que se mantenga cerrada” por lo que el santo se había trasladado a Santa María. En vista de tales circunstancias ordenaba el visitador su derribo y la aplicación de sus bienes a la ermita de San Martín de Arbieto. No se debió cumplir el mandato, porque en la visita de 1757 se ordenaba “que se tapie la puerta de San Mamés mientras no se restaure” y en la de 1772 se ordenaba su demolición.
  • San Martín de Arbieto: esta esta ermita aparece muy documentada como antigua parroquia de la aldea de Arbieto, despoblada y reducida a un barrio de 3 vecinos en el siglo XVIII. En la visita pastoral de 1752 se encargaba “que se tuviera especial cuidado con la iglesia aneja de San Martín de Arbieto; esta se halla abierta aunque con puerta y pila bautismal hecha pedazos y arruinado el tejado”. En 1755 se aseguraba la puerta de la misma, y en 1757 se reconocía en la visita “que la iglesia de San Martín, que no tiene sacramento en ella, se tenga con la debida decencia”. No parece se atendían estos mandatos, porque en 1763 se “encontraba el tejado deteriorado más de la mitad”; se ordenaba de nuevo su reparación, que se pusiese puerta y que, en tanto, se trasladasen sus imágenes a las iglesias de la ciudad. En 1722 ante el deterioro de la ermita se ordenaba la demolición “de la iglesia antigua de San Martín de Arbieto”.
  • San Martín de Rispendi: nos habla de ella y de su deterioro la visita pastoral de 1553. Se califica de “maltratada” y después se pierde su noticia, seguramente a causa de su ruina.
  • San Miguel: esta ermita sirvió de refugio, en 1535, como otros templos orduñeses, a la población privada de sus viviendas tras el incendio acaecido dicho año, por lo que se “desvioló”, consagrando de nuevo su altar en 1541. Esta ermita estaba al cuidado de una “fraila”. El concejo de Orduña aprobaba en 1670 “la obra de la ermita de San Miguel, con la fundición de su campana”, pero un siglo después el edificio se encontraba en estado ruinoso. En 1787 se encontraba bastante deteriorada y en 1791 el obispo la encontraba ruinosa. El deterioro de la ermita fue creciendo, hasta que en la visita pastoral de 1818 el obispo mandaba que se proveyese su reparo en el plazo de 2 meses, y no ejecutándolo, se procediese a su demolición.
  • San Pelayo: en 1598 el cabildo orduñés tenía reglamentadas dos procesiones a la ermita de San Pelayo, una el día de San Gregorio Teólogo y otra el día de San Pelayo, 26 de junio; en los dos días se celebraban misas cantada. En una de estas ocasiones se lee la palabra “arruinada” escrita en letra del siglo XVIII. A pesar de todo se habla de la ermita de San Pelayo, al fijar los linderos de una viña vendida lindante con la finca donde se ubicó.
  • Santo Tomás: se conoce su existencia por varios testamentos del siglo XVII. En uno de ellos, Doña María de Zaldo, de fecha 21-3-1603, y en el de Doña Ana de Mendieta, dispuesto el 8-11-1608.
  • San Vicente: se tiene noticias de esta ermita, a mediados del siglo XVI y a principios del XVII. En la visita pastoral de 1553 se encontraba en mal estado, “maltratada”, y figura también, en 1603, en un testamento. Seguramente es una de las ermitas demolidas en el siglo XVII, y por eso no vuelve a figurar en las visitas pastorales posteriores. Aparte de los cultos en estas ermitas, la ciudad de Orduña celebraba y acudía a otras celebradas en lugares más lejanos.
  • Santa Cruz de Burubio: Orduña estaba representada en la procesión a esta ermita situada en el pico de este nombre, entre la aldea orduñesa de Mendeica y el lugar despoblado de Echegoyen. El concejo orduñés acordaba, en 1670, hacer una campana para esta ermita
  • Oratorio de Santa Ana: hubo en orduña un oratorio dedicado a esta santa, situado “junto a la carzel publica”, por lo que en algunos lugares se le llama “oratorio de la cárcel”. En él dotaba una fundación, Doña Margarita de Araboya y Rubina, por la que disponía la celebración de 150 misas rezadas cada año, para que los presos pudieran oírlas. Se visitaba este oratorio “sito en la cárcel pública”, en 1763 y 1767 y se encontraba cuidado y en disposición de celebrar misas en él.
  • Beaterio de San Julián: situado al final de la c/Burgos, tuvo una iglesia propia. Cuando las beatas de San Julián tomaron la regla de Santa Clara y pasaron al nuevo convento, el culto continuaba en la iglesia del beatario. El deterioro de la capilla había ido en aumento tras la marcha de las beatas, y en la visita pastoral de 1723, el obispo prohibía que se celebrase misa. El oratorio estaba situado a la salida de la calle, junto a la puerta de San Francisco “inmediato al arco de ella” y era grande el ruido de carros y recuas que pasaban por dicho lugar.
  • Altar del Santo Cristo de la Cabeza: a la salida de la c/Santa María a la plaza había un altar así titulado. Se visitaba en 1723 y se ordenaba que no se dijesen misas en él, por carecer de cerraduras y de seguridad para el culto.
  • Capilla-humilladero de Nuestra Señora del Patrocinio: estaba situada en el pórtico de la desaparecida parroquia de san Juan. En la visita pastoral de 1723 se prohibía decir misa en el “altar del Patrocinio que está en el cementerio de la dicha iglesia de San Juan“. Carecía de cerradura y de seguridad; por ello el visitador impedía la celebración de misas “hasta que se halle con la seguridad conveniente”.

Fuente: Catálogo Monumental de la Diócesis de Vitoria (Tomo VI), Micaela Portilla.

 

 

 

 

 

 

 

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